Riesgos ocultos de tener los neumáticos mal calibrados

Son el nexo que utiliza el auto para estar en contacto con el piso, contribuyen a obtener una dinámica correcta, a optimizar el consumo de combustible y a nuestra seguridad en general. ¿Cuáles son los riesgos de no usarlos con la presión indicada? Galería de fotos

Redacción Parabrisas

En un automóvil los neumáticos son fundamentales tanto para lograr comodidad a bordo como para mantenernos seguros detrás el volante. Sin embargo, tener buenos neumáticos, (como así también un auto en óptimas condiciones), no significa que todos los problemas estén resueltos. Tenerlos inflados con más o menos presión de la indicada puede significar graves falencias de seguridad, como así también mayores inconvenientes durante su vida útil.

La unidad de presión empleada en nuestro país es generalmente PSI (libras por pulgada cuadrada), una medición relativa, que se adquiere por sobre la marca de la presión atmosférica. En un vehículo promedio se deben utilizar alrededor de 30 libras (PSI) en cada uno de los neumáticos. Se estima que si un automóvil se utiliza con alrededor de un 25 por ciento menos de la presión recomendada (unas 22 libras en tal caso), el consumo de combustible podrá aumentar hasta en un cuatro por ciento. Asimismo, la vida útil del neumático puede reducirse a la mitad.

Por todo esto, sumado a los cinco problemas que detallamos abajo, se recomienda revisar la presión de inflado al menos dos veces al mes, siempre respetando la recomendada por el fabricante del vehículo.

Con baja presión

1 - Mayor riesgo de aquaplaning: Existe mayor riesgo de que ocurra aquaplaning debido a que la banda de rodamiento se aplasta, haciendo que tenga mayor superficie de apoyo en el piso. Esta condición hace que se acumule más agua delante del neumático, pudiendo en velocidad no despejar la totalidad del líquido. Con esta falencia se obtiene el tan poco agraciado efecto que podría hacernos perder el control del vehículo.

2 - Roturas por impacto: Con nuestras calles y rutas, el riesgo de romper un neumático está siempre latente. Pero si la presión de los mismos es inferior a la recomendada, los laterales de los neumáticos son los que sufrirán los daños. De allí es que pueden producirse los típicos “huevos”, o directamente, una rotura inmediata al atravesar un bache o pozo.

3 - Riesgo de desbande: Ante una exigencia máxima en una curva, o por ejemplo al atravesar un desnivel del piso no manera no perpendicular, es posible que el neumático se “despegue” de los bordes de las llanta, produciendo la pérdida de aire inmediata. Esto también puede ocurrir con sobrecarga en camionetas o utilitarios, siempre que la presión sea inferior a la adecuada.

4 - Riesgo de vuelco: Puede pasar con cualquier tipo de auto, pero los monovolúmenes o SUV siempre están más expuestos. Debido al elevado centro de gravedad, y neumáticos de talón considerable, conducir con neumáticos con baja presión puede ser causante de un vuelco. Esto puede ocurrir ante una maniobra evasiva a velocidad de autopista. Con el control de estabilidad (ESP) este problema se reduce, pero no todo está solucionado.

Con exceso de presión

5 - Merma de frenado: Además de que conducir con mayor presión de inflado genera un confort de marcha inferior, la capacidad de frenado se ve también reducida. El problema radica debido a que con mayor presión de la indicada, la superficie de apoyo al piso se reduce. Otro problema relacionado con el exceso de presión puede darse con las pick-up. La dinámica de estas puede llegar a comprometerse en el caso de que en el eje trasero se utilice con mayor presión de la indicada estando descargada. Lo ideal es inflar al máximo nivel admitido por el fabricante, sólo al momento de tener que transportar carga máxima.

Todos estos riesgos pueden desaparecer si nos tomamos unos pocos minutos de nuestro tiempo para controlar, al menos cada 15 días, el nivel de presión de cada una de las ruedas del auto.

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