¿Sabés cómo funciona una línea de montaje?

En promedio, producen un auto en menos de 24 horas. Este sistema, perfeccionado por Henry Ford a principios del siglo pasado, permitió la construcción en serie. Chasis, pintura, interior y motor, todo resuelto en un día. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Con más o menos detalles, las líneas de montaje de las fábricas del mundo son similares, y más aún si las acotamos a la industria automotriz. Algunas presentan características más ecológicas, otras con pinceladas más artesanales, pero en general, este sistema funciona bajo el mismo concepto con el que Henry Ford lo perfeccionó a principios del siglo pasado. Pero, ¿cómo es el mecanismo de la fabricación de vehículos en serie?

En pocas palabras, se trata de una gran línea por donde pasan todos los componentes del auto divididos en tres: motor, carrocería y pintura. Por último, el ensamblado final, en el que intervienen manos humanas y robots (presentes en toda la elaboración) hasta el testeo y la salida al depósito.

Si bien cada terminal tiene políticas y expectativas diferentes, la eficiencia y rapidez son ideas globales, y todo se mide en función de la cantidad de vehículos a fabricar. Cada sector tiene un tiempo para realizar su labor, y que la pieza continúe hacia el siguiente sector.

La primera instancia tiene que ver con el metal. Enormes máquinas de corte arman las diferentes piezas de la carrocería que serán montadas sobre el chasis. La producción es gigante y suele acumularse para que siempre haya disponibilidad.

Al mismo tiempo se construye el esqueleto del auto (según la marca y modelo hay miles de métodos). Finalmente, un ejército de máquinas se encarga de soldar todo para que la estructura aguarde por su interior y el motor. Cada segmento lleva la identificación correspondiente, tanto en forma legal como la denominación interna para continuar con el proceso.

Después de una exhaustiva inspección de control al chasis, pasa a la pintura. Existen innumerables métodos al respecto, pero por lo general se sumerge la estructura en un líquido anticorrosivo y luego viaja hacia la coloración.

Puede ser que se pinte con estática, pasando por otra inmensa pileta que lo carga eléctricamente, o simplemente aplicando la pintura, pero siempre la tarea la ejecuta un robot, que evita los desperfectos. Luego se retocará con una terminación brillante (símil al barniz que se emplea para las maderas), y tras una nueva evaluación visual, es momento de los interiores.

Las puertas se separan de la carrocería y se terminan en una línea separada donde se las arma por completo con el panel interior, las trabas, el mecanismo levantavidrios y, obviamente, los cristales. Serán colocadas una vez finalice el proceso de fabricación del habitáculo para su mejor acceso.

Asientos, alfombras, torpedo, tablero, forrado del techo y un sinfín de etcéteras incluye el proceso del interior del rodado. Existen tantas versiones como modelos de autos. Aquí también se realiza la instalación eléctrica, que generalmente queda escondida por los diferentes paneles de tela, cuero o símil madera que se utilizan para la terminación.

¿Qué le falta a este auto? Lo más importante, el motor. Por lo general, la planta propulsora tiene su propia fabricación. Algunas marcas, incluso, los hacen en edificios separados o, por qué no, en un país distinto. Un enorme equipo de ingenieros lo diseña y desarrolla y otro conjunto de trabajadores específico lo monta (las piezas pueden ser construidas en el mismo lugar o no), lo prueba rigurosamente y por último lo instala. Una curiosidad: hay terminales que, para darle mayor comodidad a sus operarios a la hora de unir el motor y la transmisión a los ejes, levantan, mueven y rotan el vehículo.

La parte final incluye los espejos retrovisores y los cristales delanteros y traseros, que son manipulados con extremo cuidado. Otra vez, un chequeo visual decreta la salida del auto de la línea para un último control técnico, ya sea con computadoras o rodando en una calle o circuito.

Quizás pocos sepan que nuestros vehículos fueron armados en pocas horas, tal vez menos de 24. Las fábricas robotizadas, discutidas por la cantidad de máquinas, permitieron la construcción en serie y el abaratamiento de costos. Pero la calidad humana sigue siendo infalible para decretar si un vehículo es óptimo o no. Es una persona el que da el visto bueno final para que el rodado salga y espere por su nuevo dueño.

En estos videos te mostraos cómo funciona una línea de montaje automotriz.

Renault Clio en Córdoba

https://youtu.be/I2mH_rGSEsQ

Línea de montaje de Nissan en Japón

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