La Serie 7 es el producto máximo de BMW. Tiene todo: diseño, tecnología, performance, lujo. Cualquiera soñaría con tener semejante máquina, aunque a una persona tanto no le gustó. O más bien, la marca alemana no le cae del todo bien, porque ya van varios vehículos que destruye, y el buque insignia fue el último.
El empresario ítalo-iraní Pourmohseni Hadi incendió este deseado vehículo en la puerta del edificio de Munich donde funcionan las oficinas y el museo de la compañía. Nunca se supo qué lo motivó a hacerlo, pero no es la primera vez que lo hace.
Ya en 2013 trasladó su M6, otro BMW, hacia el Salón de Frankfurt e intentó destruirlo a hachazos y con un martillo. Como no pudo, apareció un año después, en el autoshow de Ginebra para finalizar su labor.
Por si eso no fuera poco, luego arremetió contra un BMW Z3, un descapotable deportivo también de su propiedad, en su primera incursión ígnea. En todos los casos, los episodios terminaron igual: con Hadi detenido y, cuando hubo fuego, con los bomberos conteniendo la situación.
El modelo que el empresario intentó incendiar ahora era un Serie 7 de cuarta generación, que se comercializó entre 2002 y 2008 y que, según la versión, podía costar hasta 80.000 dólares.
