La sexta generación del Ford Fiesta tuvo su primera renovación en el mercado brasileño, a 4 años del inicio de su producción local en la planta de São Bernardo do Campo (SP).
Con las últimas modificaciones, la variante hatch gana por un lado, pero al mismo tiempo pierde su estatus global, ya que la séptima generación fue presentada el mes pasado en Europa. No obstante, el diseño del vehículo sigue siendo moderno, además se le reforzó el techo e incorporó barras barras de protección en las puertas.
En lo que hace al exterior, la actualización pasa principalmente por el frontal, que adopta una nueva parrilla de silueta cóncava, detalles cromados y faros con luces diurnas led en la versión superior. Respecto de la parte trasera, las luces mantienen la forma, pero ahora traen traen trazos verticales de led en el sector principal.
En cuanto al interior, incorpora el sistema multimedia Sync3 con pantalla táctil de 6,5 pulgadas desde la versión SE Plus automática, plataformas Android Auto y CarPlay de serie desde la versión intermedia SEL, y GPS y cámara de estacionamiento integrada en la tope de gama Titanium.
Las motorizaciones ofrecidas en el país vecino siguen siendo dos: una naftera 1.0 12v turbo EcoBoost de 125 CV (desde Titanium hasta SEL) y una 1.6 16v flex Sigma, con potencias de 128 y 125 CV. Las opciones de transmisión son manual de cinco velocidades o automática de doble embrague y seis marchas, que es estándar en el turbo. Esta última es la Powershift, a la que Ford le cambió componentes internos para reducir la fricción y extender la durabilidad.
Fuente: Autoesporte.
