Después de años apostando casi exclusivamente por SUV y crossovers, Ford podría estar preparando un giro estratégico en su línea de productos para Europa. De acuerdo con un informe de Automotive News Europe, la marca estadounidense habría comunicado a sus concesionarios del Viejo Continente que invertirá en una nueva generación de vehículos (autos), con un fuerte enfoque en tecnologías híbridas y eléctricas, pero sin dejar fuera a los clásicos modelos de pasajeros.
Este replanteo llega en un contexto desafiante para la marca del óvalo, cuyas ventas cayeron un 1,5 por ciento durante los primeros cinco meses de 2025. Parte de esta caída se atribuye a la salida de modelos emblemáticos como el Fiesta y el Mondeo, que fueron reemplazados por SUV eléctricos como el Explorer y el Capri, ambos desarrollados sobre la plataforma MEB de Volkswagen.
Aunque aún no hay confirmaciones oficiales, el mensaje a los concesionarios sugiere que algunos de los nuevos modelos podrían desarrollarse en colaboración con otras marcas, lo que abre la posibilidad de nuevos proyectos conjuntos con Volkswagen, con quien Ford ya comparte plataformas y componentes. Actualmente, por ejemplo, la arquitectura MEB sirve de base para los SUV eléctricos Explorer y Capri, mientras que los vehículos comerciales de la compañía comparten elementos clave con la Volkswagen Amarok y la futura Transporter.
Según Drive, uno de los proyectos que más expectativas genera es el posible regreso de un hatchback del segmento B, equivalente al Fiesta, utilizando una plataforma compartida con la firma alemana o incluso aprovechando la experiencia en movilidad eléctrica accesible de la marca china Changan, con la que Ford mantiene una alianza estratégica en Asia. Esta opción podría ser clave para competir en un segmento donde los modelos electrificados compactos y más económicos están en auge.
El propio CEO de Ford, Jim Farley, ha reconocido públicamente el avance industrial de las automotrices chinas como una amenaza seria para los fabricantes tradicionales, y ha insistido en la necesidad de reducir costos y acelerar procesos de desarrollo para seguir siendo competitivos.
Actualmente, la gama global de Ford (fuera de sus vehículos comerciales) se concentra casi por completo en SUV y crossovers, desde el Puma hasta el Expedition. En cuanto a vehículos de carrocería baja, el Mustang se mantiene como único exponente en mercados occidentales, mientras que en China aún se comercializa el nuevo Mondeo y su derivado de lujo, el Lincoln Z, modelos que no han llegado a Europa ni América del Norte.
El contexto europeo, sin embargo, podría ofrecer una oportunidad para el regreso de los sedanes y hatchbacks. Aunque los SUV dominaron el mercado en 2024, representando el 54 por ciento de las ventas con 6,92 millones de unidades, los autos de pasajeros tradicionales aún representan una parte significativa del mercado, con 5,36 millones de matriculaciones, según datos de JATO.
A pesar de la clara tendencia SUV, la popularidad de modelos como el Tesla Model 3, el BYD Seal y el Volkswagen ID.3 demuestra que aún hay espacio para vehículos de carrocería más baja con tecnología avanzada y precios competitivos. En ese sentido, Ford podría estar abriendo la puerta a una nueva etapa de diversificación, en la que los autos de pasajeros volverían a ocupar un lugar importante dentro de su oferta global, especialmente en aquellos mercados donde la demanda sigue firme.



