La enorme crisis por la que atraviesa el planeta a causa del Covid-19 ha producido un enorme impacto en muchas industrias que han debido “barajar y dar de nuevo” para atravesar esta tormenta que aun no a terminado.
Esta recesión productiva y comercial no es ajena a la actividad automotriz, donde muchas terminales se vieron obligadas a buscar apoyo financiero para no quedar en jaque.
Incluso industrias relacionadas con el mundo automotor, como el alquiler de vehículos, se enfrenta a un futuro incierto: el ejemplo más emblemático por estas horas es el de Hertz, compañía que se ha declarado en bancarrota por la falta de actividad.
En este contexto, otras multinacionales aprovechan la tormenta para potenciar estrategias. Tal es el caso de Geely, automotriz china que desde hace unos años es dueña de Volvo autos y Lotus.
Según la agencia Reuters, a raíz de declaraciones de Li Shufu (presidente del grupo asiático), el objetivo de Geely es profundizar las relaciones con Daimler, empresa alemana de la cual ya posee el 9,69 por ciento del paquete accionario desde 2018 y además participa al 50 por ciento en la marca smart.
Si bien el mercado automotor del gigante asiático es uno de los que más ha sufrido las consecuencias económicas del coronavirus (solo en febrero, las ventas de automóviles en China cayeron un 79 por ciento respecto del mismo mes de 2019), habrá que estar atentos a las ambiciones uno de sus principales fabricantes, que parece no tener límites.
Cabe destacar que la marca de lujo de Geely, Lynk & Co, está lista para debutar en Europa en los próximos meses. ¿Empezaremos a ver modelos de Geely con tecnología de Mercedes-Benz?
No sería descabellado, dado que ambas automotrices formaron un Join Venture en China para producir “automóviles inteligentes eléctricos”, además de una empresa de transporte premium y una compañía de taxis voladores llamada Volocopter.
