No vamos a hacer una declaración digna de elogios si decimos que Bugatti es una marca de autos excepcionales. Tampoco si aseguramos que muchos de los procesos y sistemas que le dan vida a sus modelos están guardados bajo los más estrictos protocolos de seguridad. Pero sí tal vez nos sorprendamos cuando uno de esos detalles tan cuidadosamente preservados sale a la luz.

Chiron Pur Sport, la nueva joya de Bugatti
Los ingenieros de la casa de Molsheim dejaron trascender algunos de los detalles del sistema de climatización del Chiron, uno de los productos más recientes de la marca francesa.

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De los 500 prototipos de los que disponen para realizar pruebas, solo dos están disponibles para los especialistas en climatización. Ellos son los que tienen que trabajar con las particularidades de este súperdeportivo que, como tal, ofrece características fuera de serie. Una de ellas es las grandes dimensiones del parabrisas: mide 1,31 metros cuadrados, más o menos el doble que el de un modelo compacto cuya superficie es de 0,70 m2. Además, en el Chiron ese sector vidriado tiene una inclinación de 21,5 grados.

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Y si agregamos que algunas versiones pueden incorporar el techo Sky View (dos cristales separados de 650 milímetros de largo y 440 milímetros de ancho), la entrada de los rayos solares puede representar un verdadero problema: cómo refrigerar rápidamente ese pequeño pero tan lujoso como deportivo habitáculo.
Pues bien, el secreto es un compresor de aire acondicionado con una potencia de 10 kW (13,5 CV), -cuatro veces más potente que un split como el que podemos tener en casa-, que funciona con dos condensadores y un radiador propio dado que al estar instalado junto al motor que, como se puede imaginar despide un calor tremendo. Esas temperaturas elevadas, por supuesto, también se trasladan hasta el habitáculo que está pegado al motor. El equipo de climatización del Bugatti Chiron puede comprimir hasta tres kilos de líquido refrigerante por minuto.
Julia Lemke, responsable del departamento de Climatización de Bugatti, asegura que el sistema de aire acondicionado del Chiron podría enfriar sin problema un departamento de 80 metros cuadrados.
Pero, además de la eficacia para modificar la temperatura, la climatización del Chiron (y de todos los Bugatti) debe responder a otro criterio: el confort. El aire debe fluir sin que se generen corrientes ni ruido, ya que el sistema debería trabajar en un segundo plano, sin que los ocupantes lo noten, pero consiguiendo la temperatura óptima de la cabina, cuando el Chiron circula a baja velocidad por la ciudad o a fondo en una pista.
Para eso, los Bugatti disponen de un sistema especial. En un auto convencional, el aire exterior entra en el sistema de climatización a través de las tomas de aire instaladas en la parte baja del parabrisas, pero en los Bugatti esto solo ocurre por debajo de 250 km/h: a partir de dicha velocidad, se cambia a presión negativa, y un sofisticado sistema de control, con una toma “ram air” y un ventilador, garantizan el flujo de aire en el habitáculo para lograr el clima ideal a cualquier velocidad.
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