¿Por qué son más costosos los seguros para jóvenes?

Cada vez existen más paquetes que ofrecen las aseguradoras, pero por qué es más caro para aquellos que son menos longevos. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Cada vez que un usuario solicite un seguro para un vehículo determinado, las aseguradoras le piden a sus clientes diferentes datos para poder brindar una tasación detallada de la póliza. Entre los conceptos más destacados se encuentran modelo, motor, cilindrada, marca, versión, entre otros.

Además, dos conceptos muy solicitados son edad y experiencia del conductor, similar a lo sucedido a la hora de alquilar un auto. En sintonía con esta idea, los jóvenes son aquellos que más deben abonar a la hora de asegurar un auto, moto o algún otro medio de transporte, debido a los altos índices de siniestralidad.

Para las distintas compañías del rubro, los jóvenes son considerados conductores de riesgo. En varios casos, las primas de las personas de menor edad pueden salir hasta tres veces más que los seguros solicitados por usuarios con más experiencia.

Jóvenes al momento

Es por eso que en muchos casos, cuanto mayor sea la antigüedad al volante, menor es el precio que se deba abonar por un seguro. Por motivos como este, es bastante común que varios jóvenes decidan contratar una póliza de seguro, cuyo titularidad se encuentre a nombre de una persona más grande, con el fin de disminuir los costos.

Más allá de la edad, la experiencia también es un factor fundamental e influye en el precio final. De este modo, se tiene en cuenta el historial de siniestros ya que el comportamiento como conductor también se verá reflejado en el costo de la prima. Por ejemplo, puede suceder que más allá de que el titular de la póliza tenga una edad entre 40 y 50 años ("la ideal"), el "historial de mal conductor" también impacte en el valor del seguro. 

Según revelan desde 123Seguro, también hay que tener en cuenta los contratos, ya que se expresa claramente que el titular de la póliza debe ser el conductor real. Ante el incumplimiento, la compañía de seguros podría interpretar que el usuario actuó de mala fe y dejar lo firmado sin efecto.

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