Por el balcón del Paraná

Antes de realizar los 1.011 kilómetros de regreso a Buenos Aires, recorrimos la capital misionera y evaluamos al sedán del león en condiciones urbanas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Luego de haber visitado el parque temático de La Cruz, en Santa Ana, Misiones, como contamos en la nota anterior, el atardecer comenzó a cobrar protagonismo y decidimos encaminarnos nuevamente por la ruta 12, pero esta vez en sentido sudoeste. Pasamos nuevamente por Candelaria, y a los pocos kilómetros, en Garupá, atravesamos la “garita”, un icónico control vehicular de la zona ubicado en la intersección de las rutas 12 y 105. Si se toma el desvío hacia la izquierda (105), se va hacia la localidad de San José y, si se sigue por la ruta 12, enseguida empieza la zona urbanizada de la ciudad de Posadas. Hacia allá nos dirigimos para hacer base y realizarle un chequeo de fluidos y presión de neumáticos al noble Peugeot 408 que había recorrido sus primeros 1.090 kilómetros de manera óptima.

Aprovechamos el domingo para recorrer todos los rincones de la capital misionera y visitar amigos de aquellos pagos que oficiaron de guías turísticos. Así encaramos hacia la costanera de Posadas: un paseo imperdible para quienes visiten esta ciudad. Se trata de un pintoresco camino costero de aproximadamente cinco kilómetros que bordea el casco urbano de la ciudad y ofrece una relajante vista del río Paraná. El tramo va desde el balneario El Brete hasta la cabecera del puente internacional San Roque González de Santa Cruz que une la capital de la tierra colorada con la ciudad paraguaya de Encarnación. Según nos comentaban los lugareños, existe un ambicioso proyecto de unir Posadas con Candelaria a través de la costanera, que también se convertirá en una alternativa de acceso a la primera: un tramo de unos 18 kilómetros más ganados a la vera del río.

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