Conocé la moto inspirada en el Mercedes-AMG GT S

Se trata de la MV Agusta F3 800 AMG, que viste los mismos colores y detalles exclusivos que la moderna coupé de Mercedes. Es el más reciente eslabón motociclístico de las automotrices alemanas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Las motos son uno de los mejores complementos del hombre. En ellas, la sensación de velocidad evoca constantemente al peligro, y producen uno de los mayores placeres en los velocistas: la adrenalina. Eso que muchos añoran de las motos, se puede sentir de alguna manera sólo en vehículos de gran potencia, pero a un valor porcentualmente más elevado. Tratando de achicar las diferencias monetarias, las automotrices están teniendo interés en el mundo de las dos ruedas, y principalmente los productores alemanes son los que están sentando las bases para unir ambas facetas.

En el Salón de Frankfurt se dejaron ver los primeros resultados de la alianza que el grupo Daimler concretó con MV Agusta hace prácticamente un año. Se trata de una edición especial de la F3 800 con el sello AMG, una moto de pista con motor tricilíndrico de 798 cm³, 148 CV de potencia y 173 kg de peso (1,17 kilos por caballo). No tiene potencia extra por sobre el modelo convencional, pero si adopta una clara inspiración en el Mercedes-AMG GT S, como por ejemplo el llamativo color amarillo (Solar Beam) que es de serie en la coupé, junto a detalles en negro y las inscripciones AMG en varias partes.

Si bien comparten motores y frenos de gran poder, suspensiones debidamente desarrolladas en circuitos y moderno chasis, siguen siendo, en esencia, totalmente diferentes entre sí. El Mercedes-AMG GT S tiene una potencia de 510 CV producto de un motor V8 y acusa 1.645 kilos de peso, cifras que determinan una relación peso potencia de 3,23 kilos por CV, lejos de lo que ofrece el producto de dos ruedas. Pero lo fundamental de ambas propuestas es fusionarlas y aumentar la llegada de ambos referentes a variados públicos.

En Europa, la MV Agusta F3 800 cuesta poco más de 16 mil euros (es una de las más caras del segmento), mientras que el Mercedes supera los 160 mil. Con esa terrible diferencia (prácticamente la décima parte), la moto se puede convertir en el “juguete económico” del comprador de un vehículo de ese tipo. Y el auto puede llegar a ser una meta futura para el motociclista de ley, siempre y cuando disponga del dinero suficiente.

Seguramente que el principal artífice de tal fusión sea BMW, que produce autos y motos desde hace décadas. Sendas divisiones con los años progresaron, evolucionaron y marcaron tendencia. Pero no sólo eso, el marketing fue fundamental, y así la marca logró llegar a más clientes. Manteniendo esa idea, el grupo Volkswagen se hizo de gran parte de las acciones del fabricante italiano de motos deportivas Ducati, siendo ahora una marca independiente dentro de las divisiones Premium del grupo.

Con tales pronósticos, Mercedes no podía quedarse atrás y desde hace un año posee un 25% de MV Agusta, una marca italiana mucho más pequeña y exclusiva que Ducati, que inclusive tiempo atrás había tenido colaboraciones con el grupo Daimler. Sin dudas, el plus de imagen que puede brindar una marca especialista en motos deportivas hizo que las marcas de autos alemanas les pongan los ojos encima.

Por el contrario, las ganancias que pueden llegar a generar para estos gigantes de la industria automotriz es ínfima dentro de los números que manejan, mientras que las tecnologías empleadas son muy diferentes y pocos desarrollos podrían aprovecharse entre sí. Lo que queda claro es una cosa: tanto MV Agusta como Ducati tienen por delante un promisorio futuro junto a socios de gran solvencia económica. Deberán aprovechar el momento.

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