Volvo S60 T5

El sedán escandinavo se mete en la discusión de los autos de alta gama del mercado local sin nada que envidiar a los dominantes productos alemanes. Es ágil, veloz y gasta poco. Para mejorar, el espacio en las plazas traseras y la ausencia de rueda de repuesto. Fotogalería. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Mercedes-Benz, Audi y BMW son, sin duda, una referencia en el mundo de la excelencia entre los sedanes medianos. Esta suerte de triunvirato de sangre azul mantiene cautivo desde hace mucho tiempo a un público que coquetea entre la exquisitez y la exigencia. Sin embargo, la casa sueca recoge el guante y reaparece en el segmento el mercado local luego de tres años con un modelo a la altura de sus pares teutones. Para ello ofrece un sedán de estilo sobrio, pero con un carácter que le permite dar batalla en un mundo que no sabe de bajo rendimiento. A principios de 2011 habíamos puesto a prueba la versión más radical de esta nueva línea que, además de equipar un motor naftero de tres con tracción integral. Ahora es el turno de la motorización de entrada de gama: con tracción simple, se sirve de un propulsor naftero 2.0 que eroga 240 CV y obtiene destacadas prestaciones.

Diseño

Los memoriosos y seguidores de esta publicación recordarán la primera generación del S60 que debutó a fines de la década de 1990. En ese entonces, su tarea fue reemplazar al exitoso S70 y significó un cambio de paradigma dentro de los modelos de la marca sueca, aunque todavía heredaba el estilo conservador de su antecesor. Diez años después, en el salón de Detroit de 2009, Volvo llamó la atención de los visitantes con un modelo conceptual que se caracterizaba por un llamativo techo panorámico, ópticas muy modernas y puertas traseras de apertura paralela, entre otras cosas. Era el S60 Concept, prototipo que se usó de base para el modelo de producción, aunque, por supuesto, sin tantos aditamentos de lujo. El S60 mide 4.628 mm de largo, 1.865 mm de ancho y 1.484 mm de alto, mientras que la distancia entre ejes es de 2.776 mm. Ofrece un estilo muy agradable y equilibrado con una parrilla de grandes dimensiones en la que se destacan los faros alargados con luces led de circulación diurna, unas tomas de aire prominentes y las líneas del capó que apuntan hacia la parrilla y envuelven los grupos ópticos. Los laterales cuentan con una sutil nervadura que recorre el largo de la carrocería y termina casi en simultáneo con el parante C, en el remate de la luneta trasera: este detalle no favorece en absoluto la visión hacia atrás, y le confiere un destacado coefi ciente aerodinámico de 0,28.

Lea la nota completa en la edición de diciembre (nº 410) de la revista Parabrisas.

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