SRT Viper GTS: difícil de domesticar

Manejamos en el circuito Road Atlanta la nueva generación del más venenoso de los deportivos norteamericanos. Debajo del capó, un V10 que entrega 650 CV de potencia y un torque de 83 kgm: de los más altos para modelos de su tipo. Fotogalería. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Sentarse al volante de un Viper no es solamente ubicarse al comando de un modelo de mecánica contundente y prestaciones magníficas, es tomar contacto con una particular combinación de tecnología clásica y desarrollos de avanzada que le dan forma a un producto de gran deportividad; los 650 CV de potencia y ¡83 kgm de torque! nacen de un motor V10 normalmente aspirado de 8,4 litros de desplazamiento (a la vieja usanza: “cilindrada = potencia”) que llegan hasta las ruedas traseras a través de una caja manual de seis relaciones, se complementan con un cúmulo de dispositivos electrónicos que se encargan de sacarle el jugo al máximo a este compendio explosivo, y lógicamente, también de supervisarlo...

La quinta generación del modelo que en 1992 revolucionó el segmento de los deportivos en los Estados Unidos es presentado como el mejor Viper de la historia y como el más cabal representante de una familia cuya característica sobresaliente es la deportividad: ahora es comercializado como un integrante de la división de modelos especiales SRT (Street Racing Technology), unidades que tuvimos oportunidad de manejar en el circuito Road Atlanta en el estado de Georgia, Estados Unidos.

La era moderna

La gama 2013 de este súperdeportivo se ofrece en dos versiones: SRT Viper y SRT Viper GTS. La diferencia radica en que el GTS incorpora aditamentos específicos, presenta una serie de mejoras respecto del modelo anterior que apuntan especialmente a optimizar el rendimiento deportivo. Entre ellas, aparecen: un chasis con rigidez torsional aumentada en un cincuenta por ciento; el control de estabilidad ajustado que le proporciona un nuevo umbral de acción; la incorporación del “lunch control”, sistema que optimiza la salida a máxima aceleración en línea recta; suspensión trasera optimizada, que incluye un nuevo anclaje diseñado para mejorar la estabilidad en maniobras de gran exigencia; trocha delantera más ancha (1.598 mm), y el agregado de un sistema que le permite al conductor seleccionar la respuesta del control de tracción y estabilidad, entre entre cuatro modos en la versión GTS (Full-on, Sport, Track y Full-off) y entre dos en la más “básica” (Full-on, Full-off). Además, la opción GTS incorpora para esta generación un nuevo sistema que permite ajustar la respuesta de la suspensión según dos modalidades: calle o pista.

Mantiene el clásico reparto de peso de 50 % entre ambos ejes, aunque los ingenieros lograron reducir el peso total del vehículo en 45 kg aplicando en chasis y carrocería fibra de carbono y aluminio.

Vale destacar que los ingenieros han puesto el ojo en otros puntos que históricamente fueron temas controvertidos. Entre ellos, las terminaciones y la decoración interior ahora son más esmeradas: la versión GTS utiliza tapizados de cuero genuino.

Lea el resto de esta nota en la edición de enero de la Revista Parabrisas.