dilanbl_/?hl=esDespués de 12 años en el mercado argentino, el Sandero vuelve a renovarse. El compacto del rombo llegó al país en 2008 y adoptó su primera actualización en 2011.
Básicos:
Velocidad máxima: 167,1 km/h / Potencia: 115 CV / Consumo promedio: 9,2 km/l / Precio: $ 1.023.600
Diseño/Aerodinámica (✭✭✭): Los cambios estéticos lo hacen ver más moderno para prolongar su ciclo de vida por unos años más. Responde bien con su carga aerodinámica.
Confort/Espacio interior (✭✭✭✭): Uno de los más espaciosos de su segmento, con gran habitabilidad y capacidad de baúl, aunque el confort no es el mejor de todos.
Motor/Prestaciones (✭✭✭✭): El cambio mecánico y la reducción del peso del impulsor se hacen sentir y reacciona bien en los primeros metros. A diferencia del automático, obtuvo mejores cifras en aceleración.
Los más: Nuevo motor • Mayor seguridad • Espacio interior/rediseño • Confort de marcha.
Transmisión/caja (✭✭✭): Las marchas más bajas son cortas y responden bien. Similar a la dirección, el embrague no es blando y hace que los cambios de velocidades cuesten más.
Equipamiento/Instrumental (✭✭✭): El nivel de equipamiento es bueno, aunque continúa con algunos faltantes. La calidad no es la mejor y al instrumental se le empiezan a notar los años.
Suspensiones/Dirección (✭✭✭): Se lo siente sólido y con buen confort de marcha, aunque la dirección, pese a ser electrohidráulica, sigue siendo pesada.
Los menos: Falta de ESP en versiones manuales • Calidad general percibida • Insonorización • Dirección/embrague rígido • Auxilio temporal.
Seguridad/Frenos (✭✭✭): Punto destacado si se tienen en cuenta los cuatro airbags para toda la gama y el adecuado frenaje. En contra, la línea Sandero continúa sin control de estabilidad, a excepción de las variantes automáticas.
Precio/Garantía (✭✭✭1/2): Buena relación precio-producto, que lo posiciona como uno de los más accesibles de su segmento, especialmente en la zona inferior del mismo.
Cuatro años más tarde, con modificaciones principalmente de diseño, se presentó la segunda generación, y en 2016 comenzó a producirse en la terminal industrial cordobesa de Santa Isabel.
Mientras en Europa (donde se vende bajo la firma rumana Dacia) ya comenzaron los primeros ensayos de la tercera edición, en julio del año pasado se presentó en Brasil, y en diciembre en la Argentina. Junto a él lo hicieron también otros integrantes de su familia: el Stepway , finalmente independizado como versión del hatch, y el Logan (VER TEST), el derivado con forma de sedán.
Las tres siluetas se fabrican en nuestro país, excepto las variantes con caja automática, que provienen de Brasil.
La estética es lo primero
Con la veterana plataforma B0, el Sandero casi no varió, aunque sufrió algunas modificaciones de “cosmética”, especialmente en el exterior. En el sector frontal, las ópticas fueron retocadas con la incorporación de luces diurnas led en formato de “C”, que aportan mayor iluminación al camino. La parrilla también sumó cambios, ya que ahora posee unos nuevos listones horizontales cromados.
Por debajo, en el paragolpes se aprecian algunos retoques, en sintonía con los rompeniebla delanteros. Atrás, a todas las miradas se las lleva el nuevo grupo óptico led con una extensión a lo ancho de la tapa del baúl, que ahora cuenta con nueva modalidad de apertura.
Lamentablemente, carece de antiniebla trasero. Las llantas son nuevas, con ruedas de 15 pulgadas (185/65 R15) que le dan mayor deportividad al auto de la marca francesa. En dimensiones, la versión tope de gama manual probada por Parabrisas, denominada Iconic, puede variar. ¿Cómo es eso? Debido al tipo de transmisión, las medidas del compacto pueden ser más extensas.
En el caso de la versión analizada, es más angosta y más baja en relación con la variante con caja CVT, con 1.727 mm frente a 1.758 mm de ancho, y 1.530 mm frente a 1.567 mm de alto, en cada caso. La longitud (4.070 mm) y la distancia entre ejes (2.590 mm) son las mismas.
Por dentro, el espacio para los pasajeros es muy bueno, con lugar generoso para las piernas y separación en altura, amén de un baúl con 320 litros de capacidad de carga, equipado con una rueda de repuesto temporal. Los asientos son de pana combinados con cuero, y el del conductor cuenta con regulación en altura.
La posición de manejo es correcta, aunque el volante no tiene la posibilidad de acomodarse en profundidad.
Un poco más conectado
Dentro de las principales novedades, ahora el sistema de conectividad, conocido como Media Evolution, cuenta con conexión Android Auto y Apple CarPlay, esencial para emparentar con un Smartphone, especialmente debido a la falta de navegador. La pantalla de 7” responde rápido al tacto y ofrece la modalidad Eco Coaching y Eco Scoring para evaluar el tipo de conducción.
Además, dispone de conexiones Bluetooth, USB y auxiliar. Para establecer algunas funciones de manejo y del sistema multimedia, el Sandero dispone de diferentes botones ubicados detrás del volante, como el control del equipo de audio, para hacer más eficiente la conducción y no quitar la atención del camino.
Un elemento a mejorar es la calidad del sonido, especialmente cuando se eleva el volumen, debido a la pérdida de nitidez y el ruido de algunos materiales. Otro detalle a tener en cuenta es el encendido y el apagado del motor; por ejemplo, si venimos escuchando la radio o música a través de Bluetooth, la pantalla continúa prendida y el sonido se sigue transmitiendo a través de los parlantes.
Debajo del display central se encuentran los controles de refrigeración y calefacción, con aire acondicionado con función automática.
En la zona inferior de la consola, un punto positivo es la reubicación de las teclas de los levantavidrios traseros, ya que migraron a la puerta del conductor. En su reemplazo, ahora se encuentran, al menos del lado izquierdo, la tecla del control de velocidad crucero y el limitador.
Casi no se registran cambios en el instrumental, que cuenta con velocímetro y cuentavueltas con agujas, acompañado de una computadora de a bordo monocromática con la información esencial del auto. Tanto la temperatura de agua como el medidor de combustible están representados por barras.
A pesar de que el display indica los kilómetros restantes por recorrer según la cantidad de nafta en el tanque, puede resultar imprecisa la forma de descontarlos.
Una de cal y otra de arena
En cuanto a la seguridad -uno de los puntos en los que hace más hincapié la mayoría de los usuarios-, hay que destacar que ahora toda la gama Sandero tiene cuatro airbags (frontales y laterales) y ganchos Isofix, pero sigue siendo un faltante fundamental el ESP, sólo disponible en las variantes tope de gama con caja CVT provenientes de Brasil.
Además, las versiones automáticas en cada silueta (Sandero, Stepway y Logan) suman ayuda de arranque en pendientes. A la hora de estacionar, todas -a excepción de la de entrada de gama, denominada Life- poseen sensores traseros, y en el caso de las unidades Intens (tope de gama) en sus dos tipos de transmisión agregan cámara en la zona posterior, un elemento que ayuda a visibilizar todo lo que sucede detrás del auto.
Más liviano
Una de las máximas novedades se encuentra debajo del capó, ya que ahora todos los Sandero-Stepway-Logan poseen el mismo motor que el Captur y el Kangoo.
Se trata de un nuevo 1.6 SCe de 115 CV desarrollado por Nissan, con cadena de distribución y doble apertura variable de válvulas. Reemplaza al K4M, que a pesar de tener la misma cilindrada, contaba con diez caballos menos de potencia y medio kilo menos de torque frente a los 15,7 kgm que obtiene a 4.000 rpm.
Puesto que una actualización en la potencia no era suficiente, Renault apostó por un impulsor inédito de aluminio que pesa 30 kilogramos menos que su antecesor. La liviandad conseguida con la nueva mecánica es percibida en las aceleraciones y en las salidas desde cero.
Otro punto a favor de la caja manual de cinco marchas es la entrega al aumentar la velocidad, especialmente en baja, ya que si se lo compara con el Stepway con transmisión automática CVT (probado en la edición de diciembre de 2019), la rapidez y el consumo favorecen al Sandero.
Aceleró de 0 a 100 km/h en 12 segundos, mientras que el consumo en ciudad fue de 8,7 km/l, y alcanzó una velocidad máxima de 168,2 km/h. La elasticidad en ruta fue correcta, aunque un poco más lenta en comparación con algunos de sus competidores.
Por ejemplo, en cuarta marcha, de 80 a 120 km/h pasó en 10,2 segundos. El andar es bastante rígido y se lo siente sólido, pero la dirección electrohidráulica no es lo suficientemente cómoda para maniobrar, en especial en los centros urbanos. Además, al momento de realizar los cambios, la presión del embrague requiere de bastante esfuerzo.
Y a pesar de haberse trabajado en la insonorización del vehículo, todavía se perciben los ruidos del viento y del motor, especialmente a altas velocidades.
El Sandero es ágil y tiene buena reacción en las primeras marchas, con una caja bastante precisa. Eso sí, en calles empedradas o en mal estado, el sonido a encastres o plásticos del interior continúa siendo un punto a mejorar, al igual que la calidad general percibida.
Precios y versiones
La variante probada, tope de gama, con caja manual de cinco marchas, denominada Intens y producida en la Argentina, se ofrece a un valor de 1.023.600 pesos. Se encuentra un escalón por debajo de la versión con transmisión automática CVT, con la misma denominación pero procedente de Brasil, y con algunos detalles distintivos no menores, como el control de estabilidad.
El precio de la versión más equipada es de 1.090.300 pesos. Completan la gama la variante Zen, con un costo total de 956.300 pesos, y la entrada de gama Life, a 888.900 pesos. La garantía es de tres años ó 100.000 kilómetros.
FICHA TÉCNICA Y PRESTACIONES
