El tiempo pasa rápido. Y genera extrañas sensaciones. ¡En cuántas oportunidades nos ha sorprendido! ¿Alguien contó la cantidad de veces que soltó la frase “¡Ya estamos en junio!”? Esa velocidad es la misma que refleja la industria automotriz cada vez que se presenta un nuevo modelo, uno de esos de los cuales tuvimos noticias cuando estaban en etapa de proyecto, que vimos por primera vez en formato de concept car, que descubrimos camuflados circulando por calles extrañas y que, finalmente, pudimos tocar convertidos en un producto real. Es una sensación especial, como de vértigo.
Básicos:
Velocidad máxima: 173,9 km/h / Potencia: 110 CV / Consumo promedio: 12,8 km/l
Diseño-Aerodinámica (✭✭✭✭): Estilo atractivo que se muestra cercano al de sus hermanos Polo y Virtus. El despeje es adecuado.
Confort-Espacio interior (✭✭✭✭): Es amplio y ofrece un baúl generoso, cuyo piso permite modificar la altura.
Motor-Prestaciones (✭✭✭): El confiable 1.6 de 110 CV le queda muy justo. Prestaciones deslucidas y consumo elevado.
Los más: Comportamiento dinámico • Respuesta de la dirección • Equipamiento • Espacio interior • Capacidad del baúl.
Instrumental-Equipamiento (✭✭✭✭): Esta es la versión más equipada. La dotación cubre todos los rubros, aunque la rueda de repuesto es temporal. Instrumental digital.
Suspensiones-Dirección (✭✭✭✭): Andar confortable en ciudad y con gran aplomo en la ruta. Dirección eléctrica de muy buena respuesta.
Transmisión-Caja (✭✭✭1/2): La caja mostró algunos patinamientos, especialmente en salidas rápidas.
Los menos: Prestaciones modestas • Consumo en ciudad • Auxilio temporal • Tambores traseros • Precio.
Seguridad-Frenos (✭✭✭✭): La dotación es completa y las distancias de frenado correctas, pero, durante las pruebas en pista, la unidad analizada se mostró algo “movediza”. Los frenos traseros son a tambores.
Precio-Garantía (S/C): Al momento de cerrar esta nota, Volkswagen Argentina no había comunicado el precio de esta versión. No obstante, por el valor de preventa de la variante Highline (con menos equipamiento) podemos presumir que será cara.
El lanzamiento del Volkswagen T-Cross en nuestro país recuerda esta secuencia, aquella que retrata la evolución de un producto: se empezó a hablar de él hace varios años; vimos bocetos en 2017, las primeras fotos de unidades camufladas aparecieron el año pasado (ver recuadro), y hace pocos meses las imágenes del producto definitivo. Y antes de que nos demos cuenta, ya se vende en la Argentina.
La oferta inicial se da con cuatro versiones: Trendline (sólo con caja manual, a 897.600 pesos), Comfortline (1.015.939 pesos la manual y 1.077.139 pesos la automática), y Highline (sólo automática, a 1.254.528 pesos), a las cuales se sumará la que aquí analizamos, Hero, variante que se lanzará en julio y que al cierre de esta edición no tenía precio asignado.
A su tiempo
Volkswagen estaba en deuda con los usuarios de SUV compactos. La oferta de la casa alemana tocaba el segmento de los sport utilities sólo en parte más alta, con el Tiguan, e intentaba dar respuesta a la demanda de la parte baja con personalizaciones de modelos que no son (ni serán) SUV, como las versiones Cross de Suran y Fox. Por eso, la llegada del T-Cross marca un punto determinante en la estrategia de VW, no sólo en el mercado local, sino en el regional.
El nuevo modelo no es un producto “jugado”; es, más bien, una suerte de continuación natural de los vehículos que comparten plataforma (la versátil MQB) con él. Por eso, su diseño muestra puntos de contacto con los Polo y Virtus, especialmente en el sector de la trompa. Obviamente, dado su estilo particular, laterales y remate posterior difieren y son los que le imprimen personalidad. Además, esta variante Hero suma el diferencial que le otorga la combinación de colores: techo negro y carrocería con un tono que contrasta, en este caso, blanco.
Es un casco que se advierte robusto y “bien parado”, y se hace notar, además, por detalles, como los cromados que recorren la parte inferior de las ventanillas y rodean los faros antiniebla, el particular diseño de la parrilla y de los faros principales (full led), y los agregados propios de su condición, es decir, apliques color aluminio en la zona baja del sector frontal y de la cola, y negros que recorren el perímetro inferior. Los retrovisores (plegables automáticamente), el alerón incorporado en el portón y una “faja” que vincula los grupos ópticos traseros, también están pintados del color del techo.
Esos detalles generan la impresión de que el T-Cros es más grande que sus competidores, pero no es verdad. Mide 4,2 m de largo, 1,8 m de ancho y 1,7 de alto, con una distancia entre ejes de 2,65 m, dimensiones muy parecidas a las de, por ejemplo, el Ford EcoSport. Incluso la distancia entre ejes es casi la misma que la del modelo del óvalo, aunque en el caso de este VW, los espacios están mejor aprovechados.
Desde adentro
En un ambiente con destacada calidad percibida (sólo detectamos algunas terminaciones “filosas” en la parte interna de la visera del tablero y el comando de las luces de giro), es evidente que el trabajo de los diseñadores del T-Cross se centró en los ocupantes del vehículo. La habitabilidad es muy buena para cuatro adultos, los cuales encontrarán espacio suficiente para las piernas, y libre hasta el techo. Como sucede en los modelos compactos, la plaza central no es la más amplia.
El baúl ofrece una capacidad que se mueve entre los 373 y los 420 litros ya que la altura del piso ofrece dos posiciones. Adelante, las butacas son confortables. La posición de manejo se logra con facilidad y hace que el conductor acceda rápidamente a los comandos que necesita operar. Esta versión dispone del sistema digital Active Info Display, que permite configurar el tablero para que, por ejemplo, las imágenes del navegador se vean en el display central.
El instrumental es muy preciso, aunque la escala del velocímetro es “rara”, ya que omite marcas: de 20 pasa a 40, de 40 a 60, y de ahí cuenta cada 40 hasta exagerados 260 km/h. No obstante, un pequeño cuadrante en la base del velocímetro va mostrando la velocidad en todo momento. Nivel de combustible y temperatura del refrigerante del motor disponen de escalas luminosas, poco precisas.
En cuanto al equipamiento, la dotación de la que esta versión dispone es muy amplia (ver página 32) y se hace más interesante con los agregados del paquete Hero: techo solar panorámico, faros full led, llantas de aleación de 17 pulgadas, y techo y retrovisores de color negro. También aparece en la lista de ese opcional el sistema de estacionamiento automático.
Lamentablemente, la rueda de repuesto es de uso temporal. Por otro lado, llama la atención que, a pesar de la destacada dotación en el rubro seguridad (ABS, seis airbags, control de estabilidad, detector de fatiga, múltiples sensores y anclajes Isofix), los frenos traseros sean a tambores.
Conocido 1.6
Inicialmente, la oferta del VW T-Cross contará con una sola motorización. Se trata del histórico cuatro en línea 1.6 que les da vida al Gol y al Voyage, entre otros, y que, con modificaciones (bautizado MSI), también aparece en el Polo y el Virtus. Entrega 110 CV de potencia y 15,8 kgm de par, y en este caso trabaja con una caja automática de seis velocidades (con levas y posición S) que se mostró lenta de reacción.
Esta es una combinación que se desempeña correctamente en ciudad, en donde salen a relucir las virtudes dinámicas de esta unidad, con esquemas de suspensiones confortables y dirección (eléctrica) de excelente respuesta. También se desempeña muy bien en la ruta, aunque las prestaciones que obtuvimos en nuestras pruebas no son las mejores: llegamos a una velocidad máxima de 173,9 km/h, mientras que para acelerar de 0 a 100 km/h necesitó 14,2 segundos, aunque si nos proponemos bajar esa marca, pasando los cambios en forma "manual", podemos lograr 13,6 segundos.
La carrocería elevada y de 1.250 kg de peso, atenta contra el mejor consumo: en nuestras pruebas medimos un rendimiento promedio de 12,8 km/l. Las marcas en ruta, a velocidad constante, fueron correctas (18,1 km/l a 90 km/h, por ejemplo), pero el gasto de combustible en el ámbito urbano se desplomó hasta 8 km/l. El desempeño de los frenos fue muy bueno si consideramos el tacto y la dosificación del pedal y las distancias que medimos en las pruebas, pero, al exigirlo en la pista, el T-Cross se mostró algo movedizo.
Ser el SUV nuevo
Al cierre de esta nota publicada en la edición de papel (nº 488, junio 2019) , Volkswagen de Argentina iniciaba la preventa del T-Cross con precios especiales y variantes de financiación. Por precios especiales entendemos que se trata de valores bonificados, motivo por el cual es dado suponer que cuando se abra la venta “normal”, esos importes se incrementarán. Estos precios “exclusivos”, como los define VW Argentina, establece que la versión Highline cuesta 1.254.528 pesos, valor al que hay que agregar el paquete Hero que equipaba la unidad de prueba, monto que al momento de escribir estas líneas no había sido definido por la filial local de la compañía alemana.
De todos modos, es lógico suponer que superará el precio exclusivo de la versión Highline, deducción que nos permite asegurar que se trata de un modelo caro. Por ejemplo (y sólo por tomar una referencia), la versión más cara del Nissan Kicks, la Exclusive CVT, tiene un precio de lista de 1.080.400 pesos, mientras que el Jeep Renegade Longitud A/T, se vende por 1.245.950. Sin embargo, el dato más llamativo aparece cuando incorporamos en el análisis al VW Tiguan: por 1.513.000 pesos es posible acceder a un vehículo más grande, potente y equipado, y con tres filas de asientos.
FICHA TÉCNICA Y PRESTACIONES