Manejamos el nuevo Jeep Wrangler Rubicon: signo de estos tiempos
La actualización del todoterreno llega con varios cambios, de los cuales el más importante es el reemplazo del motor V6 Pentastar por el Hurrican 4, un cuatro en línea turboalimentado. Gana en torque, pero... Suma, además, nuevo equipamiento.
Cada vez que un modelo que es referente en su espacio presenta un cambio importante, ese ajuste es materia de debate para los entusiastas. Y más aún cuando esa modificación representa “un sacudón” en las bases que marcaron el crecimiento de la especie.
Algunos dirán que la incorporación del motor de cuatro cilindros en línea turboalimentado Hurrican 4 en reemplazo del normalmente aspirado V6 Pentastar en la actualización del Jeep Wrangler Rubicon es una blasfemia, pero muchas veces algunos “pecados” tienen justificación.
También podrán plantear que con este cambio “se pierde cierta cuota de estilo aventurero”, pero primero habría que preguntarse dónde nace esa condición.
El cambio de motor representa dos cilindros menos, con la consiguiente reducción (además del cubicaje, por supuesto) del peso, detalle que a la larga redunda en algunas mejoras tales como, por ejemplo, cierta disminución del consumo y (aunque leve y eventual) en el confort de marcha.
Claro que cambia el ronroneo del propulsor y también el sonido del escape, uno de los detalles que más me llamó la atención, particularidad importante aunque no determinante: quien use este vehículo para lo que fue creado no reparará en esta... ¿nimiedad?
Es, en definitiva, un cambio que acompaña a los tiempos que corren, con el que se busca reducir los niveles de contaminación sin sacrificar prestaciones, una estrategia en la cual Stellantis está trabajando con decisión, habida cuenta de la (en algunos casos llamativa) combinación de modelos y motores que está realizando entre las diferentes marcas del grupo.
Es que los tiempos cambian a partir de las necesidades de cada época y, en muchos casos, se vuelve a las fuentes: después de todo, el iniciador de esta historia, aquel Jeep de la década de 1940, ¿acaso no utilizaba un motor de cuatro cilindros que ni siquiera era turboalimentado?
Los cambios de hoy
Los más de ochenta años de historia del Jeep han dejado diseños variados, aunque (casi) todos mantuvieron la línea trazada en la década de 1940, cada uno con sus particularidades.
En esta versión 2026 del Wrangler Rubicon aparecen ajustes en el exterior, entre los que se destaca la parrilla rediseñada (inspirada en el Rubicon 20th Anniversary), que además de actualizar el diseño permite que llegue mayor flujo de aire hacia el motor.
También han cambiado las llantas: si bien son de 17 pulgadas, ahora muestran un dibujo actualizado. Los neumáticos son de medida 255/75.
También hay un cambio en la antena, ahora integrada en el parabrisas.
En el interior aparecen retoques, aunque no se han modificado los parámetros que posicionan a este todoterreno “de pura cepa” como un vehículo de lujo.
Claro que habrá que lidiar con la conformación de la carrocería, silueta que ofrece paneles desmontables (techo, laterales y puertas, además del parabrisas abatible), los cuales, a pesar de estar muy bien “amurados”, tarde o temprano generarán ruido: imposible escapar al flagelo de las vibraciones. Además, aunque es una operación sencilla, quitar esos paneles lleva un tiempo considerable.
Pero ¡no nos confundamos! Si queremos un vehículo con un habitáculo tan hermético que sea infranqueable para los ruidos, probablemente el modelo indicado no sea un todotetrreno. Por otra parte, no hay manera de escapar al sonido de la rodadura que generan las cubiertas BFGoodrich Mud-Terrain T/A en su contacto con el asfalto. Puede ser una cuestión de gustos, especialmente en estos tiempos en los que el ruido tiene mala prensa, pero disfrutar del paisaje, explorando terrenos de acceso restringido para la mayoría de los mortales merece una (gran) cuota de sonido ambiente para hacer de ese viaje una experiencia singular.
Otros “retoques”
En el habitáculo, los cambios no son muy profundos. El principal es tecnológico: la pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento de 12,3 pulgadas es nueva y tiene orientación apaisada. Como sucede habitualmente, este display es el centro de mando de varios sistemas, incluyendo la cámara de marcha atrás (y otros ángulos) de muy buena resolución.
Por otra parte es importante destacar que las butacas delanteras agregan ajuste eléctrico y calefacción. El volante multifunción (sin levas y con doble ajuste) también está calefaccionado.
La posición de manejo sigue siendo muy buena, lógicamente elevada, mientras que en la segunda fila hay lugar suficiente para que dos adultos disfruten de un viaje por la naturaleza. El asiento del medio es más pequeño, aunque admite una persona de contextura mediana.
El tablero combina indicadores analógicos (velocímetro y tacómetro), con otros de segmentos luminosos (nivel de combustible y termómetro para el refrigerante del motor), más una pantalla central para la computadora de a bordo que muestra una completa oferta de parámetros.
Además, muchos de los dispositivos que conforman la destacada dotación de equipamiento que ahora agrega control crucero adaptativo con función Stop&Go, luces altas automáticas, alerta de punto ciego y frenado autónomo de emergencia se pueden gobernar desde las teclas “físicas”, como las del equipo de audio (de muy buena calidad y con un subwoofer instalado en el baúl). Por su parte, las que controlan los levantavidrios están en la consola central, una ubicación poco intuitiva.
Se accede al baúl (de 533 litros) a través de una compuerta de apertura lateral (la luneta se abre en forma independiente), en la que va colgada la rueda de repuesto. En el centro del auxilio se ha instalado la cámara de marcha atrás.
Dos menos
Como decimos más arriba, esta actualización del Jeep Wrangler Rubicon hace foco principalmente en el reemplazo del motor. El V6 Pentastar dejó su lugar al Hurrican 4, un cuatro en línea turboalimentado con el que pierde en potencia (285 CV del anterior contra 272 CV del nuevo), pero gana en torque (353 Nm a 4.800 rpm vs 400 Nm a 3.000 rpm, respectivamente), parámetros que redundan en beneficio del ahorro de combustible.
Si bien esta no fue una prueba a fondo, pudimos comprobar esa diferencia: mientras que con el V6 el rendimiento promedio giró en torno de los 8,2 km/l, con el cuatro en línea se ubicó en los 9,1 km/l.
En donde casi no se advierten diferencias es en el comportamiento dinámico. Es cierto que el nuevo motor pesa unos cuantos kilos menos que el anterior (estimamos unos 70 kg), diferencia que sin duda influye en la respuesta, detalle que seguramente será detectado por el ojo entrenado del usuario (¿fanático?) de este modelo. Y también serán esos “especialistas” los que sin duda aprovecharán al máximo la parafernalia tecnológica que le permite al Rubicon animarse a todo: la caja automática de ocho velocidades se complementa con una transferencia denominada ROC-TRACK con los modos 2WD, 4WD Auto, 4WD Part Time, y 4WD LOW.
Además, suma eje rígido delantero y trasero, bloqueo de diferencial TRU-LOCK, desconexión electrónica de la barra estabilizadora y modo de manejo Off-Road.
La dirección responde muy bien, lo mismo que las suspensiones, pero recordemos que se trata de un vehículo alto, pesado, con gran superficie frontal y unos enormes neumáticos con grandes tacos, combinación fundamental que define su razón de ser, que no es otra que la de avanzar en terrenos accidentados, espacio en el que se mueve con absoluta comodidad.
Manejarlo en la ciudad es una experiencia muy grata, por lo menos para mí. Es que a partir del momento en el que uno se acostumbra a los ruidos y las asperezas que los BFGoodrich llevan hasta el habitáculo, todo es maravilloso: respuesta inmediata, espacio interior amplio y versátil, gran capacidad de baúl, equipamiento de lujo y la posibilidad de enfrentar los terrenos más desafiantes, incluso a cielo abierto, para disfrutar aún más esa aventura.
Eso sí: ojo con las distancias de frenado y las maniobras repentinas en velocidad: esos neumáticos que son clave en el desempeño off-road pueden ser muy peligrosos en situaciones imprevistas en la ruta, ya que no colaboran con la estabilidad y alargan las distancias de frenado, a pesar de los cuatro discos.
El Jeep Wrangler Rubicon 2.0 es un vehículo “fuera de serie”, y como tal adquirirlo representa un costo elevado: 147.000 dólares era el precio de venta publicado por la marca al cierre de este artículo.
El competidor más directo que este modelo de Stellantis encuentra en nuestro marcado es el Ford Bronco Badlands que, más potente (motor Ecoboost 2.7 V6 biturbo de 334 CV y 562 Nm), preparación off-road y elevado nivel de equipamiento, cotizaba a 139.143.700 pesos.
En ambos, la garantía es de tres años o 100.000 kilómetros, evidentemente acotada en épocas en las que modelos de menor jerarquía ofrecen plazos más extensos.
Ficha técnica / Jeep Wrangler Rubicon
● Motor Naftero, delantero, longitudinal. Cuatro cilindros en línea, 16 válvulas. Alimentado por inyección directa, turbo e intercooler. Cilindrada: 1.995 cm3; Diámetro por carrera: 84 x 90 mm; Relación de compresión: 10:1; Potencia: 272 CV a 5.200 rpm; Torque: 400 Nm a 3.000 rpm.
● Transmisión Tracción 4WD con reductora de alta, baja y bloqueo de diferenciales. Caja automática de 8 velocidades. ● Suspensiones Delantera y trasera: Eje rígido con resortes de espirales, brazos tensores de suspensión superior e inferior, barra estabilizadora y amortiguadores heavy duty.
● Frenos ABS, EBD Delanteros: Discos ventilados. Traseros: Discos ventilados.
● Dirección Piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
● Llantas y neumáticos Llantas de aleación 7J x 17” Neumáticos 255/75 R17
● Prestaciones Vel. máxima: 170 km/h (oficial) Acel. 0-100 km/h: 7,6 s (oficial) Consumo promedio: 9,1 km/l
● Dimensiones/capacidades Carrocería todoterreno, cuatro puertas, cinco pasajeros. Peso en orden de marcha: 2.631 kg Capacidad del tanque: 81 l
Largo: 4.785 mm/Ancho: 1.875 mm (con espejos)/Alto: 1.869 mm/Entre ejes: 2.459 mm
Despeje del suelo: 24,6 cm/Ángulo de ataque: 44,2º/Ángulo de salida: 37º/Ángulo ventral: 22,6º
● Fabricante / Importador Stellantis Estados Unidos / Stellantis Argentina
● Precio y garantía U$S 147.000 y 3 años o 100.000 km.
EQUIPAMIENTO (destacado)
Llantas de aleación. Faros Full LED con antiniebla. Parabrisas abatible. Puertas desmontables. Techo desmontable (tres paneles). Enganche para remolque. Retrovisores laterales con comando eléctrico y calefactables. Ganchos de remolque delanteros. Climatizador automático. Tapizados de cuero. Asientos delanteros con regulación eléctrica, ajuste lumbar eléctrico y calefactables. Asiento trasero plegable 60/40. Retrovisor electrocrómico. Volante multifunción revestido en cuero, regulable en altura y profundidad. Acceso sin llave. Encendido/apagado del motor por botón. Airbags frontales delanteros y suplementarios laterales. Control de arranque en pendientes (HSA / HDC). Control de estabilidad electrónico. Control de tracción. Control de mitigación de rolido. Control crucero adaptativo c/Stop&Go. Protector de zócalos Rock-Rails. Sistema de control de oscilaciones de remolque. Alarma. Sistema de detección de pasajeros. Pantalla multimedia central Uconnect de 12,3” con navegador GPS, conectividad Andriod Auto y Google CarPlay. Puertos USB. Tablero digital TFT. Sistema de audio Alpine. Park Assist. Sistema de control de presión de neumáticos.
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