Renault Arkana Fotos: Alejandro Cortina (Alejandro Cortina Ricci)
Renault Arkana Fotos: Alejandro Cortina Foto: Alejandro Cortina Ricci
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Espirit Alpine

Probamos el Renault Arkana E-Tech

Es uno de los modelos con los que la marca francesa busca renovar su oferta en la región. Llega desde Corea del Sur ofreciendo silueta llamativa, buena calidad general, equipamiento amplio y motor turbo-naftero, para competir en un segmento muy caliente.

viernes 09 de mayo de 2025

A principios de enero de 2021, Renault daba a conocer su estrategia global Renaulution diseñada para renovar su oferta de modelos a nivel global, haciendo foco en nuevos productos y en la electrificación.

En ese plan había un apartado para la región de América latina, apéndice que contempla la llegada de vehículos como el que aquí analizamos. Por supuesto, al estar nuestra región lejos de los principales centros económicos mundiales, esos lanzamientos se producen aquí con mucho retraso.

Básicos:
Velocidad máxima 181,8 km/h Potencia 140 CV Consumo promedio 11,8 km/l Precio $ 43.900.000

Diseño/Aerodinámica (✭✭✭✭): Atractiva y con destacada respuesta frente al viento, la carrocería es robusta. Despeje generoso.
Confort/Espacio interior (✭✭✭1/2): Es amplio para cuatro, aunque atrás la caída del techo (que reduce la visibilidad por la luneta) puede resultar una molestia para los más altos. 
Motor/Prestaciones (✭✭✭): Los 140 CV no aparecen en todo su esplendor, por lo que las prestaciones son modestas; no así el consumo, que es bueno.

Los más: • Diseño • Calidad de materiales y terminaciones • Equipamiento • Capacidad del baúl.  

Equipamiento/Instrumental (✭✭✭✭): La dotación en muy interesante, pero la rueda de repuesto es temporal y la pantalla de 9,3 pulgadas. Instrumental digital configurable.
Suspensiones/Dirección (✭✭✭1/2): Ofrecen confort en la ciudad, pero transmiten cierta inestabilidad en la ruta. Dirección de excelente respuesta. 
Transmisión/Caja (✭✭✭✭): Tracción delantera y caja de doble embrague de muy buen respuesta.

Los menos: •  Visibilidad por la luneta • Estabilidad en alta • Prestaciones modestas • Precio.

Seguridad/Frenos (✭✭✭✭): Frena muy bien y la dotación en este apartado es completa.
Precio/Garantía (✭✭1/2): Es caro y la garantía empieza a quedarse corta...

El Renault Arkana fue presentado inicialmente en Rusia en 2019, mientras que su lanzamiento europeo tuvo lugar dos años más tarde; es decir, llega a la Argentina seis años después de aquel estreno, en un momento en el que, por la habitual estrategia de las automotrices, estaría cerca de una renovación de mitad de vida.

Pero para el mercado local es una novedad importante, porque la marca del rombo busca con el Arkana reforzar su participación en el segmento de los SUV medianos inyectando, con este modelo que llega importado desde Corea del Sur, un plus de calidad en un espacio mayormente poblado por unidades fabricadas en el Mercosur.

Además, es una de las pocas marcas generalistas que dispone en este espacio de sistema de hibridación “suave” para complementar al motor.

El Renault Arkana se ofrece en la Argentina en una sola versión denominada Espirit Alpine, que se incluye dentro del concepto E-Tech en el que también se anotan unidades ciento por ciento híbridas que, por el momento, no se venden aquí.

En otros mercados también se ofrece en versiones Evolution y Techno, pero probablemente el “efecto Colapinto” sea el que justifique que acá se ofrezca sólo la opción Espirit Alpine.  

 

A la moda

El Arkana toma el estilo de diseño que hoy se impone en el mercado global. El concepto SUV recibió un “refresh” con la incorporación de este llamado “estilo cupé”, trazos que en este modelo logran cumplir el objetivo al que seguramente han apuntado los diseñadores: que no pase inadvertido. Incluso parece más grande de lo que realmente es (mide, 4.568 mm de longitud), jugando también con una personalidad que se mueve entre segmentos: está desarrollado sobre la plataforma CMF-B (la misma que utilizan, por ejemplo, el nuevo Clio y el Austral), pero en nuestra región pretende rivalizar con productos del segmento C.

En esa silueta se destaca el volumen delantero, en el que aparecen los faros full led con las firmas DRL en forma de C, una parrilla generosa con el nuevo logo de la marca de grandes dimensiones, toma de aire inferior y, a los costados, los canalizadores que llevan aire fresco a los discos delanteros. No hay faros antiniebla.

Visto de costado el detalle distintivo es, por supuesto, la caída del techo hacia el sector posterior. También llama la atención que el parante C sea “angosto”, detalle que, sumado a un particular trazo en esa zona (como ensanchada) hace que el dibujo de la cintura elevada le dé un toque de deportividad, a diferencia de otros modelos similares en los que no se advierte movimiento en ese panel y el parante es un poco más “grueso”. 

Las llantas son de aleación con neumáticos de 18 pulgadas; la de repuesto, temporal.


Además, en los costados, en la parte superior de los guardabarros, cerca del parante A, se ven los apliques que dan cuenta de la versión en los que aparece el logotipo de Alpine.

Remata ese dibujo un portón grande (se abre también desde la llave), una compuerta pesada que descubre un espacio generoso que, a pesar de que ofrece unos 513 litros de capacidad (y piso móvil para modificarla), obliga a acomodar los elementos que allí se quieran transportar agudizando la imaginación por las limitaciones que representa aquella caída del techo ya mencionada. Esa inclinación es también responsable de la reducción de visibilidad por la luneta.

Hacia abajo, protectores y doble salida de escape decorativas; la “real” está más atrás.

Es importante destacar que, en líneas generales, es una carrocería robusta que genera una buena interacción con el viento, sin provocar ruidos más allá de los habituales.

Camino al C

La calidad de materiales y terminaciones es un diferencial positivo para el Arkana que, de alguna manera, apuntala aquella pretensión de enfrentar a unidades del segmento C. Efectivamente, el habitáculo está decorado por elementos que intentan darle jerarquía, tal el caso de los materiales que tapizan los diferentes sectores, varios de ellos “acolchados”, como los que recorren el torpedo y los paneles de las puertas. Hay plástico, por supuesto, pero en una “justa medida”.

Los tapizados son de cuero “ecológico” y símil alcántara para cubrir las butacas delanteras (ambas eléctricas, con estilo anatómico y el logo de Alpine bordado), con costuras de color azul/celeste, el mismo tono que aparece también en los cinturones de seguridad.

El ajuste en altura y profundidad de la columna de dirección garantiza, junto con la modificación en altura de la butaca, la mejor posición frente al volante, un comando multifunción que suma, además, grandes levas para pasar los cambios.

El tablero es ciento por ciento digital configurable y en él se lee la información de la computadora de a bordo o el cuadrante del tacómetro (muestra el régimen de giro del cigüeñal con números, no con escalas), según se elija.

La pantalla del sistema de infoentretenimiento es de 9,3 pulgadas de disposición vertical, aunque la imagen de la cámara de marcha atrás aparece en una superficie más pequeña. En ella, según el sistema elegido, aparecen imágenes muy claras del ítem a modificar: para elegir el modo de conducción del sistema Multi-Sense (son tres: My Sense, Eco y Sport, que actúan sobre motor, dirección y suspensión), y ajustar las asistencias a la conducción o el climatizador.

Todos los comandos están al alcance de la mano del piloto, muchos de los cuales funcionan a través de teclas de accionamiento sencillo, intuitivo, tales los casos de, por ejemplo, la calefacción de butacas, el aire acondicionado (de una zona y con salidas traseras), la cámara 360 y el estacionamiento asistido.

También los que aparecen a la izquierda del volante, como el que ajusta el brillo del tablero o la altura de los faros.

Cuenta con acceso sin llave, arranque y detención del motor por botón, cargador inalámbrico para celulares, equipo de audio Bose y techo solar “clásico”, pero con un gran panel exterior que, al abrirse, queda por sobre el techo.

En el rubro seguridad dispone de seis airbags, sensores de estacionamiento delanteros y traseros, anclajes Isofix, antiniebla trasero y un destacado equipo de asistencias a la conducción (ADAS), que incluye, entre otros, freno autónomo de emergencia, sensor de punto ciego, alerta de cambio involuntario de carril activo y control de velocidad crucero adaptativo. También suma estacionamiento asistido: una vez que los sensores encuentran el espacio necesario, el piloto sólo tiene que ocuparse de los pedales porque es el sistema el que mueve el volante.  

Hacia algo más

El motor del Arkana es conocido por el público local. Se trata del cuatro en línea 1.3 turbo-naftero que equipa el Duster, pero a diferencia de aquel, en el que ofrece 155 CV de potencia y 25,4 kgm de par, en el Arkana entrega 140 CV y 26,5 kgm, respectivamente, parámetros que avanzan hacia otra (y muy importante) diferencia: mientras que en el Duster esos valores son administrados por una caja CVT, en el Arkana los gestiona una automática de doble embrague de siete relaciones. 

Las grandes levas en el volante permiten pasar los cambios de forma secuencial, una manera de complementar aquellos modos de conducción a los que nos referimos más arriba, aunque en rigor de verdad no hemos advertido grandes variaciones en el comportamiento al seleccionarlos.

De hecho, las prestaciones que relevamos dan cuenta de que esos 140 CV no aparecen en todo su esplendor. En nuestras pruebas alcanzamos una velocidad máxima de 181,8 km/h y logramos una aceleración de 0 a 100 km/h de 11,6 segundos. 

Pero los consumos son bastante contenidos para un modelo de esta potencia y unos 1.300 kilogramos de peso. En promedio, este SUV puede recorrer 11,9 kilómetros con un litro de nafta Súper.

Es importante recordar que, aunque Renault define a este modelo en su cartera E-Tech, no se trata de un híbrido convencional en los que el motor naftero es asistido por un generador eléctrico de gran potencia asociado con una batería de gran capacidad. En este Arkana aparece el concepto de “hibridación suave” que incorpora un alternador-arranque (BSG) y una pequeña batería de iones de litio de 12 V y 0,13 kWh de capacidad cuya finalidad es lograr una entrega de torque más eficiente en las etapas iniciales de aceleración. Además, incluye el “Sailing Stop” o “Modo Velero” que mantiene al vehículo en movimiento en fases de desaceleración (soltando el pedal del acelerador), en un rango de velocidades de entre 30 y 140 km/h, aprovechando la inercia para así reducir el consumo. Agrega también sistema Start/Stop. El BSG entrega 8 CV de potencia y alimenta de energía a los sistemas eléctricos del vehículo como el aire acondicionado, la pantalla multimedia y las luces, entre otros.

El comportamiento dinámico es muy bueno en la ciudad, espacio en el que los neumáticos de 18” y perfil 55 pueden generan algunos rebotes molestos, aunque no llegan a atentar contra el confort de marcha que entregan las mullidas suspensiones. Como contrapartida, en la ruta esa “blandura” hace que al volante el Arkana se sienta como flotando. 

La dirección es excelente en toda situación de circulación. 

Los frenos, por su parte, responden muy bien, con distancias correctas. Por ejemplo, el sistema de cuatro discos logró frenarlo a cero desde 100 km/h en 40,8 metros.

Entre dos mundos

Como dijimos al comienzo de este artículo, Renault posiciona al Arkana frente a rivales del segmento C, aunque también los encuentra en el B, espacio al cual realmente pertenece. Es algo similar a lo que Fiat hizo con el Fastback, aunque en el caso del producto de la marca francesa la “reorientación” es un poco más evidente por el nivel de precio al que se lo ofrece: 43.900.000 pesos, valor promedio de los SUV del segmento C.

Así, esta versión Espirit Alpine del Renault Arkana encuentra rivales como, por ejemplo, el Honda CR-V 1.5 EXL CVT (125 CV y 43.868.000 pesos) y el Chevrolet Traker (132 CV y 36.262.000), entre los compactos, y el Jeep Compass Serie S (175 CV y 45.148.000 pesos) y el Toyota Corolla Cross SE-G (170 CV y 46.046.000 pesos), entre los medianos.  

Sin embargo, es el Fiat Fatback el que más se acerca al producto de Renault. Con motor 1.3 turbo de 175 CV y 20,3 kgm, caja CVT y equipamiento y calidad por debajo de los del Arkana, pero con baúl 600 de litros, se vende por un importe muy inferior: 35.581.000 pesos para la versión Turbo 270 AT y 39.058.000 pesos en el caso de la Abarth, al cierre de esta edición.

En el ítem garantía, Renault (al igual que otras terminales) se está quedando atrás. Ofrece tres años o 100.000 kilómetros, mientras que otras marcas superan ese plazo, aunque ninguna alcanza a empatar a Toyota que, mientras escribíamos estas líneas, anunciaba que cubrirá a sus modelos con diez años o 200.000 kilómetros.

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