Así probábamos el Fiat 1100

Recordamos la prueba de manejo de uno de los clásicos sedanes de la marca italiana. En esta ocasión, el test pertenece a la edición de noviembre de 1961 de Revista Parabrisas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Impresionan muy favorablemente la terminación y calidad del 1100. Es un coche que está muy bien hecho. No hay autos perfectos, pero como "todo uso" para una familia pequeña, creemos que no sería muy fácil encontrar un auto que supere al Fiat 1100, especialmente para uso en ciudades con ocasionales viajes largos. Devolvimos el 1100 de muy mala gana.

En estas páginas presentamos el primero de los "Road Test" de PARABRISAS. Lo hemos dedicado al Fiat 1100, un noble vehículo de larga y probada tradición internacional.

Nuestra intención ha sido someter al coche a una serie de pruebas, en las condiciones ambientales argentinas (clima, condiciones físicas de camino, particularidades de nuestro peculiar tránsito), para que el usuario tenga a mano una información accesible e inmediata, conseguida por medios técnicos que no están al alcance de todos.

En general, puede decirse que no hay coches terminantemente malos (Nadie se pondría a invertir sumas millonarias para elaborar un producto destinado a un inmediato desprestigio). La misión del "Road Test" es hurgar a fondo, comprobar sañudamente, exigir al máximo, estudiar con rigor.
Por eso, el lector encontrará una serie de observaciones, un tanto minuciosas, una aspiración de total perfección.

Fiat 1100

Nuestros "Road Test" son objetivos, serios y documentados; no estamos comprometidos con nadie y decimos las cosas tal cual pudimos comprobarlas por la experiencia de nuestros testers y la eficiencia del instrumental empleado. Y agradecemos a las fábricas argentinas de automotores que han colaborado con nosotros -en este caso Fiat- su prescindencia ante nuestras conclusiones y su respeto a nuestra tarea.

El Fiat 1100

Nuestro grupo de testers acogió con satisfacción la noticia de que el primer test de PARABRISAS se haría con un Fiat 1100; se trata de un coche que tiene un sólido prestigio cimentado en años de experiencia y de perfeccionamiento por etapas, que comienzan con los modelos de la década 1930 - 1940, de 1000 cm3, posteriormente llevados a los actuales 1100. Muchos de esos modelos viejos aún circulan por caminos y calles de nuestro país.

La versión actual del 1100 (conocida como 103 D) fue presentada en PARABRISAS en el número de marzo de 1961. Es un coche sin sorpresas en su concepción técnica dotado de un motor de cuatro cilindros de 48 CV, medidos con todos los accesorios, excepto ventilador y silenciador de escape.

Tiene válvulas a la cabeza a varilla, cámara de combustión trapezoidal y 68 x 75 milímetros de diámetro y carrera. Indiscutiblemente este motor es uno de los mas probados y desarrollados de la industria europea; basta echar una ojeada a sus innumerables antecedentes deportivos y al uso que se le daba al motor 1100 en coches sport de la post-guerra (Cisitalia, Abarth, Stanguellini, etc) y los actuales Junior.

La carrocería actual es básicamente la del Nuevo 1100 de 1949, en la cual los contornos redondeados del famoso 1100 1940 - 1948 fueron reemplazados por el formato paralelepípedo que sigue de moda en la actualidad. Aunque no es, por lo tanto, un carrozado de ultimísima moda, precisamente por esta circunstancia ofrece ventajas; por ejemplo, tiene amplio espacio vertical, especialmente notable en el asiento trasero (superior a muchos coches más grandes en este aspecto). La visibilidad para atrás no es, en cambio, tan buena, máxime porque el espejo retroscópico es pequeño e inadecuado.

Fiat 1100

 

Primeras impresiones de manejo

Lo primero que nota el conductor al sentarse es que la posición de manejo cómoda, aunque algunos encuentran que los pedales de embrague y freno son un tanto demasiado verticales y muy juntos. El volante es sencillo, con dos rayos y una bocina central. La bocina tiene una nota agradable; había que cuidarse de no sonarla en forma involuntaria, especialmente haciendo operaciones de marcha atrás. 

Nosotros quisiéramos ver en el 1100 una llave inversora que permitiera usar el botón de bocina para hacer guiñadas de noche. La visibilidad de los instrumentos es perfecta, detalle muy elogiable, aunque lo de "instrumentos" es un poco relativo; el 1100 tiene velocímetro (de banda), medidor de nafta y luces para temperatura, dinamo, presión de aceite y luces.

El nuestro era un 1960, y carecía de cualquier indicación sobre la temperatura del agua; este detalle ha sido superado en los modelos que se entregan desde hace varios meses. Para nosotros es un error muy grande que los coches no tengan un instrumental completo, pero sería injusto criticar a Fiat por un problema que es de todos.

El control de luces propiamente dicho se hace con una palanquita ubicada sobre la columna de dirección, que trabaja solamente estando en posición abierta una llavecita maestra de las luces (y aparte hay una llave para luces del tablero). Al lado de la palanquita de luces (posición A, cerrado; B, luces medias; C, luces largas) se encuentra la que acciona los señaladores de viraje.

Las luces del tablero son brillantes; deberían tener un reóstato para reducir su brillo sin apagarlas del todo, porque todos nuestros testers objetaron que de noche el reflejo sobre el parabrisas es molesto (aunque los instrumentos están contenidos por un marco con visera). También por su excesivo brillo, el velocímetro es algo molesto.

Fiat 1100

Arranque

El arranque del motor se hace en la forma moderna, girando a la derecha la llave de contacto. No tiene la "tercera posición" que se usa mucho, en la cual no funciona el sistema de encendido pero sí los accesorios. Ventaja o desventaja, según la apreciación personal de cada uno.

Para el arranque en frío es recomendable usar el starter o cebador; además, el Fiat 1100 tiene un detalle muy poco visto en la actualidad, que es un acelerador de mano que, con muy buen criterio, solamente acelera hasta cierto punto, es decir, no se puede llevar el auto a fondo con este control (que, como se sabe, no retorna en forma automática, como el acelerador de pie). Experiencia: no conviene poner el coche en movimiento hasta que el motor no se haya entibiado. Los controles son livianos y agradables; el Fiat 1100 debe ser uno de los mejores coches en este sentido.

El pedal de embrague separa los discos casi al iniciar su recorrido, o sea que es "rápido" o "celoso"; pero no lo es en forma excesiva, y únicamente un conductor muy novicio podría encontrar dificultad con este detalle. El acelerador es de acción progresiva y suave, pero acercándose a su posición de plena marcha, es decir, a fondo, tiende a cansar el pie. Sin embargo, a las velocidades máximas legales, su ángulo de inclinación es bastante cómodo (¿Moraleja...?).

La palanca de cambios está sobre la columna de dirección, lo que permite llevar una tercera persona en el asiento delantero, en recorridos cortos. No somos, en general, admiradores de la palanca en el volante, pero el varillaje del Fiat 1100 es excepcionalmente bueno; no hay juego, no hay dificultad para hacer entrar las marchas y, en general, la precisión supera a la de algunos coches que hemos conducido, con palanca en el piso, lo que es mucho decir; al cambiar de 1era a 2da conviene hacer una leve presión hacia el pecho del conductor, para evitar pasar de 1era directamente a 4ta, cosa que nos ocurrió dos o tres veces durante el test.
Una vez puesto en marcha el coche, se puede cerrar muy pronto el starter porque el motor calienta enseguida.

Es muy suave y "tira" bien en todas las marchas. Nosotros hicimos una prueba bastante severa: a 25 km/h fondeamos el acelerador en 4ta (nafta especial) y el 1100 salió suavemente y sin inconvenientes. De todos modos, tiene una caja de velocidades tan agradable que la mayoría de los usuarios seguramente no le van a escatimar rebajes al coche.

Fiat 1100

Performance

Tal vez los frenos sean el aspecto verdaderamente sobresaliente del 1100; éstos son potentes y progresivos, además no pierden eficacia. Después de terminar las pruebas de frenaje de nuestro test, el piloto oficial de la Fiat, Sr. Juan Andreazza, dijo: "Vea, toquen las campanas..., están frías...". En los sedanes más recientes, frenando a fondo se observa una trepidación del tren delantero, pero esto ocurre solamente en circunstancias excepcionales y, además, no parece afectar la desaceleración.

En camino, el 1100 puede estar con cualquier otro auto, ya que acelera bien y, además, la caja de velocidades lo ayuda; con un mínimo de práctica se puede enganchar la primera no sincronizada, aunque la segunda es lo suficientemente "corta" como para sacar el coche hasta de parado. Práctica que no recomendamos en absoluto, pero puede hacerse con un fin, digamos académico.

La tercera, a veces, da la impresión de ser un poco corta o reducida, pero en el test alcanzó casi 100 kilómetros por hora, manejado por Andreazza. Claro que eso es mucho más ligero que lo que andaría un conductor particular. La Fiat recomienda no exceder los 80 en 3era, y estimamos que esa cifra es la mejor. Por otra parte, la tercera es muy útil para conductores perezosos que no quieren hacer rebajes a segunda.

En cuanto a performance, la del Fiat es perfectamente adecuada para viajes largos dentro de los límites impuestos por los reglamentos nacionales y aconsejados por la prudencia; claro que entre 80 y 100 el coche acelera mucho más lentamente, y para adelantarse a esa velocidad, como también para superar camiones con acoplado, que a veces andan bastante fuerte, es necesario encarar el sobrepaso con bastante adelanto, cosa de embalar bastante fuerte, antes de aparearse al otro vehículo y pasarlo. Esto vale para cualquier coche de performance similar a la del Fiat 1100.

El Fiat esta capacitado para mantener velocidades de crucero mucho más elevadas que las que admite la reglamentación nacional. Nadie debe temer por la longevidad del motor, pues esta unidad motriz ha sido probada en millones de kilómetros de duro andar.

Fiat 1100

Son buenas la estabilidad y las condiciones de viraje del 1100. En virajes fuertes -bastante más fuertes que lo que hace la mayoría de los conductores- tiende al sobreviraje. Dentro de la gama normal de uso, dobla muy bien con las presiones recomendadas por la fábrica -22 adelante, 25 atrás-. Las gomas chillan fácilmente.

El freno de mano está ubicado sobre el piso, adelante del asiento delantero; no es nada extraordinario, incómodo para alcanzar y, al menos en el coche que tuvimos nosotros, muy poco eficaz, no frenaba casi nada y además era duro el botón que destraba la cremallera.

Comodidad interior

El Fiat es un coche relativamente alto (1.49 metro máximo). Un poco demodé, pero a nosotros nos parece que la circunstancia de que los coches modernos sean cada vez más bajos, es una de las características menos deseables del progreso, que le dicen... Hemos señalado que el espacio vertical es generoso; horizontalmente, es adecuado, longitudinalmente, tal vez sea un poco corto y los pasajeros de atrás no pueden estirar mucho las piernas... pero tampoco es lógico pedirle demasiado a un sedán de 1100 cm3.

El asiento delantero tiene amplio recorrido y tendría que ser de estatura excepcionalmente alta la persona que no pudiera acomodarse, pero en el límite de su recorrido para atrás, el respaldo impide el funcionamiento de las palancas de las ventanillas traseras. La traba del asiento es de funcionamiento suave y se lo puede deslizar sin forcejear.

Las puertas delanteras abren para atrás; si bien en coches de concepción más actual se estila que abran para adelante por factores de seguridad, no hay duda que en el 1100 son cómodas para subir y bajarse del coche.

La suspensión es muy buena, tanto en adoquinado como en superficies quebradas, y la amortiguación es excelente. El auto no se inclina en los virajes, y no cabecea excepto bajo frenaje muy intenso. El ruido propio del rodaje es muy débil, y aun a alta velocidad se podía conversar normalmente sin alzar la voz, lo que, aunque parezca un detalle bizantino, reduce mucho la fatiga y el aburrimiento de viajes largos.

Diez puntos habría que concederle al Fiat en cuanto a la carrocería; a pesar del trato nada suave que le dio PARABRISAS, y a los casi 10.000 kilómetros que tenía cuando nos lo entregaron, lo devolvimos sin un solo ruidito y con todo el casco portante tan rígido como cuando era nuevo.

Los limpiaparabrisas son accionados por una llavecita en el tablero; existe también un lavaparabrisas con pulsante de goma. Visera convencionales, orientables, los picaportes traban las puertas para abajo (y en la puerta de del lado del volante no hay traba).

La calefacción tiene dos controles, uno que regula el paso de agua y el otro regula el paso de aire; ésta es sumamente potente, pero calienta el asiento delantero mucho más que el trasero, cosa que no ocurre con el 600, en el cual la calefacción es más pareja. Pero por falta de calor, no se va a quedar...

Baúl y capot

El baúl es de una amplitud sorprendente, considerando lo pequeño del coche, y además no interfiere la rueda de auxilio, ya que ésta va en una bandeja debajo del piso del baúl. Tiene bastantes herramientas, y el crique es muy eficiente; actúa sobre los costados de la carrocería, y las rueditas 520 x 14 son livianas y fáciles de cambiar en caso de una pinchadura.

El tanque de nafta tiene una capacidad de 38 litros; se puede llegar a Mar del Plata, andando a 80, sin reabastecerse. El tanque debiera tener un tubo respiradero, porque ocurre que para llenarlo del todo hay que zarandear el coche, a efectos de evitar la formación de bolsillos de aire.

El capot, tanto como el baúl, se abren fácilmente. El motor es accesible, aunque el filtro de aire dificulta el acceso a los tornillos de regulación del carburador. Al abrirse el capot y el baúl, respectivamente, se encienden sendas lamparitas (estando encendidas las luces de posición).

Conclusiones

Uno de nuestros testers observó: "Para andar en el centro, creo que casi no hay auto como el 1100. Los controles son livianos y precisos, los frenos excelentes, tiene aceleración perfectamente adecuada a las circunstancias, y es fácil de estacionar en cualquier lado; además, puede aprovechar cualquier agujerito en el tránsito.

Probado por PARABRISAS en un día de andar en Buenos Aires en todo tipo de tránsito, desde las angostas y apretadas calles de la "zona bancaria" hasta las amplias avenidas de Palermo, el Fiat obtuvo 9.3 km/litro, es decir, un poco más de 200 km con 20 litros; en carretera, a 80, conseguimos 12.7 por litro (254 con 20). El Fiat no es supereconómico, pero sus otras ventajas compensan, creemos, estas pequeñas diferencias.

Para andar en carretera, tiene performance adecuada como para cualquiera que no sea un fanático de la velocidad; a 100 por hora se puede andar todo el día sin problemas, y esa velocidad es bastante para llegar a cualquier lado. Andando ligero, da alrededor de 220 con 20 litros; claro que esto depende del viento. Nosotros hicimos las pruebas de consumo rutero promediando varios días de andar, para balancear adecuadamente factores cambiantes.

Impresionan muy favorablemente la terminación y calidad del 1100. Es un coche que está muy bien hecho. No hay autos perfectos, pero como "todo uso" para una familia pequeña, creemos que no sería muy fácil encontrar un auto que supere al Fiat 1100, especialmente para uso en ciudades con ocasionales viajes largos. Devolvimos el 1100 de muy mala gana.

OTROS DATOS

Motor: 1.1 con cuatro cilindros en línea y 48 CV

Transmisión: Manual de cuatro marchas

Velocidad máxima: 122,4 km/h

Aceleración 0-100 km/h: 21 segundos

Distancia de frenado a 100 km/h: 55 metros

Consumo en ruta a 100 km/h: 11 km/l

Consumo en ciudad: 9,3 km/l

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