Vuelve un mito: así es el nuevo Toyota Supra

La marca japonesa trabaja en conjunto con la alemana BMW en el desarrollo de la nueva coupé. Con mucho camuflaje, ya muestra parte de su figura definitiva. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

En nuestro país, el Toyota Supra no arribó en grandes volúmenes. Únicamente muy pocas unidades a comienzos de los noventa llegaron a la Argentina, con motor de seis cilindros en línea y tracción trasera. Pero aunque probablemente no lo conozcas circulando por la calle, lo habrás visto en alguna de las películas de la zaga Rápido y Furioso. Lo mejor de todo es que el Supra volverá en 2018, y ya se lo puede ver camuflado en fase de pruebas.

Las mulas fueron fotografiadas en el circuito de Nürburgring, Alemania. Disponen de un diseño exterior musculoso y deportivo, aunque aún no se conocen sus rasgos definitivos. En el aspecto frontal se puede divisar un abultado capó, encargado de esconder la mecánica, mientras que las tomas de aire del paragolpe delantero, divididas en tres partes, simulan al frontal de un auto de Fórmula 1.

La parte trasera cuenta con un alerón integrado a la tapa de baúl.

Sin embargo, otra de las características de este futuro deportivo de la marca japonesa son sus orígenes. La plataforma será compartida con la del futuro BMW Z5, que presumiblemente comenzará a comercializarse en versión roadster en 2017, para posteriormente sumar un coupé.

Por el momento, la marca bávara desarrolla el chasis para ambos productos, mientras que los motores también podrían ser los turbocomprimidos del grupo alemán. ¿Que proveerá Toyota entonces? Al parecer parte del sistema de propulsión híbrido, que enviará potencia al eje trasero y contará con sistema de frenado regenerativo para la recuperación de energía a una batería de iones de litio.

Primero como un complemento de gama para el cupé Célica, el Supra ganó fama mundial cuando se independizó de éste en 1986 con la tercera generación. En ese momento empleó una plataforma de mayor tamaño, y más potencia a sus motorizaciones, siempre conservando la tracción al eje posterior. En 1993 la cuarta generación tomó un nuevo diseño, mucho más redondeado. Se produjo hasta 2002, año que marcó la despedida mundial.

Carrocería cupé, motor longitudinal de ¿seis cilindros? y tracción trasera. Parece que el haber conseguido un socio como BMW fue la decisión ideal para mantener el nombre fiel a sus orígenes. Lo esperamos.

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