La gran hazaña de “Las Suecas” y un secreto muy bien guardado

Muchos vivieron en persona y otros habrán oído hablar de la dupla femenina que vino de Europa para correr aquí a principios de los 60, pero no muchos saben que en alguna oportunidad no lo habrían hecho solas…

Redacción Parabrisas

 

Esta es la historia de Ewi Rosqvist y Ursula Wirth, las corredoras de automovilismo que en la Argentina fueron conocidas como “Las Suecas”, que vinieron del Viejo Continente a participar, con mucho éxito y una gran repercusión y que, aparentemente se guardaron un gran secreto.

La desconocida historia de las suecas

En 1960 el Gran Premio Standard se había independizado del clásico GP de TC. Las únicas fábricas que se habían atrevido a medirse en el remoto sur habían sido NSU y Volvo, ganadores en sus clases y los suecos en la general, en una carrera que ganaba cierta reputación fuera de nuestras fronteras. En 1961 el carácter de “internacional” otorgado por la FIA atrajo a otros equipos oficiales, para medirse con los locales de menores posibilidades.

La desconocida historia de las suecas
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Entre aquellos estaba la fuerte escuadra de Mercedes-Benz con un par de 220 SE confiados al múltiple campeón europeo de rally Walter Shock y al ex Fórmula 1, Hans Herrmann, ganador en la Targa Florio y en Sebring y segundo en Le Mans. Con semejante combo, los alemanes arrasaron aventajando a los Alfa Romeo Giulia de 2.6 litros (de Cupeiro y Cabalén) por más de dos horas y media, tras los 4.438 kilómetros de carrera.

 

Aparecen las chicas

Para el GP de 1962, Mercedes redobló la apuesta. Viendo el rédito publicitario de aquella victoria de sus autos el año anterior, volvió presentando un equipo de cuatro autos: dos de los recién aparecidos y más potentes 300 SE: uno para Eugen Böhringer, campeón europeo de rally, y otro para Carlos Menditeguy, nuestro ex Fórmula 1.

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Los dos restantes eran dos 220 SE: uno para Herrmann Kuehne (que se accidentó y resultó muerto en la segunda etapa) y otro para dos chicas rubias. Una muy hermosa y la otra muy simpática: Ewi Rosqvist y Ursula Wirth, ambas treintañeras.

 

En esas épocas donde ni por casualidad había internet, ni redes sociales, nadie acá tenía conocimiento. Como dijo alguien entonces, “… eran para el público unas bellas desconocidas que hacían alarde de entusiasmo deportivo”.

La desconocida historia de las suecas

 

La “bella desconocida” piloto era una asistente de veterinaria que había brillado en el equipo oficial de Volvo, y por el ojo clínico de Karl Kling, capo deportivo de Daimler, pasó a integrar las huestes de Mercedes. Ewi fue tres veces campeona (de 1959 a 1961) en el europeo femenino de rally y se ganó así un lugar en esta incursión de la escuadra comandada por Kling y asesorada por Juan Manuel Fangio en la ocasión.

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Como es sabido “Las Suecas”, como se las rebautizaron acá, ganaron de punta a punta. Y con una holgura exagerada. De los 248 autos que largaron en Buenos Aires, 21 eran de la Clase G, las de los números con prefijo siete. Se pensó, para adentro y para afuera que “no le habían ganado a nadie”.

 

Rivales de peso

Sin embargo, los “nadie”, rivales directos, se valían de otros Mercedes, pero más potentes, un par de Jaguar Mk II 3.8, cuatro cupés Studebaker Lark Daytona de 5 litros y tres cupés Pontiac Catalina, también V8, pero de 7 litros que entregaba 373 CV. Ya en la primera etapa once de los “grandes” quedaron afuera. Entre ellos, las dos figuras de la estrella de tres puntas, Böhringer y Menditeguy. Este último, escoltó a 39 segundos a la sueca y ello, al parecer, lo descompensó anímicamente: presentó el auto fuera de término y reglamentariamente fue desclasificado. Igual suerte corrió su hermano Julio, con un 220 SE particular al llegar a Carlos Paz pasado el plazo establecido.

 

Corredoras imbatibles

“Las Suecas” (en realidad Ursula había nacido en Alemania) habían ganado la general batiendo el récord establecido el año anterior por Schock. Y siguieron al frente de la general venciendo también en las cinco etapas restantes, un hecho nunca igualado en la historia de los grandes premios, subiendo el promedio general establecido en 1961 en 5,64 km/h.

 

Suecas “celebrities”

Ewi volvió en a nuestro GP, en 1963 y 1964, como tercer piloto. En ambas cumplió su rol, siendo tercera absoluta. Por lo del ’62, ella y Ursula consiguieron el máximo reconocimiento para un deportista argentino de la época: salir en la tapa del “El Gráfico”. Y pasaron a ser historia en el automovilismo del mundo.

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Doble sorpresa

Lo que vincula esta nota con el Día de la Madre, es una curiosidad mantenida en secreto por más de medio siglo. El gran periodista y escritor Federico Kirbus, que supo colaborar con nuestra revista Parabrisas, fue quien incentivó a los de Mercedes-Benz para que vinieran a la Argentina. Él fue en la ocasión el traductor del equipo y también cubrió la competencia en El Gráfico. En una de las notas, un recuadro habla de un secreto. Su mujer, Marlú, que oficiaba de inseparable colaboradora de las pilotos, le había contado una confidencia que le había hecho Ewi: ¡ambas estaban embarazadas!

La famosa hazaña de “Las Suecas” y una anécdota que pocos conocen

Secreto bien guardado

Los hijos, claro todavía en el vientre de sus madres, habían compartido la hazaña de dos mujeres, que en más de 4.000 kilómetros superaron a 247 hombres.

Kling le pidió al periodista que mantuviera en el tema en secreto por el momento, y el periodista lo contó entre sus íntimos cincuenta años después. Algunos dicen que la noticia sólo fue humorada del gran Federico.