La Federación Internacional del Automóvil se suma al Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio, e impulsa el uso de autos eléctricos y con otros sistemas de propulsión alternativos, a fin de generar una conciencia amistosa para el entorno en el que vivimos.
El organismo que rige la actividad automotriz a nivel mundial, desde su base para Latinoamérica, fomenta “un uso responsable del transporte en todas sus formas”, de acuerdo a un comunicado.
Ya sea por la falta de emisiones (uno de los mayores problemas de los motores a explosión), la nula contaminación sonora o la posibilidad de acelerar instantáneamente por su torque infinito, la intención de la FIA es concientizar sobre el uso de estos vehículos, ya sea a nivel público como privado.
Por otra parte, destaca que en América Latina (cuya oficina, denominada Región IV, está en Buenos Aires) ya existen diferentes tipos de acciones como ser el montaje de fábricas y ensambladoras de vehículos eléctricos, así como la instalación de puestos de recarga.
Esto va de la mano de las acciones de varios gobiernos que han anunciado incentivos para la fabricación e importación de este tipo de vehículos reduciendo y/o eliminando los aranceles de importación e impuestos internos, tal como ocurrió en la Argentina hace pocos días.
Además, la entidad automovilística más poderosa le da un valor especial al transporte público. En Latinoamérica, pondera, también comienza a ser un aliado de esta alternativa ecológica, formando parte a través de la renovación de flotas de buses y taxis debido a su costo-beneficio. Precisamente este punto también involucra a la Argentina, ya que Dongfeng y CTS Auto fueron autorizados a fabricar micros con motores ecológicos, en sintonía con otras partes del continente.
Como argumentos sólidos, la FIA basa la importancia ecológica de los vehículos con propulsión alternativa. No producen emisiones y su movilidad no depende de recursos no renovables. Por otro lado, hacen un uso más eficiente de la energía, dado que convierten entre el 59 % al 62 % de la fuerza eléctrica en potencia directa para sus ruedas, comparado con una proporción entre 17 % al 21 % de los motores diésel.
A medida que los impuestos a este tipo de vehículos se mantengan acordes a las necesidades del mercado, los puntos de recarga aumenten y la conciencia social se sostenga firme, el modelo de propulsión cambiará para favorecer a un medio ambiente cada vez más amenazado.
