Uno de los ítems que más inspeccionan los usuarios al querer comprar un vehículo, nuevo o usado, es la seguridad, los implementos que poseen, las medidas pasivas, etc. Acaso el más indispensable hoy sea, fuera del cinturón, el airbag. Actualmente está naturalizado (o instrumentado en forma legal) que posean dos bolsas de aire, pero la del acompañante llegó un tiempo después que el del conductor, y fue de la mano de Mercedes-Benz.
Este dispositivo fue presentado en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1987, seis años después que el que protege a quien maneja, también incorporado a la producción por primera vez por la marca de la estrella.
La Clase S, existente desde la década de 1950, es el producto de mayor jerarquía de Mercedes, tanto por la performance como el lujo y la tecnología. No sorprende, entonces, que ambas medidas de seguridad fueran estrenadas en este modelo, entonces denominado 126.
Tras la innovación en el auto show, el sedán más grande de la marca de Stuttgart lo produjo en serie desde marzo de 1988, y pocos meses después sumó a la serie 124, la Clase E. Se estandarizó para todos los vehículos de la firma en 1994.
Los ingenieros de Mercedes-Benz descubrieron que podían acomodar un nuevo airbag en la guantera que serviría para aportar mayor seguridad y diferenciaría el vehículo de los de la competencia (hasta el momento era inédito en la industria). Esta innovación representó un significativo componente para complementar el alcance establecido de los sistemas de retención, la bolsa del conductor y el tensor del cinturón.
Sumado a los airbags, la compañía pionera siempre marcó tendencia en materia de seguridad, y uno de los sistemas más importantes que desarrolló fue el ABS. Ya en 1992, tanto la bolsa del conductor como el antibloqueo del freno fueron productos de serie.
