Jair Bolsonaro volvió a generar polémica luego de criticar el sistema de radarización de las rutas de Brasil, y ratificó su intención de acabar con las fotomultas. A su vez, como argumento, aseguró que en Semana Santa los accidentes viales se redujeron un 11 por ciento, en contrapartida al pronóstico, que según el presidente del país vecino, fue hecho por los medios, acerca del aumento de siniestros debido a la disminución de radares.
Como publicó perfil.com, el primer mandatario anunció que esperarán a que caduquen las concesiones, y posterior a eso, no se repondrán los equipos de fotomultas: "Lo que haremos será no instalar nuevos, y cuando venzan los contratos de radares instalados, no los vamos a renovar".
Por otro lado, confirmó que busca que su país vuelva a recuperar el disfrute de manejar, sin tener que estar pendiente de las cámaras detectoras de velocidad: “Es hora que en Brasil recuperemos el placer de conducir”.
Además, Bolsonaro agregó que las fotomultas solo le quitan dinero a la población y eso repercute de manera negativa en el mercado: “Inventaron que los radares se ponían en las rutas para proteger las vidas de los conductores, pero son sólo máquinas tragamonedas para sacarle plata al pueblo. Y cuando se les saca plata a los camioneros, por ejemplo, eso después se paga en las góndolas”.
Para respaldar su postura, el presidente del país vecino enfatizó en el caudal de tránsito durante la última Semana Santa, y aseguró que a pesar de que se creía que iban a aumentar los accidentes con la eliminación de varios radares, hubo menos víctimas que en años anteriores. A su vez, aprovechó para apuntarle a diferentes medios, en relación a lo mencionado: “Cuando dijimos que queríamos eliminar los radares, desde los medios de comunicación advirtieron que aumentaría el número de accidentes y muertes. Bueno, en Semana Santa bajaron un 11 por ciento los choques en ruta. Si hubieran aumentado, la culpa iba a ser mía. Como bajaron, entonces la prensa no dijo nada”.
Por último, a pesar de la opinión de Bolsonaro, aún no se sabe cómo se establecería esta nueva medida en territorio brasileño, en el caso de llevarse a cabo.
