Hoy a la mañana se dio a conocer la triste noticia del fallecimiento de Carlos Regazzoni, uno de los grandes escultores y pintores argentinos que supo triunfar en Europa gracias a sus llamativas obras. El artista murió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, más precisamente en las instalaciones del Hospital Italiano a los 76 años de edad, producto de una enfermedad con la que luchaba desde hace bastante tiempo. Nacido en Comodoro Rivadavia (Chubut), se destacó por transformar la chatarra, que por lo general pertenecía a antiguos ferrocarriles, automóviles o impulsores de diferentes vehículos, en parte de sus esculturas.
Poco a poco, Regazzoni comenzó a ganar fama no sólo en Argentina sino que también llamó la atención del público de varios países de Europa, en especial Francia, donde supo hacerse un lugar entre los nombres más prestigiosos vinculados al arte. Además, a lo largo de su vida el chubutense se encargó de homenajear en varias situaciones al quíntuple campeón argentino de la Fórmula 1, Juan Manuel Fangio, quien supo consagrarse como uno de los mejores pilotos de la historia del automovilismo.
Entre sus obras más reconocidas en nuestro país relacionada con el Chueco, se destaca aquella realizada con discos de metal y neumáticos de camión ubicada en la ciudad de Balcarce, tierra natal del ex piloto de F1. Allí, en el cruce de las rutas 55 y 226 la escultura de Regazzoni se lleva todas las miradas y se puede apreciar al Chueco a bordo de uno de los autos que supo llevarlo a la gloria en la categoría más alta del automovilismo mundial, se trata del Mercedes-Benz W196. Entre los puntos más relevantes de la obra, se puede percibir el color plateado de los discos, similar al auto de la automotriz de Stuttgart (Alemania), el número del piloto y la firma del autor en el lateral. A bordo... sin lugar a dudas, uno de los más grandes.
