Tras el inicio de la fabricación de la nueva Ranger y las refacciones realizadas en la planta de Pacheco, ahora Ford anunció que a la inversión de 580 millones de dólares se le sumarán 80 (millones) más para la producción de los propulsores de esta camioneta.
La terminal fabricará, en la misma línea, los dos modernos impulsores turbodiésel: el Lion 3.0L V6, de 250 CV y 61,2 kgm de torque, y el cuatro cilindros 2.0L Panther, con 170 CV y 41,3 kgm.
La planta de motores seguirá el concepto de manufactura 4.0 ya adoptado en otras zonas de la fábrica, con un alto nivel de tecnología, automatización, conectividad y sustentabilidad. El amplio uso de la digitalización y el control inteligente de procesos contribuyen a garantizar la máxima calidad y eficiencia en la producción.
“La mejora continua de nuestros productos y nuestra competitividad es clave para el negocio de Ford en la región. Desde su lanzamiento, la nueva Ranger ha mejorado en todos los indicadores. La calidad es un gran diferencial del producto, lo que impacta directamente en la satisfacción de nuestros clientes”, afirmó Martín Galdeano, presidente de Ford Argentina y Sudamérica.
Según el ejecutivo, a pesar de que se trata de un vehículo con 95 por ciento de piezas nuevas, la actual pick-up ya inició su producción con el mismo nivel de calidad que la generación anterior, sumado a una plataforma que ha sido mejorada a lo largo de más de diez años de mejora continua. “Esto no tiene precedentes y, con la nacionalización de la producción de los motores, damos un paso más en este proceso de mejora constante”, destacó Galdeano.
La nueva fábrica de motores en Planta Pacheco tiene una capacidad instalada para producir 82.000 motores al año en dos turnos y fue desarrollada con la participación activa de los equipos de ingeniería de Argentina y Brasil. Su sistema inteligente de gestión de calidad utiliza más de 2.000 sensores y 50 cámaras para monitorear propulsores y componentes a lo largo del proceso.
Una vez más, en total Ford lleva invertido con este desembolso 660 millones de dólares en la planta de Pacheco para producir la Ranger y aumentó en un 70 por ciento la capacidad instalada, a 110.000 vehículos por año. Esta transformación incluyó la instalación de una línea de prensas de alta velocidad, y 318 nuevos robots inteligentes de soldadura automática en el área de carrocería.
Además, la planta de pintura introdujo la tecnología de “alto sólidos”, las líneas de montaje fueron equipadas con control automático de herramientas de torque, escaneo 3D para control dimensional y más de 1.000 cámaras y sensores, monitoreados en tiempo real mediante inteligencia artificial para garantizar el estándar de ejecución superior de la camioneta.