Lo que nos dejó el Salón de Detroit

Salvo pocas excepciones, las automotrices sólo presentaron variantes de modelos ya existentes o los sucesores de una serie previa. Buen clima pero pocas novedades. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Las ventas alcanzaron valores récord, los pronósticos son muy buenos y los precios del combustible en el mundo (menos en el Río de la Plata) están por el piso: pocas veces hubo tan buen clima como el de este año en el Salón del Automóvil de Detroit, que abrió sus puertas al público del 16 al 24 de enero.

Pero cuando se miran las novedades, no hubo tanto brillo como en las miradas de los ejecutivos. Tras el éxito del año anterior y una semana después de la Feria de Electrónica y Tecnología CES de Las Vegas, cargada de innovaciones técnicas, el programa de Detroit podría resumirse en "lo mismo de siempre".

Salvo pocas excepciones, las automotrices sólo presentaron variantes de modelos ya existentes o los sucesores de una serie previa.

Los locales General Motors, Ford y la mitad estadounidense de FiatChrysler fueron los más fuertes en la feria, aunque mostraron pocas novedades. Y muchas de las que exhibieron fueron sólo para el mercado interno.

El Chevrolet Bolt eléctrico, que tiene una autonomía de 320 kilómetros y se vende a unos u$s30.000, parece tener las características necesarias para revolucionar el mercado estadounidense, según estimaron los analistas en la feria. De todas formas, el auto ya se presentó en Las Vegas y se espera que llegue a Europa recién para fin de año.

Una de las pocas novedades desde los Estados Unidos será la versión renovada del sedán Ford Fusion.

No obstante, los fabricantes alemanes, que no desperdician oportunidad para destacar la importancia que tiene para ellos el mercado estadounidense, no parecen haber aprovechado esta debilidad de sus competidores. Tanto Volkswagen como Audi, BMW o Porsche no presentaron más que proyectos para determinadas series o leves variantes de modelos.

Con el Tiguan GT Active Concept, VW presenta un SUV espectacular con motor plug-in, neumáticos gruesos, gran altura libre y fuerte, pero que sólo intenta llenar el vacío que habrá en los Estados Unidos hasta la llegada del Tiguan en 2017.

Desde el debut del auto eléctrico de Audi en el Salón del Automóvil de Frankfurt, así como del Audi h-tron, con pila de combustible, la automotriz alemana sólo hizo una declaración de intenciones. "Muestra la dirección en la que queremos ir", dijo el jefe de Audi, Rupert Stadler.

En las nuevas variantes la adherencia de las ruedas es mayor, pero el factor sorpresa es bajo. La nueva versión Allroad es la continuación lógica del Audi A4, al igual que la actualización del Porsche 911 Turbo. Y en el caso del BMW M2 y el X4 M40i, con 370 y 360 caballos respectivamente, también se trata de viejos conocidos.

Sólo Mercedes puso sobre el escenario una verdadera estrella con la nueva generación de la Clase E, en la que celebra la nueva autonomía de conducción. Según el jefe de desarrollo, Thomas Weber, se trata de la "berlina más inteligente del mundo".

A su lado, el hecho de que el auto deportivo de lujo SLK haya sido renovado para convertise en SLC quedó casi en el olvido.

Pero el Clase E no fue el único que llamó la atención de todos. A sólo unos metros brilló el flamante Volvo S90, del mismo segmento e igualmente autónomo.

Mientras los estadounidenses y europeos pusieron sobre la mesa sus modelos estándar, los asiáticos lograron demostrar un poco su superioridad en Detroit.

Infiniti, la marca de lujo de Nissan, y Lexus, filial de Toyota, mostraron el Q60 y LC 500, dos coupés deportivas y elegantes que competirán en Europa con el BMW Serie 4 y el BMW Serie 6.

Hyundai siguió el ejemplo y lanzó la nueva marca Genesis, con el buque insignia de cinco metros G90. Si se quiere un sedán más pequeño, mejor buscar el nuevo Cadenza que presenta Kia.

Y los asiáticos también dieron un show en el principal segmento del mercado estadounidense: la potente pick-up Nissan Titan Warrior, que se vió más peligrosa que la Ford Raptor.

Como respuesta a la Ford Ranger y la Chevrolet Colorado, Honda lanzó la nueva pick-up Ridgeline, mientras que Kia se metió de lleno en los todoterreno con el SUV Telluride.

Más allá de los proyectos de Kia, VW y Audi, los nuevos SUV son un bien escaso en la patria de los todoterreno. Las propulsiones alternativas tampoco juegan un papel importante en una época en la que los precios del combustible alcanzan valores históricamente bajos.

Tesla no está en la feria, Chevrolet volvió a mostrar su auto eléctrico Bolt después de lanzarlo en la CES y desde que el plug-in híbrido llegó a casi todos los fabricantes, las automotrices se volvieron a dedicar a su negocio habitual.

Una muestra de cómo cambió la situación está en el stand de VFL. La nueva compañía del diseñador Henrik Fisker presentó su último auto deportivo. El danés, que defendió recientemente los híbridos, armó el Force 1, de 745 CV, con un motor de combustión interna con un consumo por el que mejor no preguntar. Lo mismo de siempre en Detroit.

FUENTE: Thomas Geiger (dpa)

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