Fiat 500 1.4 MultiAir Lounge A/T: Efecto tequila

La versión fabricada en México mantiene el estilo del modelo italiano, aunque con leves cambios estéticos. Sin embargo, las modificaciones más importantes están fuera del alcance de la vista: suspensiones más blandas y encastres que no son los mejores. Motor eficaz, caja lenta y precio elevado. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

No hay quien se resista a la atractivo que este modelo irradia, encanto que logra seducir a personas de todas las edades. Para los mayores es el recuerdo vivo de aquel simpático Cinquecento de 1957, pero para los más chicos es Luigi, uno de los personajes de la película Cars, la forma cómic de aquel producto de hace cincuenta años.

Sin embargo, pero para los usuarios la llegada de esta nueva generación representa una manera diferente de recibir al Fiat 500. La primera avanzada, que llegó a la Argentina en 2009, estaba conformada por unidades producidas en Italia, y por consiguiente, su precio de venta era elevado. La nueva serie viene desde México (se fabrica en la planta de Chrysler ubicada en Toluca), motivo por el cual su valor de venta es sensiblemente inferior, gracias a los convenios que eximen de aranceles a los productos de origen azteca que llegan a la Argentina. Sin embargo, en rigor de verdad, el 500 mexicano no es exactamente el mismo modelo que aquel que conocimos hace dos años. Es un producto devaluado, un efecto tequila, que afecta sobre todo la calidad: ruidos estructurales, encastres mal ajustados, motor gastador en ciudad y precio elevado.

La nueva gama Fiat 500 está conformada por cuatro versiones. La de entrada de gama se denomina Cult (78.800 pesos) y utiliza un motor naftero 1.4 Evo de 85 CV. Las tres restantes equipan un propulsor MultiAir, también 1.4, pero de 105 CV. Ellas son: Sport (87.800 pesos), Sport automática (94.800 pesos y, la elegida para esta nota, Lounge (99.800 pesos).

Lea el resto de esta nota en la edición de noviembre de 2011 de Revista Parabrisas

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