https://twitter.com/cortinale
https://www.instagram.com/alescortina/Cada vez que nos subimos a un Mini, sin importar de qué versión se trate, sabemos que la diversión al volante está garantizada.
Y esta, en particular, seduce no sólo por ser una de las pocas opciones convertibles de nuestro mercado, sino también porque quizás se trate del último Mini Cabrio con motor a combustión: la nueva generación fue presentada recientemente y comenzará a comercializarse en Europa durante el segundo semestre de 2024, con gran parte de su gama electrificada y fabricada en China.
Básicos:
Velocidad máxima: 215,1 km/h / Potencia: 192 CV / Consumo promedio: 12,4 km/l / Precio: u$s 86.900
Diseño/Aerodinámica (✭✭✭1/2): El estilo es encantador, aunque lógicamente la estructura del techo descapotable transmite vibraciones y penaliza su aerodinámica.
Confort/Espacio interior (✭✭✭): Pese a estar homologado para cuatro pasajeros, sólo dos personas viajarán con comodidad, aunque con poco margen para transportar equipaje.
Motor/Prestaciones (✭✭✭✭1/2): Excelente nivel de respuesta y prestaciones, sin atentar contra el rendimiento.
Los más: Prestaciones • Comportamiento dinámico • Diseño atractivo • Calidad general.
Equipamiento/Instrumental (✭✭✭1/2): Atractiva presentación de los comandos del panel de a bordo e instrumental. No cuenta con rueda de repuesto.
Suspensiones/Dirección (✭✭✭1/2): Con un reglaje que tiende a la dureza, se siente más cómodo en ruta y autopista. El volante ofrece buen grip, aunque la asistencia de la dirección eléctrica es bastante rígida.
Transmisión/Caja (✭✭✭✭):La caja de doble embrague conforma una excelente sociedad con el motor. Dispone de levas en el volante y modo secuencial.
Los menos: Plazas traseras diminutas • Confort de marcha e insonorización • Ruedas Run Flat (sin auxilio) • Precio.
Seguridad/Frenos (✭✭✭✭): Excelente respuesta de los frenos. La dotación en este rubro es adecuada, aunque podría traer más asistencias a la conducción.
Precio/Garantía (✭✭) Es un auto de nicho, con un precio muy elevado. La garantía es de las mejores.
Clásico moderno
Este modelo fue actualizado en 2019 y, pese a la evolución natural que tuvo cada generación o restyling, siempre mantuvo su aura de “auto clásico”, siguiendo los designios estilísticos del Mini original creado por el diseñador turco Alec Issigonis a fines de la década de 1950.
De los siete colores disponibles de la paleta, seguramente el “British Racing Green” de nuestra unidad sea el que mejor encarne el espíritu de este modelo y, tal como ocurre con los vehículos de la marca, el cliente puede configurar el diseño de las llantas, el color de los retrovisores y la tonalidad de la capota, además de todo el revestimiento interior: en nuestro caso, con tapizado, paneles y capota de lona de tonalidad negra.
A propósito del techo, digamos que se puede plegar o abrir eléctricamente por completo en 18 segundos: ese procedimiento se realiza incluso con el auto en movimiento (hasta una velocidad máxima de 30 km/h), pero, lamentablemente, no tiene sistema “one touch” (un toque), y para completar la operación es necesario mantener presionada la tecla ubicada arriba del retrovisor mientras se realiza la maniobra.
Y, para mejorar la eficiencia aerodinámica (y sonora dentro del habitáculo), cuando la capota está baja se puede colocar detrás de los respaldos de los asientos delanteros un deflector de viento retráctil que trae de serie y es susceptible de guardarse dentro del baúl, cuya capacidad es simbólica: apenas 215 litros cuando el techo está en uso, y el volumen disminuye a 160 litros cuando está plegado.
La mala noticia es que dentro del baúl no hay rueda de auxilio y tampoco kit de emergencia, ya que el Mini Cabrio cuenta con neumáticos tipo Runflat que, en caso de avería, permiten seguir circulando por 50 kilómetros y hasta una velocidad máxima de 50 km/h.
Si bien está homologado para cuatro pasajeros, las plazas traseras del Mini Cabrio podrían considerarse para un uso eventual, ya que quienes viajen en ese sector tendrán muchas limitaciones para acomodar las piernas y espacio acotado hacia los laterales, producto del volumen que ocupa la estructura de la capota.
Adelante, en cambio, las butacas son amplias y anatómicas, pero además cuentan con calefacción y extensor de cojín para adaptarse a la contextura de los ocupantes. La posición de manejo se encuentra con facilidad gracias a la doble regulación del volante, que además ofrece calefacción, pero la mayor crítica –por tratarse de un vehículo de una marca Premium– es que las butacas se ajustan manualmente.
Como ocurre con todos los Mini de esta generación, el tablero de instrumentos digital (5”) se complementa con una llamativa central multimedia de bordes circulares, cuya pantalla táctil de 8 pulgadas es compatible con Apple CarPlay y Android Auto, y además ofrece un excelente equipo de audio de 360 watts, con 12 parlantes firmados por Harman Kardon. Esta interface se puede manipular de manera táctil o bien desde un comando tipo “ruedita” que se encuentra junto a la selectora de cambios.
Como ya nos tiene acostumbrados este modelo, la calidad interior es excepcional y el toque distintivo está dada por la ambientación luminosa interior de led (puede configurarse el color), y las teclas “tipo avión” ubicadas debajo del techo y en la consola central.
Diversión garantizada
Al igual que otras variantes de este modelo, el Cooper S Cabrio equipa el conocido propulsor naftero 2.0 de cuatro cilindros con inyección directa, turbo y distribución por cadena, que desarrolla 192 caballos de potencia y trabaja asociado con una caja automática de doble embrague (con levas al volante), y siete velocidades que envía la tracción a las ruedas delanteras.
Se trata de un propulsor muy enérgico, que ya desde la zona baja del tacómetro entrega los 29 kgm de torque máximo a partir de las 1.350 rpm, y ofrece prestaciones excepcionales gracias también al desempeño de la transmisión, tan rápida como suave.
Acelera de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 215,1 km/h, ambos registros con el modo Sport activado. En tanto, para pasar de 80 a 120 km/h precisa apenas 5,2 segundos, dando una contundente muestra de su capacidad para realizar un sobrepaso.
Y teniendo en cuenta que se trata de un vehículo con potencia elevada y una cilindrada “grande” en tiempos del “downsizing”, el rendimiento del Mini Cabrio es satisfactorio: 10,2 km/l en ciudad y 13,6 km/l en ruta, para promediar unos 12,4 kilómetros por cada litro de combustible.
Como todo Mini, su comportamiento dinámico es uno de los principales atractivos: el chasis se advierte muy firme y su bajo centro de gravedad transmite la sensación de tener todo bajo control, incluso al doblar bruscamente a altas velocidades.
¿Y cómo es manejarlo con la capota baja? Llamativamente, las turbulencias no son una molestia viajando a las velocidades precautorias, prácticamente sin despeinarse. Eso sí, a partir de los 100 km/h es necesario subir las ventanillas para evitar "remolinos" en la cabina, además de utilizar el deflector de viento que viene de serie.
Lógicamente, es un auto áspero para el día a día en ciudad. Pese a contar con suspensiones independientes atrás, la configuración de los amortiguadores en ambos ejes es bastante dura.
Eso, junto con el bajo perfil de los neumáticos (205/45 R17), penaliza su confort de marcha en superficies irregulares: en esas circunstancias, además, el inevitable crujido de la estructura del techo descapotable se hará notar de manera contundente.
Fiel al estilo de conducción “go-kart feeling” de todos los modelos de la marca, la dirección es bastante pesada pese a tener asistencia eléctrica, y el grip del volante es muy grueso para nuestro gusto. El sistema de frenos respondió con mucha contundencia durante nuestras mediciones de rigor, en las que para detenerse por completo desde 100 km/h necesitó 41,2 metros.
Por último, en términos de seguridad, este Mini cuenta con cuatro airbags (dos frontales delanteros y dos laterales), y los obligatorios ABS y ESP, además de un completo paquete de asistencias a la conducción (ADAS), que incluye control de velocidad crucero adaptativo, alerta de riesgo de colisión, frenado autónomo de emergencia y alerta de cambio de carril.
Un capricho caro
Al margen del atractivo estético, no vamos a descubrir nada si decimos que los autos descapotables escapan de toda racionalidad al momento de evaluar su compra. Y, por supuesto, lo mismo ocurre con el precio.
El Mini Cabrio tiene un valor de lista de 86.900 dólares, un monto muy elevado para un vehículo compacto y de una utilidad algo limitada dadas sus características, aunque también resulta lógico -lamentablemente- teniendo en cuenta la voraz carga impositiva que pesa sobre los autos en nuestro país (sobre todo los extrazona), que en muchos casos llegan a duplicar los valores de referencia a nivel mundial.
Tanto es así, que este mismo modelo en Europa ronda los 39.000 euros. De todos modos, estamos frente a un vehículo de nicho, que tampoco tiene rivales directos. De hecho, si no es con el Mini, quien pretenda disfrutar de una conducción a cielo abierto tendrá que orientar la mirada a la vidriera de algún concesionario de una marca premium alemana, donde el modelo cabrio más “accesible” supera los 200.000 dólares.
FICHA TÉCNICA Y PRESTACIONES:
