Test: Audi A5 Sportback

Al igual que el resto de la familia, incluido el A4, la variante con silueta cinco puertas recibió cambios estéticos y en el equipamiento. Comparte varias características con el A5 Coupé, pero es más largo y tiene mayor distancia entre ejes. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

A poco de haber probado el Coupé, llega a nuestras manos el Sportback, uno de los tres miembros de la gama A5, junto con el Cabriolet. Conservando la llamativa silueta, el hatchback probado se diferencia de sus dos congéneres por contar con cinco puertas. A nuestro mercado llega con dos motorizaciones nafteras: una 3.0 V6 TFSI de 272 CV y la otra, una 2.0 TFSI de 211 CV, que es el que otra vez nos dimos el gusto de evaluar.

Diseño

Este llamativo vehículo se caracteriza por el aspecto agresivo, logrado a través de una acentuada desproporción entre el alto y el ancho -no hace falta aclarar cuál de las cotas se impone sobre la otra- y se acentúa con el nuevo dibujo de los faros delanteros.

Visto de atrás también logra su buena cota de atracción gracias a sus anchas “caderas”, a la caída del techo que, a la doble salida de escape y a las remozadas ópticas.

Otra característica distintiva de este modelo es que las ventanillas no tienen marco: atractivo para algunos, poco práctico para otros.

El coeficiente aerodinámico de Cx 0,29 es el mismo que acusa el A5 Coupé. Al igual que este, el los bajos de la carrocería del Sportback están cubiertos por un carenado que optimiza el flujo de aire.

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