De no ser por la pandemia que tiene en vilo al planeta desde hace más de un año, posiblemente hoy no estaríamos hablando de la llegada del Duster II.
Es que si bien la segunda generación del exitoso SUV del rombo fue presentado durante el Salón de Frankfurt de 2018, e incluso ya se vende en Brasil desde comienzos del año pasado, a la Argentina llega con cierta demora, ya que la planta colombiana de Sofasa (en Envigado) recién este año inició la manufactura de la nueva generación.
Tal como viene sucediendo durante los últimos años, desde allí se abastece al mercado argentino con este modelo, ya que la producción del Duster en Brasil solo alcanza para cubrir el mercado interno de ese país.
Aquí lo hace con “arancel cero” de importación gracias a un acuerdo de intercambio comercial entre la Argentina y Colombia, y, además, al venir desde el país cafetero cuenta con una gran ventaja respecto del modelo carioca: dispone de una inédita motorización turbo que lo hace más atractivo.
A continuación analizamos la versión “full” denominada Iconic, la única de la gama que ofrece tracción 4x4.
Un poco más Renault
No siempre la nueva generación de un modelo remite necesariamente a una nueva plataforma. Tal es el caso del Duster II, que conserva la arquitectura “B0” de su antecesor. Sin embargo, desde la marca argumentan que se realizaron varias mejoras en el proceso industrial para optimizar la rigidez del chasis y la carrocería, además de modificar todos los paneles interiores.
En líneas generales podemos advertir un vehículo con un estilo similar al anterior, pero definitivamente con una impronta más Renault. En efecto, el frontal remite indefectiblemente al de la pick-up Alaskan, con una parrilla cromada de grandes dimensiones al igual que el “rombo” (todavía ningún modelo ofrece el nuevo logo en nuestro mercado), y que es escoltada por modernas firma lumínicas de led.
En este sector de la carrocería se advierte un capó más elevado y una pronunciada inclinación del parabrisas para reducir la resistencia al viento, en tanto que llaman la atención los apliques plásticos de color negro sobre los parantes de las puertas delanteras con las inscripción 4WD.
Dada la nueva postura de la carrocería, lateralmente se puede apreciar un formato distinto de las ventanillas (fundamentalmente de las traseras a la altura del baúl) y que las molduras de las puertas (con manijas más grandes) fueron desplazas hacia abajo para imprimirle mayor carácter al estilo. Las barras del techo son nuevas, y también las llantas diamantadas de 17 pulgadas, similares a las de la Alaskan.
Atrás radica la parte más controversial del nuevo Duster. No porque sea feo, al contrario, sino porque el diseño de las ópticas (en forma de cruz) remite inexorablemente al sello característico del Jeep Renegade, uno de sus rivales.
Cabe destacar que esta nueva generación es apenas 3 centímetros más larga que su antecesora (ahora mide 4,34 m), 1 cm más ancho (1,82 m) y mantiene los 1,69 m de alto y la generosa distancia entre ejes de 2,67 metros. La capacidad de carga del baúl, en tanto, sigue siendo de 400 litros en esta versión 4x4.
Ahora bien, los cambios más significativos del nuevo Duster están adentro. No solo por la esmerada propuesta estética, sino también por la notable mejora cualitativa, con materiales y terminaciones que presumen ser de mejor calidad que en el modelo anterior.
El panel de a bordo luce un volante similar al de los Sandero y Logan, el tablero presenta generosos instrumentos para facilitar la lectura (análogos y digitales), las salidas de aire acondicionado son más refinadas y los comandos de la climatización (ahora digital) lucen muy modernos.
En este aspecto también marca la diferencia la flamante pantalla táctil de 8 pulgadas, que si bien dispone de un moderno interfaz multimedia, su calidad de imagen no es de las mejores y además sigue estando ubicada en una posición algo incómoda, por debajo de los difusores del aire acondicionado, obligando al conductor a bajar la vista.
Las butacas delanteras ofrecen buena ergonomía y la doble regulación del volante permite encontrar una óptima posición de manejo, en tanto que los paneles de las puertas –revestidos con un material textil y cuero– aportan un toque distintivo.
Pese a las mejoras mencionadas de la calidad general, el aspecto que sigue sin convencer es la insonorización. En la unidad de prueba notamos en reiteradas ocasiones que a partir de los 130 km/h comenzaba a filtrarse un notorio silbido por las puertas delanteras, que por momentos se torna bastante molesto.
En cuanto a la habitabilidad, el Duster conserva generosas dimensiones que permiten viajar con comodidad a cinco pasajeros.
Nuevo Renault Duster: al ritmo del turbo
Indudablemente, el punto más fuerte de la renovación del Duster es su mecánica. Si bien algunas versiones más básicas mantienen el histórico motor 1.6 de 115 CV, las tope de gama equipan el inédito 1.3 turbo TCe de 155 CV de potencia, en reemplazo del 2.0 “aspirado” de 143 caballos.
Se trata de un propulsor naftero de cuatro cilindros desarrollado por Mercedes-Benz, que cada vez es más utilizado en modelos de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi: en nuestro país lo montan los M-B Clase A hatchback y sedán, aunque en los compactos de la marca alemana desarrollan 163 caballos de potencia.
Es innegable que la tecnología aplicada en los motores turbo de baja cilindrada ha permitido darle forma a unidades muy eficientes que logran destacadas prestaciones, sin conceder elevados consumos.
El nuevo Duster logra ese cometido. El flamante impulsor mueve con comodidad los 1.424 kilogramos de esta variante Iconic, la única de la gama en contar con tracción 4x4.
Así, los 25,5 kgm de torque (disponibles a 1.800 rpm) son administrados por una caja manual de seis velocidades, de relaciones cortas y recorridos suaves, convirtiéndolo en un vehículo con carácter: acelera de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 189,3 km/h, prestaciones muy buenas para un SUV compacto.
También logra buena nota en el consumo, aunque a las mejores marcas las registramos en la ruta (17,2 km/l a 90 km/h constantes), y pudo así compensar el consumo en ciudad, algo elevado (9,9 km/l), para redondear unos adecuados 12,7 km/l de promedio.
Gracias al esquema de suspensiones independientes “multibrazo” en el tren trasero y el generoso despeje de la carrocería, el Duster siempre se caracterizó por ofrecer un agradable confort de marcha.
Sin embargo, pese a mostrarse un vehículo estable gracias a sus generosas trochas, su comportamiento dinámico fue blanco de críticas por la ausencia del ESP, asistencia electrónica de estabilidad que recién a partir de esta generación forma parte del equipamiento de serie.
A eso hay que sumarle el reemplazo de la dirección hidráulica por una con asistencia eléctrica, que lo convierte en un vehículo mucho más agradable para maniobrar en espacios reducidos.
Durante nuestras pruebas, los frenos respondieron de manera eficiente, sin mostrar vicios o fatiga. Por ejemplo, para detenerse por completo desde 100 km/h necesitó de 39,7 metros, marca que seguramente sería mejor aún si contara con discos traseros.
Las virtudes de siempre
Desde su lanzamiento en 2011, el Duster se ha establecido como el SUV con tracción integral más económico del mercado local. Y en este apartado ofrece, desde su génesis, el confiable sistema con tecnología Nissan denominado “All Mode”.
Sencillo para operar (a través de una ruedita ubicada junto a la selectora de cambios) permite escoger entre tres modos diferentes de tracción: 2WD, Auto y Lock (on-off). Tal como indica su nomenclatura, el primero es el 4x2 tradicional con el que traccionan las ruedas delanteras.
El segundo reparte la fuerza de manera inteligente, facilitando el desempeño del vehículo en aquellas superficies donde la adherencia es escasa. Si alguna de las ruedas delanteras patina, la fuerza remanente se acopla automáticamente al eje trasero: básicamente, el recurso que utiliza la gran mayoría de los SUV compactos e incluso de segmentos superiores.
Pero el Duster va un paso más allá y dispone de la función AWD Lock. Esta última permite bloquear el diferencial central para repartir la fuerza 50 y 50 en ambos ejes, siempre y cuando se circule a bajas velocidades, desconectándose el sistema al sobrepasar los 40 km/h: una herramienta muy interesante para quienes deseen explorar caminos poco tradiciones y busquen un poco más de aventura, sin llegar a lo extremo.
Durante nuestra prueba exigimos al nuevo Duster fundamentalmente en barro y vados, contexto en el que merecen ser destacados los ángulos de ataque y salida (30º y 34,5, respectivamente) de esta carrocería que, además, aumentó casi tres centímetros su despeje (ahora 23,7 cm) y mantiene los protectores metálicos debajo del cárter.
Una novedad absoluta en el modelo colombiano es la incorporación del asistente de arranque en pendiente (HSA) y el control de descenso (HDC), “amenities” que resultan muy útiles no solo para el uso off-road.
De cal y de arena
En el apartado del equipamiento se impone resaltar la incorporación del tan ansiado ESP como el punto más alto, además del sistema de estacionamiento Multiview con cámara trasera y la incorporación del sensor de punto ciego (BSW) en los laterales.
Sin embargo, en el rubro seguridad sigue siendo un punto alarmante la poca cantidad de airbags a disposición de los pasajeros: tan solo dos bolsas de aire (delanteras), cuando sus competidores ofrecen entre cuatro y seis, de serie.
En cuanto al confort, los mayores avances radican –al menos en esta versión– en los faros delanteros y traseros de led, la incorporación del climatizador digital, la asistencia eléctrica y el limitador de velocidad, además del encendido por botón con llave de presencia y encendido automático de luces.
Por características mecánicas, no es sencillo encontrar competidores directos para el Duster 4x4. En primer lugar, porque el único SUV compacto con tracción integral (Jeep Renegade Trailhawk) utiliza una mecánica Diesel y es sustancialmente más caro ($ 4.922.000), y además porque el resto de los modelos en sus versiones más equipadas tienen caja automática. No obstante, hay que resaltar los precios de lanzamiento del nuevo Duster, que lo posicionan de manera competitiva.
La gama está compuesta por cuatro configuraciones, las dos más económicas con el motor 1.6: la variante Zen con caja manual cuesta 2.412.800 pesos, y la Intens con transmisión automática CVT, 2.682.100 pesos.
La opción Outsider 1.3, con una estética particular y caja CVT, se ofrece a 2.755.700 pesos, mientras que la tope de gama (Iconic) probada en esta ocasión, cuesta 2.831.000 pesos.
En un segmento muy variado de ofertas, este Duster juega nuevamente una ficha ganadora: ser el SUV con tracción 4x4 más económico del mercado local.
Mirá la ficha técnica, equipamiento y prestaciones: