Así probábamos el Volkswagen Bora

Recordamos el test de uno de los medianos más emblemáticos de la marca alemana. En esta ocasión, la prueba de manejo corresponde a la edición de enero de 2001 de Revista Parabrisas con motor 2.0. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

El nuevo Bora, como en el tango, cambia la imagen de Volkswagen, que se erige como una marca pluralista que ahora tiene un mediano con detalles exclusivos. La estética -interior y exterior- es lo más logrado del modelo.

Las estrategias dentro del cada vez más poderoso grupo Volkswagen están bien definidas en todo el mundo, y desde hace apenas un par de años esta táctica tiene su correlato en el mercado argentino: Audi llegó en 1997 para posicionarse, como en el resto del globo, como la marca Premium para disputar el mercado de autos de lujo compuesto por marcas como las germanas BMW y Mercedes Benz o las suecas Volvo y Saab; Seat, con su llegada oficial a principios del año pasado, se erigió como la marca deportiva del holding, no sólo con la estética agresiva de sus modelos, no que el posicionamiento esta acompañado de versiones con los motores más potentes que se han desarrollado dentro del grupo hay nafteros de dos litros de 180 caballos y un 19 TDI que con 110 caballos es una de las últimas maravillas mecánicas.

En este contexto el rol que quedaba para estos modelos Volkswagen era el de una marca pluralista destinada al publico masivo, a realizar grandes volúmenes de ventas... a hacer la diferencia (económica).

Volkswagen Bora

Cambio de identidad

Desde que el 1500 dejara de ser Dodge y pasara a ser Volkswagen cuando promediaba la década de ochenta, la marca alemana estuvo en la mente del consumidor como fabricante de modelos baratos, confiables, robustos y rendidores, dotados de una mecánica típicamente alemana, de fórmulas sencllas y acertadas. La llegada del Gacel acentuó esta identificación y la primera generación del Gol volvía a ratificar los conceptos. Sin embargo, en los primeros años de la década pasada empezaba a vislumbrase algunos cambios que se profundizaron al promediar los noventa.

Por un lado, la casa germana dejaba de concentrarse en la producción de autos del segmento más bajo y diversificaba su oferta; primero fue la legada del Golf, después apareció el Polo, se sumó el Passat en el listado de precios (ya como auto de lujo, reemplazando al Carat), aparecieron una buena cantidad de utilitarios como el Caddy, el Transporter y la pick-up Saveiro, y hasta se dieron el gusto de relanzar el New Beetle y una completa gama de camiones.

Con toda esta oferta, Volkswagen no hacía más que demostrar una y otra vez que estaba interesada en liderar el mercado, ofreciendo productos en todos los segmentos. Siendo coherentes con esa política, sólo faltaba un mediano cuatro puertas para estar presentes en todos los segmentos del mercado, pero también para apuntalar sus ventas dentro de los medianos, donde sólo tenia al Golf y no disponía de ningún modelo con baúl para pelear con las versiones cuatro puertas del resto de sus competidores (Astra, Focus, 306, Mégane y Marea).

Volkswagen Bora

Los siguientes guarismos aclaran el por qué es tan importante para VW la llegada del Bora: aunque el porcentaje decreció durante los últimos tres años, los medianos representaron el 24,8% de total de las ventas en la Argentina; de ese total el 53% corresponde a versiones tricuerpo, lo que Significa que VW se estaba quedando afuera de un mercado de 40.000 unidades. El otro cambio paulatino que decidió abordar la marca fue el de su imagen.

Aquellos austeros modelos de los años ochenta fueron reemplazados por otros-ya en la década de los noventa- cada vez mejor equipados y con algunos detalles dignos de una categoría superior, sobre todo a partir de modelos como el Passat o el nuevo Golf que contribuyeron en gran medida a elevar la imagen de la marca en a mente del usuario argentino. El Bora, en este sentido, no hace más que ratificar la intención de convertir a Volkswagen en una marca pluralista, pero con ciertos aires de exclusividad

Un viejo conocido

En la presentación realizada el cinco del mes pasado se dio a conocer que las versiones que se venderán en nuestro pais serán dos, una turbodiésel con el motor 1.9 de 90 caballos y otra naftera con el viejo y conocido motor dos litros de 116 CV amo la atención la elección de estas dos motorizaciones, puesto que en Europa el Bora dispone de otros como los nafteros 1.6 de 101 CV, un 1.8 de 125 CV y un V5 2.3 de 150 CV o el turbodiésel 1.9 de 110 caballos (el que lleva el León testeado en el número anterior). Las constantes preguntas a los ejecutivos de la marca sobre la disposición de aquellos propulsores y no los más potentes tuvieron una respuesta unánime: una cuestión de marketing. 

Volkswagen Bora

Se podrían hacer algunas especulaciones como que no se puede ofrecer un 2.0 de 116 caballos al mismo tiempo que un 1.8 de 125 CV (el que llevan los Seat). Pero si podrían ofrecerse los dos TD de 1.9, el de 90 CV y e de 110 CV(probado por Parabrisas en Europa y publicado en el número de octubre), Tal vez, lo más sencilo sea pensar que Volkswagen decidió comenzar ofreciendo una versión con un motor naftero muy probado y de reconocida reputación por su robustez y confiabilidad.

Después de todo, la apuesta de la marca pasa más por la entrega de calidad, seguridad y confort que por las performances de sus modelos. Otro de los posibles argumentos es que este auto se produce en México, desde donde se exporta también a los Estados Unidos, país donde la versión más pedida es, justamente, la equipada con este dos litros. De todas maneras, es justo solo decir que este motor queda relegado por los propulsores de varios de sus competidores y frente a la aparición de otros medianos como el Elantra (1.8 de 132 C) o el nuevo Civi que probamos en esta misma edición (1.7 de 127 CV).

Este motor, denominado EA-113 no es más que el viejo Audi AP-827 que ya utilizaba el Carat de fines de los ochenta revitalizado para el lanzamiento de la cuarta generación del Golf con una nueva tapa de cilindros con crossflow, un sistema de admisión cruzada que tiene interesantes beneficios. La admisión por un lado y el escape por el lado opuesto evitan que se caliente la mezcla aire-combustible mejorando el llenado y vaciado de los cilindros, lo que se traduce en un mejor aprovechamiento del combustible y en una potencia constante, aun en condiciones de tránsito muy trabado, donde los motores sin este tipo de sistema y sin refrigeración de la admisión pueden sentir el calor. Sin descollar en las pruebas, los 116 caballos son suficientes para llevar a este familiar a más de 190 km/h.

Detalles de calidad

Construido sobre la plataforma del Golf, el Bora visto por fuera tiene bastante que ver con el Passat, al punto que podría decirse que se trata de un Passat pequeño. Contenido en 4.376 mm de largo se ubica, precisamente, entre estos dos modelos. Otra de las estrategias de la marca fue importar en esta primera instancia dos versiones equipadas a full, que tienen todo lo que a un auto mediano que cuesta 26.000 se le puede pedir.. y algunos detalles como bonus-track.

A todo el pack eléctrico (levantavidrios, techo y espejos) se suman algunos elementos de confort poco comunes entre los medianos, como las dos butacas delanteras regulables en altura, la columna de dirección regulable en altura y profundidad cuatro manijas del techo retraíbles que tienen un pequeño amortiguador para que no golpeen a soltarlas y airbags laterales en las plazas delanteras. El nivel de terminación y calidad de los materiales está acorde con lo que ya es una costumbre de la marca -excelencia- y sigue siendo maravillosa la ambientación del habitáculo durante la noche con la iluminación de los instrumentos en azul y rojo.

Así como en 1998 había ocurrido con el Mercedes Benz Clase A y el año pasado con el New Beetle, a esta altura del partido, el Bora se había convertido en uno de los autos más esperados del 2000, en gran medida por una llegada tardía (estaba previsto su lanzamiento en junio).

Cumplió con las expectativas generadas? El tiempo se encargará de responderlo. Hoy nosotros creemos que si.

Texto: Javier León
Fotos: Carlos R.Neira

Volkswagen Bora