El reciente Gran Premio de Brasil fue un desafío complicado para Franco Colapinto, quien, a pesar de su destacada temporada en Fórmula 1 como novato, no pudo evitar que la carrera en Interlagos quedara marcada por un desafortunado accidente. Este circuito, famoso por sus baches y superficies irregulares, se vio aún más afectado por la intensa lluvia de San Pablo, lo que convirtió la pista en un verdadero reto, especialmente para el piloto argentino, que no contaba con experiencia en estas condiciones.
Al inicio de la competencia, el joven de 21 años mostró su talento al avanzar rápidamente desde su posición de partida en el puesto 16 hasta el 12. Sin embargo, el clima adverso empezó a complicar su desempeño. Equipado con neumáticos intermedios, que funcionan en condiciones de lluvia ligera y en superficies mixtas, Colapinto comenzó a notar que la falta de tracción dificultaba cada vez más el control de su monoplaza. A medida que el asfalto se volvía más resbaladizo, la necesidad de cambiar a neumáticos de lluvia extrema era cada vez más evidente.
En la vuelta 32, tras varios pedidos por radio para entrar a boxes y cambiar a cubiertas de mayor agarre, el equipo Williams le solicitó que permaneciera en pista, argumentando que detenerse en ese momento afectaría la estrategia de carrera. Sin embargo, esta decisión resultó costosa cuando el argentino perdió el control y se vio obligado a abandonar la carrera.
Williams Racing enfrenta ahora un periodo crucial de tres semanas para revisar su estrategia y preparar los monoplazas antes del Gran Premio de Las Vegas, en un intento por recuperar la octava posición en el Campeonato de Constructores, recientemente cedida a Alpine. Colapinto y su compañero de equipo Alex Albon aprovecharán este tiempo para recuperarse y volver con nuevas energías en su próxima cita en Estados Unidos, con el objetivo de retomar el buen rendimiento de la escudería.
