Honda anunció el lanzamiento de una réplica de alta gama del histórico Honda RA272 (chasis n.° 103) de Fórmula 1, el monoplaza que otorgó a la marca su primera victoria en la máxima categoría durante el Gran Premio de México de 1965.
Esta edición de colección, elaborada con precisión en colaboración con Amalgam Collection, cuenta con pintura auténtica, carrocería artesanal y más de 1.600 componentes de ingeniería detallada, incluyendo una reproducción fiel del motor Honda V12.
El modelo estará disponible en dos versiones: a escala 1:8, limitada a 30 unidades (28.995 USD), y a escala 1:18, limitada a 300 piezas (1.735 USD). Cada réplica incluirá vitrina personalizada, certificado de autenticidad y un folleto conmemorativo firmado por Koji Watanabe, presidente de HRC.
La venta se realizará en la Monterey Car Week, en The Quail, A Motorsports Gathering y Rolex Monterey Motorsports Reunion, los días 15 y 16 de agosto.
Amalgam Collection, fundada en 1985, es reconocida por fabricar modelos a escala de automóviles icónicos y de lujo con los más altos estándares. Para esta pieza, el equipo viajó al Honda Collection Hall en Motegi, Japón, donde obtuvo escaneos digitales de gran precisión del vehículo original, lo que permitió recrear cada detalle a escala.
La creación del modelo requirió más de 4.500 horas de desarrollo y 450 horas de montaje individual.
El Honda RA272, diseñado para la segunda temporada de la marca en la Fórmula 1, reemplazó al RA271. Su motor V12 de 1,5 litros y 230 CV de potencia fue el más potente de la época, alcanzando hasta 12.000 rpm. Este propulsor, montado transversalmente, destacó por su innovación técnica.
En 1965, cuando Honda apenas transitaba su segundo año como fabricante de automóviles, el RA272 sorprendió al mundo al ganar el Gran Premio de México, siendo el primer coche, motor y equipo japonés en triunfar en la F1. Esta victoria marcó un hito en la historia del automovilismo y elevó el prestigio de la ingeniería japonesa a nivel mundial.
Los patrones de fabricación de la réplica fueron creados a partir de escaneos digitales y material fotográfico de la época. Para producir las piezas se utilizaron moldes de silicona y resina de prototipado, con un máximo de 30 piezas por molde antes de reemplazarlo.
La carrocería fue pintada con colores originales de archivo, garantizando una fidelidad absoluta al modelo de competición conducido por Richie Ginther en 1965.
