¿Existen autos ideales para quienes padecen TOC?

La obsesión, detallismo y perfección se vuelve un trastorno para algunas personas. A lo largo de la historia, muchos vehículos tuvieron diseños extraños que hacen desesperar a cualquiera. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo afecta a muchísimas personas en todo el mundo y suele estar enmascarado como empecinadas costumbres sin fundamentos. Pero crece día a día y se relaciona con un sinfín de cosas, entre ellas los autos, que existieron algunos que no parecían estar diseñados para personas con este síndrome.

Dicho en forma breve, el TOC es aquel problema por el cual una persona se vuelve extremadamente perfeccionista o detallista, obsesiva y pierde el foco. Por ejemplo, lavarse las manos en exceso, revisar sin sentido si uno cerró la puerta con llave, acomodar todo sistemáticamente de la misma forma, etc.

También abarca aquellas formas o diseños que no continúan una línea normal. Por citar, una persona que sufre este síndrome entraría en desesperación si todas las líneas de puertas y ventana de una casa estuviesen a la misma altura, menos una.

Así ocurrió también con la industria automotriz, que en su historia presentó modelos poco recomendados para aquellos que tiene algún tipo de TOC. Lo fue la versión doble cabina de la pick up pequeña Fiat Strada que venía con tres puertas, dos de un lado y una del otro. Para reformular aún más la “novedad”, el tercer acceso, trasero, abría en forma inversa.

Hacia finales de los 90, algunos productos de Alfa Romeo tuvieron una importante renovación visual. Eso incluía una larga línea para separar el capot del parachoque, aunque la tapa del motor incluía una distintiva pieza con el logo de la marca, en forma triángulo o corazón. Eso obligó a que el 156 llevara la patente a la izquierda y no en el centro.

Uno de los autos mayor éxito en la región fue el Peugeot 206, que al país llegaba desde Brasil. Después de un tiempo, tuvo un restyling y se llamó 207. En el capot, del lado derecho, tenía dos entradas de aire que muchos creían que eran para la admisión, pero no, tomaban servían para la refrigeración del habitáculo.

¿Quién podría diseñar un auto con tres luces? Aunque parezca imposible, existió uno, aunque fue sólo un concept. El Citroën 2CV nació con solo un farol, en un intento de reducir costos y en épocas en que las leyes eran muy diferentes. El resto de la historia de este emblemático auto ya lo conocemos.

En las fichas técnicas de los tests se suele incluir la distancia entre ejes, que da una noción del apoyo del auto contra el asfalto. Esto es, cuán separados están el tren delantero y el trasero. Salvo para los Renault de décadas pasadas. Por caso, el 4 tenía una diferencia entre los lados izquierdo y derecho de 3,8 centímetros, y en el 16 llegó a ser de 7. Según el Rombo, el problema estaba en la construcción de la suspensión trasera.

La Land Rover Discovery es la camioneta más vendida de la marca, incluso a pesar de su falta de simetría (aunque esto no niega su calidad, claro). Primero, tuvo la patente trasera volcada hacia la izquierda. Luego, en una actualización, la luneta posterior tenía una extraña forma con cuatro lados distintos, a fin de sacar de la visión del conductor el limpiaparabrisas.

Otro ejemplo del “uno solo” fue la segunda generación del Honda Accord, uno de los sedanes más fiables. En su parte trasera agregó una única luz antiniebla, debajo de la línea del baúl, y a la izquierda, en lugar de estar ubicada en el centro.

Nissan Cube es el colmo de las diferencias. De por sí tiene un diseño arriesgado, con formas poco frecuentes. Su parte trasera difiere del lado del pasajero, que tiene un cristal unido entre la ventanilla y la parte de carga. El lado derecho es más tradicional.

Aunque el Fiat Uno lleva décadas en los mercados de la región, la última generación no tuvo tantos adeptos como el original. Su forma no fue de la predilección del público, a pesar que los directivos de la marca italiana confesaron que se inspiraron en estilo “cuadrado redondeado” de Apple. Un apartado respecto a la asimetría son las tres pequeñas tomas de aire del radiador que hay en el frente del auto. Sin embargo, el recurso era sólo visual, aunque servía para colocar un aplique con las letras “UNO”.

El final del conteo queda para dos productos citadinos. El Smart ForTwo y el Toyota iQ fueron creados para resolver problemas cotidianos, embotellamientos, consumo, espacios. Aunque este último punto también es un conflicto en el del vehículo, que es muy reducido. Por eso, las butacas están ligeramente desalineadas para que los ocupantes no se opriman entre sí.

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