Honda realizó una comparación en pista entre su modelo de calle Acura NSX y el de carrera NSX GT3 Evo. Quien estuvo a cargo de las pruebas realizadas en el autódromo estadounidense Mid-Ohio Sports Car Course fue Trent Hindman, actual líder del campeonato GT Daytona (GTD) de la IMSA.
Para mostrar las similitudes y diferencias en el desempeño de ambos vehículos, el piloto del equipo Meyer Shank Racing llevó a cabo test de aceleración de 0 a 60 mph, pruebas de frenado y evaluaciones de facilidad de uso. Como era de esperar, también se confrontaron los tiempos de vuelta en el circuito.
El componente más importante que tienen en común ambas versiones del NSX es el chasis de aluminio ultra rígido y liviano, que el GT3 utiliza en competiciones sin grandes modificaciones. Para diseñar la estructura del NSX, los ingenieros pusieron especial atención en un chasis excepcionalmente rígido como parte esencial del rendimiento del NSX, permitiendo respuestas ágiles e inmediatas a las instrucciones del conductor, y aumentando las capacidades de la unidad de alimentación híbrida y su sistema eléctrico de control vectorial del par de torsión.
A simple vista es posible encontrar muchos puntos en los que coinciden. Es que los estándares de competición de los GT exigen que los automóviles de competición mantengan el mismo carácter exterior que los modelos de producción en serie en los que están basados. Más allá del aspecto exterior, si bien los dos tienen una apariencia única, con paneles compuestos de aluminio en el modelo de serie, y de fibra de carbono en el GT3, ambos comparten el 80% de sus elementos constitutivos. Esto se debe a que el espíritu de las carreras era una parte esencial en las etapas iniciales del plan de desarrollo del NSX.
El NSX de calle combina un motor V6 de 3.5 litros biturbo y la única transmisión de doble embrague de nueve velocidades (DCT) del mundo con un sistema de tres motores Sport Hybrid SH-AWD, trabajando en conjunto para producir 573 caballos de fuerza.
Por el contrario, el NSX GT3 Evo, en consonancia con el requisito exclusivo de tracción trasera de la división GT3, carece de los componentes híbridos del modelo de producción, basándose únicamente en una versión levemente modificada del V6 3.5 con doble turbocompresor. En este caso, el propulsor de carrera desarrolla 550 CV y está asociado a una caja secuencial de seis marchas, que entrega la potencia a las ruedas traseras.
Tanto los propulsores del superdeportivo de calle como los del auto de competición carretera son ensamblados a mano por un pequeño grupo de técnicos especializados en una instalación especial dentro de la planta de fabricación de motores de la compañía en Anna, Ohio.
En lo que respecta al peso, el NSX acusa 1.759 kilogramos, mientras que el NSX GT3 Evo unos 1.270 kg. Otro aspecto en el que difieren es en el de la capacidad de aceleración: el primero pasa de 0 a 60 mph (96,56 km/h) en 2,92 segundos, en tanto que el de carrera en 4,35s.
Por el lado del precio, el auto de calle arranca en el mercado estadounidense en los 157.000 dólares, bastante menos al lado del de competición, que cuesta cerca de 525.000 dólares.