Esta es una de esas noticias que hacen recordar aquella máxima que reza: “Es peor el remedio que la enfermedad”. Según un estudio de la ONG Transport and Environment (Transporte y Medioambiente), si la llegada de los vehículos autónomos es recibida en las ciudades sin ningún tipo de regulación podría incrementar el tránsito en un ciento cincuenta por ciento, situación que aceleraría la crisis climática.
Con el nombre de Less (cars) is more: how to go from new to sustainable mobility (Menos (automóviles) es más: cómo pasar de la movilidad nueva a la sostenible) advierte que tal incremento para 2050 representaría un aumento del 40 por ciento de las emisiones, condición que haría imposible alcanzar los compromisos climáticos establecidos por la Unión Europea.
La ONG considera que, al circular sin conductor y disponer de una energía más barata, los "taxis del futuro" serán más baratos, característica que podría impulsar un aumento de la demanda.
Para solucionar estos problemas, la ONG analiza varias posibilidades, como por ejemplo, que las ciudades solo dejen entrar autos eléctricos y prohíban la entrada a vehículos de combustión y a gas. Calcula que con esta medida se emitiría un 23 por ciento menos gases de efecto invernadero. Además, asegura que la congestión del tránsito seguiría incluso si solo circularan vehículos autónomos.
Transport and Environment afirma que la mejor manera de llegar a ese objetivo es reducir gradualmente el espacio para los autos de forma simultánea con el despliegue de los vehículos eléctricos compartidos y autónomos, medidas con las que se podría reducir un 60 por ciento el tráfico generando una reducción de las emisiones en un 32 por ciento en 2050.
En este escenario aparece un nuevo dato preocupante: la contaminación electromagnética. Se trata de un fenómeno derivado de la generalización de los vehículos autónomos asociadao las bajas frecuencias. Es una nueva forma de contaminación que parte del motor, las baterías o sistemas como el ABS, que todavía no está suficientemente estudiado.
"Se necesita evaluar este impacto y elaborar directrices y criterios que minimicen la exposición a la contaminación electromagnética y sus riesgos para la salud. A esto hay que añadir otros impactos del vehículo eléctrico por la producción de baterías o la energía y los recursos necesarios para su fabricación que aconsejan también una reducción de los autos en nuestras carreteras", asegura Nuria Blázquez, coordinadora de transporte de la organización Ecologistas en Acción, institución que forma parte de la red Transport and Environment.
Para Blázquez es preciso "eliminar" los autos de combustión interna de las carreteras para alcanzar los objetivos climáticos y mejorar la calidad del aire. Además, agrega que para descarbonizar el transporte se deben conseguir ciudades habitables algo que estima que sólo será posible si se reduce el espacio para los autos y se devuelven el espacio público a las personas.