Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

Mientras realizábamos la cobertura de la Semana del Motor de Monterey en California, nos trasladamos con este modelo sin quemar un solo litro de combustible. Una experiencia en el “día a día” con un auto eléctrico, recorriendo cientos de kilómetros cuando el tiempo apremia.  Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Aterrizamos en el aeropuerto de San Francisco a las 22, donde tomamos el bus que nos llevaría a reunirnos con nuestro Mini Electric. Debido a lo concurrido de la fecha, donde con mucha anticipación los hoteles quedan reservados al tope de su capacidad y los precios se elevan notablemente, nuestra reserva de hotel en Monterey quedaba sin efecto a las doce de la noche. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

Ciento setenta kilómetros nos separaban de nuestro destino, y para ello contábamos con menos de dos horas, lo cual nos hacía pensar que íbamos a estar muy justos, en el mejor de los casos. Por suerte nos entregaron el Mini con la batería cargada a full, así que inmediatamente tomamos la autopista 101 hacia Monterey. 

Muy a gusto con la inmediata reacción del motor eléctrico y la agilidad del chasis del Mini, entablamos conversación con Max, mi compañero de viaje, pensando que el café que queríamos tomar en el camino quedaría para otra ocasión. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

Pasados 50 kilómetros desde nuestra partida, miraba el tablero y las cuentas no me cerraban... Habíamos consumido más del 45 por ciento de la batería y todavía nos quedaban 120 kilómetros de viaje. Siendo previsor, había bajado la aplicación Plug Share que informa sobre todas las estaciones de carga disponibles según la zona, así que Max se puso a hacer cuentas reales y a programar una parada técnica que no teníamos contemplada. Decidimos que lo mejor era parar en Gilroy, donde figuraban varios cargadores, pero ahí empezó nuestro aprendizaje de pasar de la teoría a la práctica. 

Llegamos cerca de la medianoche a una ciudad donde parecía no haber nadie despierto y no todos los cargadores estaban disponibles. El primero era dentro de una concesionaria Dodge, que por supuesto estaba cerrada. En ese momento empezamos a sentir que no iba a ser fácil que nos recibieran en el hotel esa noche. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

De ahí cruzamos la autopista y dimos a un gran estacionamiento donde había un sector con varios cargadores… pero que eran solo para Tesla, con lo cual no había compatibilidad con nuestro auto. 

La tercera fue la vencida: al costado de una estación de servicio con un enorme playón vacío había dos cargadores, de modo que seleccionamos el más rápido a pesar de tener un costo mayor y nos sentamos a esperar sin café, ya que nada estaba abierto. Con toda la vuelta y el tiempo necesario para la carga la batería, que pasó del 40 al 80 por ciento en 20 minutos, ya era imposible llegar a horario a nuestro destino. Mientras Max intentaba comunicarse con el hotel por teléfono y por mail sin lograrlo, yo investigaba un poco la autonomía y los tiempos de carga, y hacía algún posteo en Instagram. Sin éxito en la comunicación, solo nos quedaba creer en nuestra suerte para poder descansar en una cama esa noche. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

Como solo nos quedaría tiempo para dormir un rato, decidimos activar el modo “Ahorro”, y con la meta de horario perdida fuimos cuidando la ecuación velocidad/consumo. Al llegar, no con buena voluntad, nos atendieron y nos dieron la habitación.

 

Las urbes son su hábitat

La mañana del jueves no dejaba tiempo para cargar, ya que solo habíamos dormido cuatro horas y el Tour d´Élegance largaba a las 7. La decisión fue utilizar el modo "Green +" que quita potencia y desconecta accesorios "superfluos" como la climatización para ahorrar batería. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

A diferencia de la autopista, donde todo es consumo, en la ciudad se puede regenerar energía con los frenos, obteniendo un mejor rendimiento. El Mini Electric cuenta con un sistema llamado "one pedal" mediante el cual, cuando se va soltando el acelerador, transforma la energía cinética en energía eléctrica para las baterías. Este sistema entrega tanto poder frenante que se puede hacer un recorrido completo sin tocar el pedal de freno, siendo más eficiente y cómodo hacerlo con el motor. De todos modos, el pedal de frenos de disco está presente cuando se necesita mayor poder de frenado. 

De este modo cumplimos con los compromisos de la mañana, pero necesitábamos dejar el Mini cargando para llegar al ciento por ciento y movernos con mayor tranquilidad de un evento a otro el resto de los días. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

En el Tour d´Élegance esperábamos cargar las baterías mientras realizábamos nuestro trabajo con las cámaras; sin embargo, nos encontramos con un playón con piso de tierra y árboles donde lo único que podíamos cargar era polvo en los zapatos. 

Llegó el almuerzo y con él nuestra oportunidad. La aplicación nos decía que muy cerca, en el Pebble Beach Golf Resort, tendríamos la ansiada energía para nuestro auto y nuestros estómagos. La primera playa contaba solo con un cargador que estaba ocupado por un Mustang Mach-E, pero luego de algunas vueltas pudimos dejarlo cargando en la cuadra siguiente mientras el grupo de argentinos que nos acompañaba se reía de nuestra demora y comenzaba a comer sin nosotros. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

Un dato a tener en cuenta es que cuando se deja un eléctrico cargando y se completa la carga, si no retiramos el auto del cargador sigue corriendo el costo en la tarjeta de crédito, cambiando el cargo de electricidad a estacionamiento. 

 

Y le agarramos la mano

Una vez que logramos arrancar de cero con las baterías a full, aprendimos a planificar los recorridos y a elegir los estacionamientos, y no volvimos a tener que ocuparnos de la autonomía. De hecho, disfrutamos de los beneficios de poder estacionar en lugares donde no quedaban espacios libres pero sí había cargadores. En vez de pagar estacionamiento, cargábamos baterías y ahora nosotros nos reíamos de nuestros amigos argentinos que no encontraban lugar para sus autos a nafta. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

Aprendimos a disfrutar el silencio de marcha, la calidad interior y la agilidad con la que nos trasladábamos de un punto a otro con el pequeño Mini. En caminos de montaña como el que lleva a Laguna Seca, la dirección precisa y directa, y la distribución de peso lograda por la posición del motor y las baterías en el centro bien abajo, hacen que sea un verdadero placer ir al volante del Mini Electric. 

Con 180 CV de potencia y 27,5 kgm de torque inmediato, se mueve en lo trabado como pez en el agua, y en las bajadas, levantando el pie del acelerador, se recupera algo de la energía consumida en las subidas. Otra ventaja aparece cuando tenemos que incorporarnos a una ruta transitada, ya que el empuje inmediato del motor hace que enseguida estemos a la velocidad del tránsito. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

El Mini Electric es un auto de uso urbano, que permite salir a la ruta con cierta planificación, pero nosotros exprimimos sus virtudes al máximo dándole un uso que no es el más indicado, recorriendo cientos de kilómetros por día en un mix de lugares urbanos, de montaña y ruta, sin tiempo para los cargadores. 

En este uso intenso por supuesto hemos encontrado limitaciones; por ejemplo, en el viaje de vuelta para tomar el avión en San Francisco. Según lo que habíamos aprendido en el trayecto de ida, decidimos salir una hora antes para no estresarnos y disfrutar un café en la bella localidad de Los Gatos (California), mientras cargábamos la energía suficiente para llegar a destino. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric

Habíamos empezado con el pie izquierdo, pero con el correr de los días nos fuimos adaptando y llevándonos cada vez mejor con la electricidad. Cuando pasábamos por una estación de servicio y veíamos los precios de la súper a más de 7 dólares el galón (un galón equivale a 3,8 litros), más queríamos a nuestro compañero eléctrico. 

Finalmente el domingo, luego del concurso de Pebble Beach, salimos con la batería al 92 por ciento. Tomamos la famosa ruta 1, luego desviamos por la 35, y 108 kilómetros después paramos quince minutos en Los Gatos. Café en mano, alcanzamos el 80 por ciento de carga a un costo de 6,45 dólares y llegamos con tiempo de sobra a San Francisco, para tomar el vuelo que nos llevaría de vuelta a casa. 

Largas distancias contrarreloj con un MINI Electric
Diego Porciello al mando del Mini Electric.

Tanto Max como yo sentimos cierta nostalgia al devolver el Mini Electric, sobre todo porque al principio fuimos escépticos con él y con el correr de los kilómetros nos adaptamos muy bien. En el fondo sabíamos que le estábamos pidiendo algo para lo que no había sido diseñado, y a pesar de eso respondió. 

Nos encontramos con una propulsión que no es aquella a la que estamos acostumbrados, en un lugar donde no somos locales, donde no tenemos una rutina armada, y eso fue lo que nos “pasó factura”, pero una vez adaptados, todo empezó a fluir

Si el primer día nos hubieran preguntado si el año que viene volveríamos a realizar la cobertura a bordo de un auto eléctrico, la respuesta probablemente habría sido un "no" rotundo; empero, al final del viaje nos hicimos esa pregunta y la contestación fue: "Claro, ¿por qué no?"

Por Diego Porciello (desde California, Estado Unidos).