Las opciones manual y automática del Kuga intentan, en conjunto, captar a un público que otrora se le escurriera a Ford como agua entre los dedos; el público del Escape. Público que, luego del debut y despedida del modelo, se quedó sin opciones en la marca y se mudó, probablemente, a las casas japonesas.
Como si intentara hacerse eco de las líneas de Benedetti, “… y en la calle codo a codo somos mucho más que dos…”, los Kuga se abren paso en el mercado. Se preguntará, lector, por qué citar a un poeta; debe ser que esto del 50º aniversario de la revista, contexto en el que se eligió al modelo como el mejor SUV de 2010, nos ha puesto algo melosos, pero seguramente se irá con el verano.
Aclarada la cuestión emotiva, de lleno abordamos este 4x4 del óvalo que nos ha transmitido satisfacciones al manejarlo y al disfrutar de su diseño y de la calidad de sus materiales, aunque no así de las repetidas visitas al surtidor. Las dos versiones Kuga llevan el motor 2.5 naftero, de 200 caballos, el mismo de la versión Ghia Titanium del Mondeo (la más costosa). Conjuntamente comparamos la variante Trend, con caja manual y menor equipamiento, con la Titanium, con caja automática y mayor equipamiento.
Manual o automática
Decíamos que son 200 caballos, 200 caballos hambrientos, duros de saciar, pero que necesariamente deben ser alimentados. Retórica de lado, es un pentacilíndrico que en materia de consumo no brinda grandes satisfacciones, mostrando leves diferencias entre la versión manual (9,5 km/l) y la automática (8,9 km/l). En aceleración y velocidad final, en cambio, invita a encariñarse más. La manual, por ejemplo, alcanzó una máxima de 208,5 km/h, mientras que la automática, de 203,7. De 0 a 100, tirando los cambios uno tras otro la manual arrojó 8,7 segundos, mientras que la automática, 10,1.
En cuanto a la caja de velocidades, la manual cuenta con una pieza de 6 marchas, que están bien escalonadas, pero con ciertas asperezas en su manipuleo, al pasar de una a otra. La variante automática (de quinta) es más suave y no da lugar a patinajes fácilmente perceptibles.
Ambas cuentan con un sistema de tracción conectable automáticamente, sin intervención alguna del conductor. No ofrecen un bloqueo en la distribución de la fuerza entre trenes de rodaje. Sí permiten desconectar el ESP como para darle lugar al patinaje, muy necesario en terrenos como la arena.
Salir a la ruta con el Kuga significa disfrutar de un viaje. El motor es poco rumoroso y el auto goza de una buena insonorización, excelente estabilidad durante la marcha, buena tenida en curvas rápidas y respuestas cortas de la dirección. Frena bien y acelera rápido. Adelante, la estadía es muy agradable, en parte por el espacio suficiente; atrás, en cambio, no se disfruta tanto, ya que las plazas son bastante ajustadas.
¡Quiero más!
El equipamiento, como decíamos, es el otro elemento diferenciador entre una y otra. La Trend con caja manual es la más económica (164.840 pesos) y la menos dotada.
Exteriormente las diferencias están en el techo panorámico que incorpora la Titanium (192.190 pesos). Contrariamente, ambas poseen luces rompeniebla y de giro en los espejos laterales, doble salida del escape y barras de techo longitudinales, entre otros elementos.
La primera diferencia en el interior radica en el tapizado, uno de tela y otro de cuero. Los dos son de buena calidad, con costuras prolijas y bien terminadas. Bandejas rebatibles en los respaldos de los asientos delanteros y apoyabrazos trasero central con posavasos, sólo para Titanium, al igual que, en materia de confort, aire acondicionado automático bizona y asientos calefaccionados. En cuanto a la seguridad pasiva, no hay diferencias: airbags frontales y laterales para conductor y acompañante. El aspecto activo de ambas se gestó con ABS, EBD, EBA y ESP, pero el Titanium incluye sensor de estacionamiento trasero.
Manual y automática cuentan con neumáticos de 17 pulgadas y auxilio de uso temporario; una paradoja conceptual a la que parece que tenemos que acostumbrarnos necesariamente.
Tal como reflejamos en estas páginas, desde hace un par de años, los neumáticos de 17 pulgadas no se consiguen fácilmente en el interior. Si a esto agregamos la particularidad del auxilio, el combo nunca termina de cerrar, ni en un SUV ni en un Crossover, ambos con una filosofía viajera; filosofía de ruta, entre asfalto y caminos polvorientos, más que de ciudad.
Verse bien
Un vistazo metafórico al retrovisor deja ver que el primer contacto lo tuvimos en los suelos de Pinamar, en enero pasado, antes de la presentación oficial. Por entonces, la información precisa en el ámbito local era poca, al igual que el tiempo para contactarlo, pero no fue impedimento para disfrutar de la mayor novedad del verano 2010. Hoy, con más información y plazo, se aprecian otros aspectos.
Un vistazo literal al retrovisor, ahora, evidencia que se ve poco, ya que el propio diseño de la carrocería con el techo curvado y las líneas de la cola que en sentido ascendente se van cerrando, dejan poco espacio para la luneta. Como complemento, los espejos laterales son de tamaño generoso, sin afectar ni un ápice la estética de la carrocería. En materia de diseño, un buen equilibrio en sus distintos volúmenes, respecto al resto. El afuera va en sintonía con el adentro, tanto en las formas como en la delicadeza de sus líneas. Salvo por la presencia del cuero y elementos propios del equipamiento, los interiores son similares.
El Kuga es otro exponente del Kinetic Design, la tendencia de diseño etiquetada por Ford y aplicada a sus modelos S-Max, Mondeo, Focus y Fiesta, entre los más conocidos en estas tierras. Hilando muy fino, la marca lo posiciona como un Crossover, alejándolo así de los terrenos sin consolidar y diferenciándolo de un SUV convencional.
Este vehículo se fabrica en el complejo industrial de Saarlouis, en el sudoeste de Alemania. Según se comenta extraoficialmente, en el Salón de Detroit 2011 se presentaría un restyling del modelo al tiempo que se anunciaría el inicio de la producción en los Estados Unidos.
Su principal rival es el Volkswagen Tiguan, modelo que en el ámbito local tiene una oferta de seis versiones, nafta y Diesel. Desde su presentación en el Salón de Ginebra de 2008, el Kuga ha ganado terreno comercial en Europa: ya en 2009 se convirtió en el segundo SUV más vendido, posición que volvió a obtener en 2010… detrás del Tiguan. En la Argentina se consolida poco a poco, pero la oferta de sólo dos versiones parece algo flaca. Un motor naftero más chico y una variante diesel no le sentarían nada mal.
