Peugeot RCZ 1.6 THP: Entra por los ojos

TEST. El deportivo del león atrae las miradas debido a un diseño que en muchos aspectos sale de lo común. Se equipa con un motor de baja cilindrada que arroja 200 CV y materiales que refuerzan y alivianan su estructura. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Todo sucedió tan vertiginosamente que, poco después de haber cautivado al público alemán en el salón de Frankfurt de 2007, su concept fue tomando forma definitiva para que, al año siguiente lo manejáramos todavía en estado de prototipo y luego, en 2010 en España, ya en su versión definitiva. Y hoy lo tenemos acá.

Está claro que el RCZ es una de las armas de Peugeot para transmitir su intención de mostrarse como una marca diferenciada dentro de las generalistas y transmitir al público argentino, que tan buena imagen tiene de los productos de la casa francesa, la capacidad de fabricar autos que son tomados como objeto de deseo en todo el mundo.

La idea quedó plasmada en un deportivo que no necesita de motores de excesivo cubicaje para llamar la atención. Justamente su atractivo, amén de su diseño, radica en un impulsor de apenas 1.600 cm3 al que se le extrajo una buena dosis de potencia y, a contramano de lo que sucede con la mayoría de los deportivos, un buen rendimiento del combustible.

Diseño ****

La trompa responde al “family feeling”  de la mayoría de los productos del león, mientras que la cola tiene “aires” del TT. El conjunto da forma a un auto muy llamativo con originalidades, como la curvatura de la luneta trasera, o los marcados pasarruedas y las dos barras de aluminio que enmarcan al techo dándole forma de “cockpit” de un caza. Su condición de 2+2 abre el espectro para quien quiera compartir este llamativo vehículo con más de una persona, siempre y cuando sean de contextura chica y en trayectos no muy largos, ya que el espacio trasero es demasiado pequeño.

El coeficiente aerodinámico, de Cx 0,32, no es de los mejores si lo comparamos, por ejemplo, con los de un Mercedes-Benz Clase E Coupe, que anda por los Cx 25, pero el viento no se hace notar demasiado en su choque con el auto.

Confort ***

Quien se sube a este tipo de vehículos sabe de antemano que para acceder deberá encorvarse más de lo normal, que la posición de manejo es muy baja, a pesar de la regulación –eléctrica– de los asientos deportivos delanteros y que la escasa superficie vidriada puede causar algún tipo de sensación de encierro. Pero estamos ante un deportivo… Una vez asumido eso, sólo queda disfrutar de un agradable entorno donde predomina un tapizado de cuero con doble costura que transmite calidad, tal como el resto de las piezas del auto.

La insonorización es muy buena y el espacio del baúl (321 dm3) también podría serlo, de no estar invadido por la rueda de auxilio que aquí es de la misma medida del resto y que ocupa un importante espacio.

Motor ****

Históricamente, la alemana BMW es una de las empresas que mejores motores desarrolla y justamente este que monta el RCZ fue desarrollado en conjunto por ambas compañías. Por nombrar algunos, los que montan este impulsor son el MINI y una gama muy amplia del grupo PSA, la mayoría desenvolviendo una potencia de 156 CV. Pero esta variante de 200 CV fue desarrollada exclusivamente para este modelo que logra esa diferencia de caballaje a través de una sobrealimentación de presión muy elevada (2,2 bares).

En los papeles logramos una aceleración de 0 a 100 km/h de 7,5 segundos –la misma que declara el fabricante– y una velocidad máxima de 236,2 km/h, además de buenos valores de elasticidad, gracias a la inmediata reacción del motor.

La eficiencia del 1.6 queda demostrada en un consumo que está por debajo, incluso, de modelos como el Citroën DS3, con el mismo impulsor, pero con 44 caballos menos.

Desde el habitáculo se recibe un ronroneo agradable y particular; eso se debe a que los ingenieros idearon una membrana que vibra al entrar en contacto con el aire de admisión. Este original dispositivo se denomina Sound System.

Equipamiento *** 1/2

Si bien aquí no llega la versión más equipada, el contenido en materia de confort es bastante completo empezando por la climatización automática bizonal, los cierres centralizados de puertas y baúl a distancia, el sistema de telefonía con manos libres, los espejos laterales eléctricos rebatibles y con luz de acercamiento, el control y limitador de velocidad, y detalles como el encendido automático de luces y el detector automático de lluvia.

Si hay que criticarle algo, podemos mencionar la falta de un navegador incorporado, que además le afecta a la estética, porque lo reemplaza el conocido display digital, presente en muchos de los modelos del grupo al igual que muchos comandos. Por otra parte, la computadora de a bordo no da demasiada información.

Suspensión ****

El chasis extremadamente rígido y el reglaje duro de las suspensiones le otorgan un buen comportamiento dinámico y así lo demostró el RCZ en el autódromo de Baradero donde lo exigimos a fondo. Allí no mostró ningún vicio, y cuando quiso irse de trompa, allí estuvo presente el control de estabilidad activando todos los sistemas de seguridad para corregir la trayectoria. El esquema delantero es del tipo MacPherson, mientras que el trasero consiste en brazos vinculados a una barra de torsión.

Afortunadamente, esa dureza no se convierte en una tortura a la hora de circular por la ciudad, en gran medida por lo bien que absorbe los pozos, aunque hay que tener cuidado con los lomos y cunetas por su escaso despeje. La dirección es obediente para maniobras cortas y el progresivo aumento de la dureza de la dirección se hace notable con la velocidad.

Transmisión ***

La palanca corta y precisa comanda la caja de seis velocidades. La tracción, para disgusto de los puristas, es delantera. Las relaciones de las seis marchas le sientan bien a los 200 CV, aunque por tratarse de un sport, las mas bajas son algo cortas. Lo más destacado de la caja es lo relajado del régimen del motor a velocidades máximas legales, lo que cuida al bolsillo. La adopción de la sexta velocidad complica un poco los rebajes de esa marcha a quinta al hacer tope con la posición que separa a esta última de la tercera. Y con riesgo de que la inercia nos haga bajar tres marchas de golpe con la consecuente levantada en vueltas.

Seguridad ****

Además de una carrocería construida con partes de acero de alta resistencia colocadas estratégicamente para absorber los impactos frontales y laterales, el RCZ cuenta con cuatro airbags –dos frontales y dos delanteros laterales de tórax–, ABS con repartidor de frenado y asistente al frenado de urgencia, control de estabilidad y de tracción, faros de xenón direccionales, luces contra la niebla y detector de presión de los neumáticos, entre otros elementos.

Precio *** 1/2

La única versión que llega a la Argentina del RCZ cuesta exactamente $ 206.000 (unos u$s 50.000). Su competidor inmediato, el Audi TT 2.0 TFSI, cuesta U$S 59.150. El precio no resulta nada inaccesible por tratarse de un auto de nicho y con el cual la marca no pretende hacer demasiadas ventas. Pero la demanda local, a pocos meses de su comercialización, está en un plano superior a las expectativas. Tratándose de un auto "elitista", la garantía de dos años podría ser más extensa.

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