Indudablemente, desde que Toyota lanzó la cuarta generación SW4, la primera "made in Zárate" en octubre de 2005 (sólo en la Argentina ya se vendieron 12.500 unidades), se apoderó del liderazgo del subsegmento SUV medianos. Si bien en aquel momento, la marca manifestó que aspiraba lograr al año siguiente el 60 % del estrato y la realidad se plantó en el 40, la performance fue excelente, porque desde entonces ningún otro competidor directo le arrebató el cetro. Así, al final de ese año fue el líder en ventas del universo SUV, ganándole incluso al amo y señor de la década, Honda CR-V, con el que por diferencias sustanciales no compite directamente. Es más, no sólo ningún competidor directo le arrebató el cetro, sino que han desaparecido varios actores de la escena sin que otros ocuparan su lugar. Así, muy probablemente muchos usuarios de Chevrolet Blazer, Nissan XTerra, Nissan Terrano, Hyundai Terracan, Kia Sorento y Jeep Cherokee se hayan volcado al SW4, porque hoy es el único sobreviviente de la gesta Diesel.
Actualmente, las opciones de SUV con todas las características de un todo terreno –en cierto escalón de precios– son, además del SW4, Jeep Cherokee pero con motor naftero 3,7 de 205 CV. Porque la última generación de Kia Sorento ya no cuenta con baja. De ingresar en el mercado local la misma versión de Jeep Cherokee Diesel que en 2006 competía con SW4, en materia de precio el modelo de Toyota sería un 15 % más caro.
Entre las principales novedades de esta última actualización –en 2008 ya se había agregado una tercera fila de asientos, los cambios estéticos heredados de Hilux y mejoras de confort– aparecen la incorporación de controles de tracción y estabilidad, y airbags laterales y de cortina, actualizaciones en materia de tecnología –Bluetooth y cámara de marcha atrás, entre otros–, modificaciones estéticas y demás mejoras en el aspecto del confort.
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