Test: Honda CR-V LX 2WD

Es la única opción disponible en nuestro mercado. Confortable y con un habitáculo amplio y versátil, recibió mejoras en equipamiento, pero sigue sin control de estabilidad. También muestra leves ajustes de diseño. El motor fue modificado para adaptarse a la nueva caja CVT. Con precio competitivo, es una de las mejores opciones del segmento. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Todavía falta un tiempo considerable para que el mercado automotor local se acomode. Volver a la realidad de 2013 (el año del récord histórico de ventas) demandará un período de adaptación durante el cual las terminales elaborarán su mejor estrategia. Pero será un proceso lento: ninguna empresa “se jugará” y todas andarán con “pie de plomo” hasta tanto el panorama se vea claramente predecible. Mientras, en muchos casos, la oferta será limitada: pocos modelos, pocas versiones.

Un ejemplo de esta realidad es el vehículo que aquí analizamos. El Honda CR-V LX 2WD CVT es el único exponente de la oferta del exitoso SUV mediano de la casa japonesa, una variante “intermedia” preparada para cubrir todos los frentes, a la que, por lo menos durante 2016, no se acoplará ninguna otra opción: para versiones más potentes, con tracción 4x4 o caja manual, habrá que esperar.

Es un producto equilibrado, con habitáculo amplio y versátil, baúl generoso y destacado confort de marcha que, en esta nueva versión, recibe mejoras en equipamiento y ajustes mecánicos, tales como, por ejemplo, reducción de potencia (10 CV menos) e incorporación de una caja de variador continuo (CVT), que contribuye a la suavidad de circulación y la reducción del consumo.

Cambios profundos y otros

Respecto de la versión anterior, este CR-V presenta algunos ajustes en el diseño. Se modificaron la parrilla y el portón trasero, además de los dos paragolpes. También cambia el dibujo de las llantas, que siguen siendo de aleación con neumáticos en medida 205/65 R17, características que respeta también la de repuesto: pulgar para arriba.

El espacio habitable mantiene las cualidades conocidas, es decir, buena calidad general (de materiales y terminaciones) y espacio suficiente para que cuatro pasajeros viajen con comodidad ya que, aunque dispone de cinco cinturones inerciales y la misma cantidad de apoyacabezas, quien ocupe la plaza central sufrirá la limitación del espacio. El baúl es generoso y su capacidad se puede ampliar y modificar, según la necesidad de transporte, gracias a la movilidad de los asientos traseros que, a través de un mecanismo muy práctico y fácil de accionar, transforma el sector de atrás en una verdadera “zona de carga”.

Cuando no es necesario trasladar bultos y los asientos están en su posición normal, quienes viajen en ese sector lo harán sin molestias de ningún tipo ya que, además de un generoso espacio libre hasta el techo y para las piernas, el piso es plano y los respaldos pueden reclinarse unos pocos grados, lo suficiente como para descansar la espalda en viajes largos.

La posición de manejo se logra con facilidad y, desde ese lugar, el piloto tiene todo a su alcance: comandos y teclas de fácil acceso entre los que aparece el navegador satelital, ausente en la serie a la cual reemplaza. También suma bluetooth y cámara de marcha atrás. El equipo de audio es muy completo. Además de los tradicionales radio AM/FM y lector de CD suma entradas USB, auxiliar y HDMI. También hay buenas noticias en el rubro seguridad: cuenta con seis airbags, aunque para que la alegría fuera completa tendría que ofrecer luces antiniebla y, muy especialmente, control de estabilidad, dispositivo que no puede faltar en un producto de esta categoría.

Menos es más

Otra de las novedades de este actualizado CR-V es el ajuste en la potencia del motor, que pasa de 185 a 175 CV. También se ajustó el torque: ahora es de 23 kgm (antes, 22,4 kgm) y aparece un régimen más bajo (4.000 rpm; antes 4.300 rpm). Los ingenieros de Honda modificaron la electrónica para adaptar la respuesta del cuatro en línea 2.4 con distribución variable a las necesidades de la nueva caja de variador continuo (CVT), incorporada para incrementar el confort operativo y reducir el consumo de combustible, pero manteniendo la característica agilidad y las buenas prestaciones. Efectivamente, a pesar de la reducción de 10 CV, en nuestras pruebas logramos mejores prestaciones que con el modelo de 185 CV: alcanzamos una velocidad máxima de 192,7 km/h mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h fue de diez segundos “clavados”, superando claramente los 189,6 km/h y los 10,7 segundos cronometrados, respectivamente, en el modelo anterior. La elasticidad sigue por la misma senda: 9,1 segundos para pasar de 60 a 120 km/h en S del nuevo contra 11,2 segundos de aquel. En estos procesos de aceleración, el motor se mostró bastante ruidoso hasta que la transmisión encontró el régimen adecuado.

La nueva caja (no ofrece posición secuencial ni levas en el volante) cuenta con dos modalidades adicionales: S (Sport) para una respuesta más deportiva y L (Low), que se utiliza normalmente cuando es necesario, por ejemplo, para subir por un camino empinado. Es un sistema que trabaja con gran suavidad, sin producir tironeos molestos cuando circulamos en la ciudad, mientras que en la ruta logra reducir el régimen de giro del motor (a 130 km/h el motor funciona a 2.300 rpm) para reducir la rumorosidad y el consumo. En este caso, la nueva versión también supera a la anterior, con un rendimiento promedio de 10,5 km/l (10,2, el anterior), aunque el gasto de combustible en la ciudad sigue siendo elevado: 8,4 km/l.

El resto de los componentes mecánicos se mantiene sin cambios. Por eso sigue ofreciendo un confort de marcha excepcional, gracias a un chasis equilibrado con suspensiones mullidas que, no obstante, se muestran firmes en la ruta, y una dirección con asistencia eléctrica de respuesta impecable. Lo mismo pasa con los frenos: el equipo de cuatro discos con ABS y sus complementos electrónicos logran detener a este SUV de 1.500 kilos en distancias muy buenas para un modelo de su tipo.

Como pocos

El CR-V se mueve en un universo en el que tiene competidores muy diversos. Pocos se adaptan a las características de esta versión que, con tracción delantera, caja CVT y un equipamiento adecuado, vale 579.900 pesos. Entre los rivales directos podemos mencionar a Hyundai Tucson, (motor de 166 CV, caja automática y equipamiento más acotado, aunque con ESP y faros antiniebla), que vale 638.400 pesos; y Toyota Rav-4 (146 CV, caja CVT y equipamiento parecido al CR-V), cuyo precio es de 729.070 pesos.

Como decimos más arriba, esta es la única versión disponible del CR-V, motivo por el cual su competencia es limitada. Modelos como Ford Kuga y Volkswagen Tiguan, por ejemplo, solo se ofrecen en versiones con tracción integral, mientras que productos como Citroën C4 Picasso, Peugeot 4008 y Renault Koleos han desaparecido de la oferta de sus respectivas marcas.

Por eso, esta nueva versión del CR-V cobra mayor importancia, ya que, con una configuración en la que “no le falta nada”, manufactura mexicana (se produce en la planta de Salto, Jalisco) que garantiza calidad en su amplio interior, mecánica de excelente respuesta y un confort de marcha destacado, se ha transformado en uno de los referentes de un segmento que no para de crecer, incluso en la Argentina de hoy.

Ficha Técnica Honda CR-V

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