Luego del impacto del coronavirus, General Motors volvió a producir autos en Brasil, aunque la presencia de personal es más acotada debido a las medidas de prevención. Hasta acá, el regreso a la producción es un punto positivo pero desafortunadamente ocurrirá un cambio de rumbo a partir del próximo tiempo debido a la disparada del dólar en el país vecino.
Los precios aumentaron alrededor del 7 por ciento durante el aislamiento y esto llevó a que en este nuevo regreso a las actividades, se tomara la decisión de reducir las versiones más económicas de algunos modelos. Según medios brasileños, el motivo se encontró ligado al aumento de los costos, ya que las variantes más accesibles tienen poco valor agregado y no generan demasiada ganancia.
El portal Estadão reveló algunas declaraciones de Carlos Zarlenga, presidente de General Motors en Sudamérica. El directivo confirmó que la caída de las ventas, sumado al incremento en el tipo de cambio afectaron a la automotriz de forma negativa. La devaluación del Real es de 32,4 por ciento en lo que va del 2020. El salto fue de 3,70 a 5,31 de moneda brasileña por dólar.
En la actualidad, algunos de los modelos producidos en Brasil son: la familia Onix, la nueva generación del Tracker, la S10, el Trailblazer, el Spin y la Montana.
Zarlenga aún no ha revelado cuáles serán los modelos afectados pero tiene claro que cuanto más aumente la producción de versiones económicas, más dinero se pierde. Mientras tanto, existen inversiones que se encuentran congeladas hasta que el mercado brasileño muestre algún tipo de señal. De todas maneras, hay algunos proyectos que no tendrán continuidad en el país limítrofe, pero eso es otra historia.
