El 18 de mayo de 1980, no fue una fecha cualquiera para Carlos Reutemann en la Fórmula 1. El Lole venía de varios meses negros sin alcanzar ni un sólo triunfo en la máxima categoría del automovilismo mundial. Sin embargo, hace exactamente 40 años en un día lluvioso, el santafesino dejó su huella con su recordado Williams, nada más y nada menos que en el Principado de Mónaco, donde se alzó con la victoria luego de estar casi dos años sin imponerse en ningún Gran Premio de la F1.
Reutemann largó en la segunda posición pero como suele ser común cuando el pavimiento está completamente húmedo y las precipitaciones no paran, la visibilidad se complicó bastante para varios competidores que terminaron abandonando a los pocos segundos de haber comenzado la carrera. Estos fueron los casos de Alain Prost, Jean-Pierre Jarier, Bruno Giacomelli y Derek Daly. Aún así, a pesar de que la lluvia era cada vez más intensa, el argentino continuó maniobrando por las calles de Mónaco buscando el tan ansiado triunfo sin perder la concentración y cuidando con mucha precisión su monoplaza, para llegar sin inconvenientes a la línea de meta.
Luego de los abandonos de Didier Pironi y Alain Jones, el Lole alcanzó el primer puesto y sólo tuvo que conservar el buen ritmo y mantener al Williams en pista por las vueltas que quedaban. Después de casi dos horas del comienzo del GP de Mónaco 1980 (1:55:34 horas) y 78 vueltas cumplidas, el santafesino logró consagrarse en el lugar donde todos quieren ganar.
De esta manera, lograba el triunfo en el famoso callejero, luego de 20 meses sin ganar. El último argentino en llegar a lo más alto de este circuito había sido Juan Manuel Fangio en 1950 con Alfa Romeo y en 1957 con Maserati. Para la consagración, Reutemann fue coronado por el príncipe Raniero III de Mónaco y su esposa Grace Kelly.
