En el Reino Unido no quieren saber nada con la conducción autónoma

El dato surge de una encuesta en la cual el 69 por ciento de los consultados se manifestó en contra de que se legalice la circulación de este tipo de vehículos en las autopistas.

Redacción Parabrisas

La conducción autónoma es señalada como el futuro de la movilidad por muchos de los especialistas en la industria automotriz. Sin embargo, los usuarios británicos no parecen estar en sintonía con esa afirmación.

En Reino Unido no quieren saber nada con la conducción autónoma

Según una encuesta realizada en el Reino Unido, el 69 por ciento de los consultados no están de acuerdo con que el Gobierno de esa nación autorice la circulación de unidades de ese tipo por las autopistas a partir de 2021.

En Reino Unido no quieren saber nada con la conducción autónoma

Los encuestadores preguntaron: “¿Se siente cómodo o incómodo con la idea de que los vehículos autónomos puedan circular por la autopista en algún momento del próximo año?”

En Reino Unido no quieren saber nada con la conducción autónoma

Y los resultados fueron: “No estaría cómodo”, 33 por ciento y “Para nada cómodo”, un 36 por ciento, es decir que un 69 por ciento de los encuestados se manifestó disconforme con esa posibilidad.

Solo un 6 por ciento contestó “Muy cómodo” y un 9 por ciento respondió “Bastante cómodo”.

En Reino Unido no quieren saber nada con la conducción autónoma

La idea del gobierno británico era la de ser uno de los primeros países europeos en permitir el uso de la conducción autónoma, pero este tipo de encuestas no alientan demasiado esa aspiración.

Rachel Maclean, secretaria de Transportes declaró al diario The Guardian que, “La tecnología automatizada podría hacer que la conducción sea más segura, más suave y más fácil para los conductores, y el Reino Unido debería ser el primer país en ver este beneficio, alentar a los fabricantes a hacerlo, desarrollar y probar nuevas tecnologías”.

En Reino Unido no quieren saber nada con la conducción autónoma

Sin embargo, a pesar de las virtudes que este modo de conducción supone, todavía quedan puntos por resolver, entre ellos los relacionados con la responsabilidad en determinados accidentes en los que se dé un margen para dudar de la responsabilidad del conductor, al auto o del sistema de conducción autónoma.

En varios países europeos, especialmente en Alemania, existen cuestionamientos en los que se señala a determinados sistemas como eventuales responsables. Aseguran, por ejemplo, que el sistema de mantenimiento de carril funciona correctamente en un 90 por ciento pero nunca en el 100 por ciento, motivo por el cual en un caso así (un sistema que falla) la responsabilidad sería del desarrollador de la tecnología. De todas maneras la conducción autónoma está en etapa pruebas por lo que es dable inferir que todavía queda tiempo para resolver los problemas y llevar el sistema a la perfección.