Cuando leemos libros, ensayos o artículos sobre los beneficios que las ideas liberales proponen para los ciudadanos del mundo es fácil caer en las garras de su seducción. Claro que esas ideas son teóricas y que, indefectiblemente, ponerlas en práctica implica la participación del hombre, ser imperfecto por definición que, seguramente más temprano que tarde, se las arreglará para mostrar las debilidades de ese sistema. Ejemplos hay como para hacer dulce.
Y en la Argentina, en donde las ideas y las practicas se tiñen de ese “toque argento” que hace que todo sea diferente, las probabilidades de que el liberalismo escape a ese lamentable dogma local son casi inexistentes.
¿Podrá Javier Milei llevar a cabo sus ideas? ¿Lo dejarán hacerlo? Sí, más preguntas. Pero son las que nos hacemos todos. Porque sabemos que proclamar los postulados de ideas desde un púlpito es muy diferente a ponerlas en práctica.
Sí finalmente Milei lleva a cabo los cambios que anunció en materia económica e impositiva, un nuevo escenario se planteará para el mercado automotor local, incluyendo al sector industrial.
Según la plataforma de La Libertad Avanza, la administración Milei realizará una profunda reforma tributaria con la que apunta a simplificar impuestos eliminando aquellos definidos como "distorsivos", como el de Ingresos Brutos y el que se aplica sobre los cheques, por ejemplo.
También leemos: “Eliminar los aranceles a la importación y toda restricción para importar, como las Licencias Automáticas y no Automáticas. Firmar tratados de libre comercio con todas las regiones o países que deseen acceder a nuestros mercados, en la medida que nosotros podamos acceder en términos similares a los suyos”. Esto es analizar los tratados comerciales internacionales vigentes hasta ahora y, eventualmente, proponer cambios.
El fomento de las inversiones privadas, la privatización de las empresas públicas deficitarias (YPF, entre otras), el tratamiento de la ley de alquileres en todo el territorio nacional y la ampliación de la red vial nacional, junto con la mejora de autopistas, rutas y caminos, aparecen entre las medidas a aplicar, una serie de estrategias en las que cobra especial protagonismo la liberación de los cepos cambiarios y la unificación del tipo de cambio.
Todas estas medidas (y muchas otras) afectarán sin duda la actividad automotriz en nuestro país. La industria y el comercio dedicados a los autos en la Argentina tienen muchos años y, sobre todo, gran experiencia sobre los hombros, con empresarios que, presidencia tras presidencia supieron adaptarse a cada una de las realidades que aquellas propusieron.
Ahora, es el tiempo de un liberal que ha manifestado su admiración por los autos importados (recordemos que Javier Milei se ha mostrado con un Peugeot RCZ, un Mazda Miata y con un Cadillac Sedán De Ville de 1961, entre otros). Es el momento en el que se abre una nueva etapa política, económica y social en el país: cuatro años por delante en los que es necesario, imprescindible, que
la nueva administración alcance el éxito, ya no por aquellas “seductoras” ideas liberales, sino, y estrictamente, por el bienestar de los argentinos..