Sabés cuál fue el primer súper auto americano

A poco más de un año del fallecimiento de su creador, Gerald Wiegert, dedicamos estas líneas, a modo de pequeño homenaje, a uno de los tantos empresarios automotrices norteamericanos que lucharon por convertir sus sueños en realidad.  Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Después de trabajar como consultor externo para las tres grandes de Detroit, Gerald “Jerry” Wiegert creó, en 1971, un centro de diseño con base en Wilmington, California, denominado Vehicle Design Force. Allí trabajó junto a Lee Brown, experto en carrocerías, con quien creó un súper auto al que bautizaron “The Vector”. El Vector fue presentado en el Salón de Los Ángeles de ese mismo año, pero sólo como una cáscara, ya que no contaba con interior ni con elementos mecánicos. Wiegert anunció un motor Wankel y un precio de 100.000 dólares para su creación. 

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El impactante diseño compartía algunos rasgos con el asombroso Lamborghini Countach, que había sido develado meses antes, en marzo de 1971, en ocasión del Salón de Ginebra. Las puertas con apertura tipo tijera y el parabrisas lanzado con su base de tres lados, extrañamente unían a ambos modelos a pesar de la lejanía que siempre hubo entre los diseños italiano y estadounidense. 

Volviendo al modelo que impulsa esta nota, la poderosa y futurista carrocería causó sensación, hecho por el cual fue elegido para ilustrar la tapa de la revista Motor Trend en abril de 1972. Mientras tanto, las diferencias existentes entre ambos socios terminaron con la salida definitiva de Lee Brown, por lo que Wiegert, para evitar problemas legales, decidió cambiar el nombre de la empresa; así, Vehicle Design Force pasó a denominarse Vector Aeromotive. 

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Inmediatamente, Jerry comenzó a trabajar sobre un nuevo y definitivo modelo al que llamó Vector W2 (W por su apellido y 2 por el número del prototipo), que estuvo listo recién para 1978 pero, al igual que su predecesor, se trataba de un modelo estático y que recién pudo moverse al año siguiente. Retomando las odiosas comparaciones, el Countach se había lanzado en 1974 y ya para 1978 tenía algunos retoques para verse más actual, mientras que el Vector sufrió alteraciones inversas: fue bajado a tierra y su espectacular silueta de 1971 involucionó en ese lapso de ocho años. 

Finalmente, en las calles

Las pruebas para su puesta en fabricación fueron de aproximadamente 160.000 kilómetros, bastante más que otros autos de fabricación seriada en esos años, y su llegada al mercado estaba siendo seguida con ansiedad por toda la prensa especializada norteamericana. 

El W2 equipaba un motor Chevrolet V8 de 5.700 cm³ con doble turbo compresor que le entregaba cerca de 600 caballos a las ruedas traseras y le permitían llegar a los 320 km/h. 

Entre 1982 y 1987, Wiegert estuvo tratando de conseguir el dinero suficiente para poner en marcha la fabricación del W2, cosa que no logró. El único modelo fabricado fue pintado varias veces y recibió leves mejoras para tratar de capturar el interés de algún inversor, pero el tiempo pasaba y el auto estaba quedando anticuado en su imagen, por lo que, para 1989, un sucesor cobró vida. Del W8 se construyeron dos prototipos, de los cuales sólo uno funcionaba, era de color negro y fue vendido al tenista norteamericano André Agassi por 455.000 dólares.

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Tenía un chasis de aluminio semi-monocasco derivado de los usados por los autos de competición del Grupo C. Además, hacía gala de llevar en sus entrañas un total de 5.000 piezas fabricadas bajo especificación aeronáutica, lo que aseguraba que el Vector pudiera durar toda la vida de su dueño con un mantenimiento casi nulo. 

La carrocería, de fibra de carbono y kevlar, resaltaba por su liviandad y resistencia. El motor era un Rodeck V8 de carreras, con block de aluminio y doble turbo compresor, cuya potencia neta era de 625 caballos, al que se le acoplaba una caja automática de tres velocidades B&M. La velocidad punta del W8 era de 354 km/h, según pruebas hechas en las Salinas de Bonneville. 

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Un total de diecisiete unidades del W8 fueron fabricadas y vendidas al público entre 1989 y 1993. 

En 1993, Vector intentó desarrollar un sucesor del W8, el WX-3, que ofrecería distintas opciones de motor, todas Chevy V8: de serie, un básico con 600 caballos, una opción mejorada con 800 y otra con dos turbos y 1.200 “burros”. Se fabricaron dos prototipos, uno cerrado con el motor de twin-turbo pero con la potencia limitada a 800 CV, y uno convertible con el motor del Vector W8, que fueron exhibidos en el Salón de Ginebra de ese año. Al terminar la exposición, la empresa indonesia Mega Tech se hizo de la mayoría del paquete accionario de Vector Aeromotive, y Jerry fue removido de su puesto como mandamás. 

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Ofuscado por lo sucedido, inició gestiones legales y así logró quedarse con los diseños originales, el equipamiento y los autos que no se habían vendido; se independizó, y 1995 comenzó con un nuevo proyecto.

Con corazón italiano

El M12 fue revisado estilísticamente; sus líneas angulosas fueron reemplazadas por trazos más suaves de acuerdo con la tendencia de esos años, pero claramente perdió las proporciones del primer Vector. 

Sabés cuál fue el primer súper auto americano

Debajo del capó se escondía un impulsor V12 de 5,7 litros de origen Lamborghini, concretamente del modelo Diablo, que se acoplaba a una caja de cambios manual de cinco relaciones. Con 492 CV de potencia a 5.200 rpm y 58 kgm de par a 4.900 rpm, este motor entregaba prestaciones más que interesantes al nuevo Vector: aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 4,5 segundos, y una velocidad máxima de 306 km/h. Sin embargo, esa misma planta de poder le confería al Diablo mejores cifras: 3,8 segundos en el 0-100 y 328 km/h de velocidad máxima. Evidentemente, el nuevo Vector ya no hacía diferencia sobre sus competidores, como en sus inicios. 

Del M12 sólo se produjeron 14 ejemplares antes de que se cancelara el proyecto, debido al escaso interés. Sin darse por vencido, Wiegert abarató el costo del M12 creando el SRV8, que volvió a montar un corazón americano: el Chevy LT1 del Corvette. Al día siguiente de la presentación del prototipo, la firma cerró sus puertas definitivamente. 

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El último intento

Wiegert nunca dejó de luchar por su empresa y, con el correr de los años, le cambió varias veces el nombre: Avtech Motors, luego Vector Supercars y finalmente Vector Motors Corporation. Entrado el nuevo siglo, un nuevo Vector hizo su aparición en el Rodeo Drive Concours d´Élégance, y luego en el Salón de Los Ángeles, ambos durante 2007. 

Se trataba del WX8, un auto completamente nuevo en cuanto a diseño y mecánica, aunque las proporciones seguían siendo las mismas. Estaba impulsado por un V8 de aluminio de diez litros de cilindrada sobrealimentado, que entregaba una potencia proyectada de 1.850 caballos y una velocidad punta hipotética de casi 450 km/h. Lamentablemente, este Vector también quedó en la nada, y con él culminó la aventura del primer superdeportivo estadounidense.   

Por Gustavo Piersanti 

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