Hay historias que son dignas de ser contadas y que justifican los miles de tomos que los especialistas les han dedicado. Entre ellas, la de Sir Stirling Moss es una de las más destacadas en la historia del automovilismo.
Del mismo modo que otros tantos jóvenes ingleses que nacieron cuando el auto deslumbraba más que nunca a la humanidad, Stirling cayó inmediatamente bajo el influjo de los motores. A los 15 años, gracias a un permiso especial, ya tenía su licencia de conducir.
En 1948, compró un Cooper 500 con el que participó en 15 carreras de Fórmula 3, ganando 12 de ellas. Este fue el comienzo de una carrera internacional. En 1949, el joven piloto se convirtió en parte del equipo británico HWM. trabaja en equipo en la Fórmula 2 y ganó el título del campeonato inglés de Fórmula 2 en 1949 y 1950. En 1950, Moss también ganó el Trofeo Turístico con un Jaguar XK 120, superando incluso al auto presentado oficialmente.
Su participación en Fórmula 1 arranca en 1951 con el equipo HWM, equipo con el que corre también el año siguiente con resultados diversos. En 1953 compite con Cooper, y el año siguiente con una Maserati 250F de su propio equipo.
Pero el gran salto en su carrera lo da al año siguiente: en 1955 es contratado por Mercedes-Benz aportando su talento al incontenible desempeño de las Flechas de Plata y como compañero de Juan Manuel Fangio.
Sobre el quíntuple Moss decía: “Fangio era especial porque era imbatible. Pero también era una persona muy especial, siempre amable y educado, un hombre muy cercano. Fue siempre un hombre bueno. Y como piloto desde luego era imbatible. En carreras de Turismos le gané unas cuantas veces, pero me refiero a la Fórmula 1, que para mí es lo máximo de las carreras de autos”.
Moss hizo su debut en la Fórmula 1 con las Flechas de Plata el 16 de enero de 1955 en el Gran Premio de Argentina, donde obtuvo el cuarto lugar en el calor de Buenos Aires. Lo más destacado de su desempeño en esa temporada fue la victoria en el Gran Premio de Gran Bretaña. En otras dos carreras de Fórmula 1 (el Gran Premio de Bélgica el 5 de junio de 1955 y el Gran Premio de Holanda el 19 de junio de 1955), Moss ocupó el segundo lugar detrás de Fangio. Terminó ese torneo como subcampeón en la clasificación de pilotos, posición que se repetiría en los tres años siguientes.
En los campeonatos de 1959, 1960 y 1961, obtendría la tercera posición entre los mejores pilotos de esos torneos. Al final de su recorrido por la F1 los números de Stirling Moss dan cuenta de sus destacada capacidad: 16 victorias, 24 podios, 16 pole positions y 19 vueltas rápidas.
Pero en otras competencias también tuvo excelente desempeño. El 1 de mayo de 1955, Stirling Moss escribió otra página en su historia: con un Mercedes-Benz 300 SLR ganó la legendaria Mille Miglia. También obtuvo el primer lugar en la no menos emblemática Targa Florio en Sicilia y el Trofeo Turístico en Dundrod (Irlanda del Norte).
También compitió con Vanwall, Porsche, Aston Martin, Ferrari, Lotus y B.R.M, entre otros,, hasta que una lesión grave en las "100 millas de Goodwood" el 30 de abril de 1962, determinaron el fin de su carrera deportiva a la edad de 33 años.
Sin embargo, el alejamiento de Stirling Moss de las pistas fue meramente teórico: no poder conducir un auto de carreras con las exigencias que esa actividad supone no solo no lo desanimó, sino que lo impulso a realizar otras actividades directamente vinculadas con el automovilismo. Se ha dedicado a escribir sobre su experiencia y trayectoria y a tareas de asesoramiento.
También fue durante muchos años embajador de la marca Mercedes-Benz, empresa en la que tuvo cargos honoríficos. Tan importante fue para la marca alemana que le han dedicado un modelo especial, el SLR Stirling Moss.
Pero su gran trayectoria no solo es reconocida por la marca alemana. La reina Isabel II de Inglaterra le otorgó en el año 2000 "La Orden de Caballero” y desde entonces se lo conoce como Sir Stirling Moss. En 2006, la FIA le entrego la Medalla de Oro por su contribución con el deporte motor.
En 2018, Stirling Moss anuncio que se retiraba de la vida pública después de una grave enfermedad. Pero hoy, el día en que cumple 90 años, es momento de recordarlo como uno de los mejores pilotos de la historia de la F1 aunque los números no le hayan permitido obtener su corona.
