El 307 fue un verdadero éxito en la historia local de Peugeot. Pero el tiempo, que para algunas actividades es un censor implacable, marcó el final de su camino en 2011 dando por terminado un ciclo que duró diez años. Sucede que ese producto funcionó como un “caballito de batalla” para la marca en el segmento de los medianos, al punto que siempre se mantuvo en los primeros lugares del ránking de ventas de ese nicho. Obviamente, el desafío para los ingenieros de Peugeot fue mayúsculo: mantener el liderazgo. Y para lograrlo adoptaron una fórmula clásica siguiendo el lema futbolero que reza “Equipo que gana no se toca”: le dieron forma al 308 siguiendo bien de cerca al 307. El concepto prendió rápidamente y, a pocos meses de su lanzamiento comercial (la disponibilidad efectiva de este nuevo producto se materializó en las agencias a finales del mes de marzo de este año), el 308 de producción nacional logró acaparar el treinta por ciento de su segmento.
Ahora, la llegada de esta nueva versión supone un impulso para la gama, teniendo en cuenta que esta variante denominada Sport se instala en el tope de la serie de producción local: la variante GTI (motor de 200 CV con un equipamiento más importante y que cuesta 199.400 pesos), llega desde Francia.
Diseño
A simple vista no se advierten cambios profundos en el diseño. Pero cuando lo miramos con un poco de atención aparecen algunos pocos detalles que son de su exclusiva propiedad. Entre ellos, un logo con el nombre del motor (THP) en el sector posterior y las llantas de aleación que, aunque mantienen el diseño de los modelos con nivel de equipamiento Feline, están pintadas de un tono gris mate.
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