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https://www.instagram.com/alescortina/El segmento de las pick-ups medianas en la Argentina tiene una líder absoluta desde hace ya varios años. Así lo reflejó una vez más el ranking de ventas de 2019, período en el que se patentaron 25.120 unidades de Toyota Hilux.
Básicos:
Velocidad máxima: 180,1 km/l / Potencia: 200 CV / Consumo promedio: 10,8 km/l / Precio: $ 3.960.900
Diseño/Aerodinámica (✭✭✭✭): Aunque se trata de apenas un rediseño, el estilo tipo full-size de esta variante es atractiva.
Confort/Espacio interior (✭✭✭1/2): Es un vehículo cómodo y bastante amplio en las plazas traseras. La ergonomía de los asientos delanteros es mejorable.
Motor/Prestaciones (✭✭✭✭): Es uno de los propulsores más sobresalientes del segmento. Buenas prestaciones y entrega de torque, aunque el consumo algo elevado.
Los más: Nivel tecnológico y seguridad • Comportamiento dinámico • Prestaciones • Primeros services bonificados.
Equipamiento/Instrumental (✭✭✭1/2): La dotación de confort es apropiada, pero tratándose de una versión full podrían esperarse más elementos.
Suspensiones/Dirección (✭✭✭1/2): El mullido esquema absorbe bien las irregularidades, pero en ocasiones se advierte un tanto saltarín.
Transmisión/Caja (✭✭✭1/2): Tiene un desempeño adecuado y no muestra marcados retardos. Ofrece modo secuencial pero no levas en el volante.
Los menos: Dirección poco precisa • Posición de manejo • Calidad interior mejorable • Muchos elementos opcionales.
Seguridad/Frenos (✭✭✭✭): Dotación mejorada, con asistencias a la conducción y refuerzo estructural de la carrocería.
Precio/Garantía (✭✭✭): El precio está en conformidad con sus competidores, sin contar los opcionales. La garantía no es de las mejores, pero los primeros cinco services (cada 10k) están bonificados.
El podio también se vio ocupado por dos modelos fabricados en nuestro país, aunque con una performance muy inferior al de la camioneta hecha en Zárate. Tal es así, que entre ambos no superaron los patentamientos de la pick-up de la marca nipona: Volkswagen Amarok (12.669) y Ford Ranger (11.635).
Cuando desglosamos las estadísticas, la Chevrolet S10 aparece en el cuarto puesto, muy atrás en las preferencias del público local: el año pasado apenas se vendieron 6.479 unidades de la camioneta producida en Brasil, país donde, en contrapartida, lidera el mercado.
Ahora, la firma del moño dorado le realizó a la S10 algunos ajustes estéticos y mecánicos, pero fundamentalmente jerarquizó su dotación de confort y seguridad para intentar ubicarse a la vanguardia de un segmento en el que hay cada vez más jugadores. ¿Alcanzará todo esto para subirse al podio?
Inspiración “Full-Size”
Estéticamente, no encontramos demasiadas diferencias respecto de la S10 lanzada en 2016, aunque esta versión High Country se caracteriza por seguir el patrón estilístico de las camionetas full-size americanas tales como la Colorado, que se estima que la marca traerá pronto a la Argentina.
En este caso, la parrilla frontal es totalmente oscura y tiene inscripto en relieve el nombre de la marca a lo ancho de su superficie plástica, mientras que el tradicional moño dorado tiene dimensiones más pequeñas y está ubicado en el margen inferior derecho sobre un entramado tipo colmena: en el resto de la gama, la parrilla es cromada y el habitual emblema de Chevrolet se emplaza en el centro de la grilla.
Los faros no recibieron cambios. Si bien ofrecen luces de circulación diurna de led, el resto de la óptica continúa siendo halógena: un punto criticable teniendo en cuenta la tecnología que ofrecen casi todas sus competidoras.
Sí hubo un retoque en el paragolpes delantero (de un material símil aluminio en su parte baja) y en las luces rompeniebla, que además fueron reposicionadas. Vista de costado, la única novedad tiene que ver con el rediseño de las llantas de 18 pulgadas, que en esta versión son oscuras y diamantadas: un aporte con cierto tinte deportivo, aunque hay que decir que son más sensibles a la suciedad y los rayones.
Atrás no hay novedades. Mantiene la robusta figura en la que resaltan los enormes paragolpes (con un generoso escalón para acceder a la caja) y la llamativa barra de San Antonio, que cumple un rol más estético que funcional, con portarrieles laterales incorporados que sirven para enganchar la lona marítima, elemento que viene de serie.
Sin embargo, el protector plástico de la caja de carga es opcional, al igual que el gancho de remolque (esta unidad no lo tenía): a esta altura, detalles inadmisibles para un vehículo de trabajo, sobre todo tratándose de la versión “full”. Cabe destacar que la unidad probada contaba con otros accesorios, entre ellos uno muy útil como el amortiguador ubicado en el portón trasero, que impide que la tapa de la caja de carga caiga de manera abrupta.
A medio camino
Una vez dentro del habitáculo, hay que prestar muchísima atención para encontrar alguna novedad. Es que el agradable y sobrio panel de a bordo, que combina plásticos duros con superficies tapizadas con cuero ecológico, se mantiene inalterado: su calidad general es aceptable, término que señala que algunas terminaciones son mejorables.
La buena noticia es que Chevrolet actualizó la central multimedia con una nueva generación del MyLink, cuya pantalla táctil de 8 pulgadas ofrece una excelente resolución de imagen. Además, ahora puede proyectar Android Auto y Apple CarPlay de manera inalámbrica. El sistema es rápido y muy intuitivo, y la pantalla combina –afortunadamente– comandos táctiles con botones físicos para simplificar su operación. Un aspecto que no mejoró es la posición de manejo.
Encontrar la postura ideal dependerá mucho de la contextura física del conductor, ya que el volante no se regula en profundidad, y si bien la butaca trae ajustes eléctricos, los asientos son poco ergonómicos: planos los cojines y escasa la sujeción lateral de los respaldos.
En contrapartida, esa característica de los asientos permite que en las plazas traseras los pasajeros viajen cómodos. En este sector, además, la Chevrolet S10 se caracteriza por un generoso espacio para piernas y altura hasta el techo.
Aquí, por otra parte, la marca incorporó anclajes para sillas infantiles y todos los ocupantes disponen de cinturones inerciales de tres puntos. Pero, llamativamente, la plaza central sigue sin contar con apoyacabeza.
Potencia democratizada
Si hay un detalle que destaca a Chevrolet por sobre la competencia en este segmento, es que bajo el capó todas las versiones de la S10 utilizan el conocido impulsor turbodiésel 2.8 de 200 caballos de potencia y 51 kgm de torque que hemos probado en reiteradas ocasiones.
Se trata de un propulsor que se destaca por su brío y entrega de par desde muy bajas revoluciones, al que Chevrolet le realizó algunos ajustes para optimizar su desempeño, entre ellos la incorporación de un nuevo turbocompresor. De esta manera, acelera de 0 a 100 km/h en 10,4 segundos y alcanza una máxima (limitada) de 180,1 km/l, prestaciones más que interesantes para un vehículo de casi dos toneladas. La elasticidad del motor también es un punto a destacar.
Por ejemplo, para acelerar de 80 a 120 km/h (una situación habitual de sobrepaso en ruta) necesitó 7,8 segundos. Esta variante High Country trabaja asociada con una transmisión automática de seis velocidades que está bien relacionada, y cuya sexta oficia de sobre marcha para reducir sustancialmente el régimen de vueltas (a 130 km/h, apenas gira a 2.100 rpm).
En general no se advierte perezosa, a menos que se pise el acelerador intempestivamente. Más allá de los ajustes mecánicos, el rendimiento del motor está lejos de ser de los más sobresalientes del segmento, penalizado fundamentalmente por el consumo en ciudad: puede recorrer, en promedio, 10,8 kilómetros por cada litro de combustible.
En cambio, dinámicamente, es todo ganancia en esta nueva S10, gracias a los refuerzos estructurales que recibió la carrocería. A altas velocidades se advierte un vehículo más aplomado (amén de contar con asistencias), y el confort de marcha mejoró, aunque sin llegar a ser el de una Volkswagen Amarok, la referente del segmento.
Por otra parte, si bien cuenta con tambores traseros, el sistema de frenos se desenvolvió de manera eficiente: para detenerse por completo desde 100 km/h necesitó 45,6 metros sin perder la línea. Pero debemos criticar la dirección: pese a tener asistencia eléctrica, en ocasiones se advierte un tanto pesada, además de poco directa.
La tracción 4x4 con caja reductora (alta y baja) respondió adecuadamente durante nuestras pruebas, pese a que las condiciones climáticas no propiciaron cruzarnos con barro o zonas pantanosas para desatar su espíritu lúdico en el off-road extremo.
No obstante, destacamos el generoso despeje y los buenos ángulos de ataque y salida de la carrocería, que permiten encarar con confianza los accidentados caminos rurales. Seguramente habrá algún lector de estas líneas que advierta la ausencia del bloqueo de diferencial trasero: en este apartado, Chevrolet sigue corriendo de atrás a las tres líderes del segmento, que ofrecen este elemento tan útil para los usuarios más exigentes.
Salto de jerarquía
La gran apuesta de la renovación de la S10 tiene que ver justamente con su dotación de confort y de seguridad. Tal como viene haciendo en todos sus modelos, Chevrolet incorporó conectividad Wi-Fi 4G a bordo en la pick-up fabricada en Brasil, un dispositivo inédito en este segmento, que se complementa con el conocido sistema de monitoreo satelital OnStar.
Además, la llave (tipo navaja) tiene un comando satelital para encender el vehículo a distancia, procedimiento que también puede realizarse a través de la “app” MyChevrolet, registrando los datos del vehículo.
Entre tanta avanzada tecnológica resulta curiosa la ausencia de un cargador inductivo para teléfonos celulares, elemento que la marca ya ofrece en modelos de menor jerarquía. Ahora bien, en el apartado de seguridad, todas las versiones de la nueva S10 traen de serie seis airbags, control de tracción y estabilidad, control de descenso, asistente de partida en pendiente y control de balanceo de remolque.
Asimismo, las versiones más equipadas hacen gala del debutante frenado autónomo de emergencia con detección de peatón (funciona hasta 80 km/h), que se suma a los alerta de colisión frontal y cambio involuntario de carril, y a la cámara de visión trasera en HD.
En este rubro queda en desventaja con algunos rivales que ya ofrecen el cada vez más valorado control de velocidad crucero adaptativo. El precio de la versión High Country es 3.960.900 pesos, un valor elevado, aunque a tono con el de la mayoría de las versiones tope de gama del segmento.
Aquí cabe aclarar que no están contemplados los precios individuales de los accesorios que equipaba esta unidad, ya que los mismos forman parte de diferentes packs opcionales: estimamos que incrementan el valor final unos cien mil pesos. Mientras algunas marcan ofrecen cinco años de garantía para sus pick-ups, Chevrolet mantiene la cobertura de tres años ó 100.000 kilómetros.
Sin embargo, aquellos clientes que compren este “model year 2021” tendrán bonificados los primeros cinco service (programados por la marca cada 10 mil kilómetros), incluso una vez excedido los tres años de la garantía.
FICHA TÉCNICA Y PRESTACIONES:
