El avance del coronavirus es imparable. Cuando escribimos estas líneas la estadística dice que han muerto por esta enfermedad más de 4,2 millones de personas a nivel mundial de las cuales 107.023 son argentinas.

A pesar de la vacunación masiva que se está llevando a cabo en la mayoría de los países, y que suponía una merma en la propagación de la enfermedad, las diferentes mutaciones del virus ponen en riesgo la salud de la población y en alerta a los especialistas médicos, al tiempo que obliga a los desarrolladores de tecnologías a pensar y crear sistemas que eliminen este mal.
En el caso de las terminales automotrices el desafío es enorme: el habitáculo de un automóvil puede transformarse en un espacio propicio para la estadía del virus si no se toman medidas preventivas. Hasta ahora, la más efectiva es circular con por lo menos dos ventanillas parcialmente abiertas (una delantera y su opuesta trasera) de manera de crear un flujo de aire que pueda “llevarse” la amenaza fuera del habitáculo.
Sin embargo, algunas marcas han desarrollado sistemas de purificación que evitan el inconveniente que supone circular con las ventanillas abiertas en, por ejemplo, días de baja temperatura o de lluvia.
En la actualidad ya están equipados de fábrica varios modelos de Mercedes-Benz, Fiat, Ford, Honda y Jaguar-Land Rover con avanzados sistemas de desinfección interior muy avanzados, que recurren a varias estrategias para detener a las partículas, gérmenes y aún el virus del covid, cuyo tamaño se mide en nanómetros. Un manómetro equivale a la millonésima parte de un milímetro.

Es así como se coloca un filtro de alta performance denominado HEPA (High Efficiency Particulate Air filter, es decir un filtro de alta eficiencia para las partículas).
Las microscópicas partículas son atrapadas (se adhieren al material filtrante de celulosa o fibra de vidrio, por ejemplo) mediante una combinación de estos mecanismos: 1- intercepción; donde las partículas que siguen a un flujo de aire rozan una fibra y se adhieren a ella. 2- impacto; donde las partículas grandes no son capaces de evitar las fibras mientras siguen al flujo de aire y son obligadas a impactar directamente con una de ellas. 3- difusión; las partículas más pequeñas, especialmente las menores de 0.1 micrón (un micrón equivale a la milésima parte de un milímetro), colisionan con las moléculas de aire lo que impide y retrasa su paso por el filtro. La difusión predomina en partículas inferiores a 0.1 micrón de diámetro.

Muy, pero muy pequeño
El coronavirus tiene un tamaño algo inferior al del poro de los filtros HEPA H13. Sin embargo, el virus no viaja solo en los aerosoles (está embebido en partículas que consisten en mezcla de agua y mucosidad) y esto hace que se incremente notablemente el diámetro de la partícula que tiene que atrapar el purificador de aire HEPA, de ahí que la eficiencia del filtro HEPA H13 sea muy superior para capturar el virus de lo que inicialmente se pudiera pensar si solo hacemos un análisis del tamaño del virus corona y el poro de la unidad filtrante HEPA.

Los aerosoles son pequeñas gotas o partículas emitidas por la boca o la nariz mientras hablamos o respiramos, señala el virólogo doctor Remi Charrel de la Universidad de Marsella, en Francia. Estos aerosoles son potencialmente peligrosos en lugares cerrados con poca ventilación. Con los nuevos sistemas antivirales podemos conducir nuestro automóvil con toda seguridad y con las ventanillas cerradas.
Estos sistemas de a bordo se pueden combinar con las luces de diodos ultravioleta, que son germicidas y que se sitúan en la parte superior del techo y con dispositivos ionizadores, que producen cargas negativas que atacan a bacterias y virus. Modelos de Fiat y de Jaguar y Land Rover tienen adicionalmente luz ultravioleta en sus habitáculos. Estas luces no tienen la longitud de onda que puede dañar a los ojos. De todas maneras, no hay que fijar la vista en ellas, dice el doctor Steve Iley, director médico de Jaguar y Land Rover.

1. Bacterias, virus y alérgenos entran con el aire exterior.
2. Patógenos aerotransportados son expuestos a la luz UV-C en el sistema de a bordo.
3. La estructura molecular del patógeno ADN se rompe y lo neutraliza.
4. Aire limpio y descontaminado se conduce al habitáculo.
El carbón activado también actúa eliminando malos olores y reteniendo a otros contaminantes, como los gases ácidos. En los filtros HEPA también se agregan capas filtrantes revestidas de ácido cítrico, que es un conocido antiviral. Este ácido es lo que contienen todas las frutas cítricas.
El calor extremo mata al virus
Ford Motor Company de los Estados Unidos concretó estudios acerca de cómo el calor extremo mata al virus del covid-19 dentro de la cabina de un Ford Explorer. Cambiando el software de la electrónica del motor y utilizando chips y microcomputadoras que soportan los 90 grados de temperatura, se hizo funcionar el motor durante 15 minutos con una temperatura en el habitáculo de 56 grados, superior a la registrada en el Valle de la Muerte (Death Valley). En dicho desierto de los Estados Unidos se registraron 58.1 grados el 23 de junio de 2006.
Por lo general, el valor máximo siempre supera los 50 grados.En el Explorer, y una vez activados, los sistemas de control del clima interior y el tren motor trabajan automáticamente para elevar las temperaturas del habitáculo. El software calienta el motor a un nivel elevado y tanto la configuración del calor como la del ventilador del motor operan al máximo. La universidad Estatal de Ohio certificó las pruebas. Con temperaturas en el habitáculo de 56 grados, como hemos mencionado, la concentración viral se reduce en más del 99 por ciento. El calor tiene la capacidad de filtrarse en grietas y áreas difíciles de alcanzar, lo que ayuda a reducir el error humano al aplicar desinfectantes químicos.
Por supuesto, y durante esos 15 minutos no hay un ser humano en la cabina. Una vez completado el experimento, el mismo software se encarga de que baje la temperatura a los valores normales. Todo el proceso se puede controlar desde un celular inteligente. Completado el examen las luces del automóvil se encienden para avisar que efectivamente terminó. La solución funciona "horneando" el habitáculo para que se inactiven los virus en su interior.
Sobre un texto de Pablo Jorge Gualtieri