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https://www.instagram.com/alescortina/Extraño el presente de los sedanes medianos en el mercado argentino. Tras la discontinuación del Ford Focus y la inminente desaparición del Chevrolet Cruze, son cada vez menos los modelos de las marcas generalistas que tienen presencia en este segmento.
Básicos:
Velocidad máxima: 248,5 km/h / Potencia: 230 CV / Consumo promedio: 12,1 km/l / Precio: $ 18.209.650
Diseño/Aerodinámica (✭✭✭✭): Diseño atractivo, aunque no se despega demasiado del de las versiones convencionales del modelo.
Confort/Espacio interior (✭✭✭✭): El habitáculo es amplio, pero atrás la caída del techo y el túnel limitan el espacio trasero para pasajeros altos. Buena capacidad de baúl.
Motor/Prestaciones (✭✭✭✭1/2): La respuesta del motor es excelente. Los 230 caballos se sienten en las prestaciones. Los consumos son algo elevados, pero sin llegar a preocupar.
Los más: Motor/prestaciones • Comportamiento dinámico • Eje trasero independiente.
Equipamiento/Instrumental (✭✭✭✭): Tiene buen equipamiento, pero podría contar con algún extra de acuerdo con su posicionamiento. El instrumental digital es similar al resto de las versiones.
Suspensiones/Dirección (✭✭✭✭1/2): Su comportamiento dinámico es impecable y en ciudad no se lo advierte áspero. El control direccional es excelente.
Transmisión/Caja (✭✭✭✭): La nueva caja de siete velocidades ofrece un funcionamiento agradable con un buen escalonamiento de marchas. Tiene levas en el volante y modo secuencial.
Los menos: Auxilio temporal • Algunos detalles de calidad • Precio elevado.
Seguridad/Frenos (✭✭✭✭): En las pruebas determinó muy buenas distancias y gran contundencia al detenerse. La dotación agregó ayudas a la conducción.
Precio/Garantía (✭✭✭): Si bien no hay competidores directos en el mercado, se comercializa a un valor elevado. La garantía es adecuada a los parámetros locales e incluye los primeros tres service.
Mucho menos las versiones con ínfulas deportivas. Por eso resulta llamativa la irrupción del restyling de Volkswagen Vento GLI en nuestro país, dado que esta variante del modelo fabricado en México es la única que la marca teutona comercializa actualmente en la Argentina, debido a las restricciones a las importaciones.
Así las cosas, manejamos la actualización de este purasangre que, junto con el Toyota Corolla GR-Sport (con menor potencia), representa la deportividad de un segmento en claro peligro de extinción.
Apenas un “refresh”
Hace exactamente cuatro años probábamos el por entonces flamante Vento GLI de nueva generación. Y, a decir verdad, respecto del lanzado en 2019 son pocas las alteraciones estéticas que recibió en el exterior.
Los principales cambios se centran en el paragolpes delantero, que ahora cuenta con una grilla tipo “panal de abejas” en color negro brillante y nuevas tomas de aire cuyo contorno es resaltado por un aplique de color rojo, misma tonalidad que utiliza el listón que atraviesa la parrilla frontal con el nuevo logo de Volkswagen.
Lateralmente, el único cambio relevante de esta voluminosa carrocería de 4,70 metros de largo y 1,80 de ancho es el diseño de las llantas de 18 pulgadas, con nuevos calados diamantados, mientras que atrás sólo se “reestilizó” la parte baja del paragolpes con el mismo criterio de adelante, manteniendo el sutil alerón aerodinámico, la doble salida de escape y la inscripción GLI sobre el portón.
Volkswagen Vento GLI: un “Daily Sport”
Dentro del habitáculo también se realizaron modificaciones, aunque no necesariamente todas para bien. A nuestro criterio, la más controversial es la incorporación del nuevo volante que viene utilizando la marca en sus últimos modelos, como en el caso del Taos.
Si bien tiene un aspecto y tacto agradables, no expresa la deportividad del GLI antecesor, cuyo formato era sutilmente asimétrico, decorado con costuras rojas y partes de aluminio. El nuevo tiene un diseño bastante genérico y eso le resta personalidad, más allá de lucir la inscripción GLI como diferencial. Sin embargo, lo más criticable de la nueva columna de dirección es la funcionalidad de los comandos capacitivos, que por ostentar modernidad pecan de imprecisos.
Estos “botones” resultan extremadamente sensibles al tacto; ante el mínimo roce de los dedos se pueden activar involuntariamente algunas funciones. Tal fue la disconformidad de los clientes de la marca alemana con esta tecnología, que el propio CEO de Volkswagen, Thomas Schäfer, confirmó hace unos meses que regresarán a los botones físicos en el volante, ya que “eso es lo que quieren nuestros clientes”.
Siguiendo con el nuevo Vento GLI, ratificamos su cómoda posición de manejo dada la doble regulación del volante y los múltiples ajustes eléctricos de la butaca, que incluyen dos memorias. Los asientos de las plazas delanteras mantienen su anatomía y costuras, pero ahora lucen una tonalidad más rojiza en las perforaciones de los tapizados de cuero. Cabe destacar que tanto el asiento del conductor como el del acompañante cuentan con calefacción y ventilación.
Sobre la consola central mantiene el cargador inductivo para celulares, pero agregó algunos tomas USB (del tipo C), mientras que se reemplazó el comando de la selectora.
Por su parte, la central multimedia Discover Media con pantalla táctil de 8” y App Connect fue reemplazada por la nueva VW Play, que ofrece una pantalla de 10 pulgadas y no cuenta con comandos físicos: no dispone de navegador satelital integrado, pero permite espejar dispositivos móviles de manera inalámbrica.
Al igual que en el modelo anterior, esta pantalla cuenta con el conocido Active Info Display desde el cual se pueden visualizar las alternativas de la completísima computadora de a bordo con algunos indicadores deportivos. El tablero sigue siendo ciento por ciento digital y se puede configurar de tres maneras, aunque esperábamos alguna personalización extra, acorde con su deportividad.
En las plazas traseras hay que remarcar que el espacio resulta lógico para dos adultos, ya que la altura libre para las cabezas queda algo limitada para pasajeros altos y un quinto ocupante tendrá la incomodidad de un falso y prominente túnel de transmisión. Lamentablemente, en este sector el GLI no dispone de salidas de climatización ni tomas para recargar dispositivos móviles.
Si bien la calidad general del vehículo está en conformidad con el segmento al que pertenece, detalles como los marcos internos de las puertas (con el metal a la vista) dan cuenta que este Vento no tiene el nivel de sus generaciones precedentes, que estaban un paso por encima de la media.
El baúl ofrece unos generosos 510 litros de capacidad de carga. El dato negativo es que debajo de su piso oculta una rueda de auxilio de uso temporal.
La mecánica, inobjetable
Todas las críticas realizadas hasta aquí se diluyen con la característica primordial que debe tener todo auto que se jacte de deportivo. Y eso es lo que ocurre con la mecánica de este purasangre azteca que mantuvo su eficaz fórmula, conformada por el conocido motor naftero TSI 2.0 turbo de 230 caballos de potencia, ahora asociado con una transmisión automática de doble embrague y siete velocidades (en reemplazo de la DSG de seis marchas), que envía la tracción a las ruedas delanteras.
Esta configuración transmite contundencia en toda situación de manejo. Así lo reflejan nuestras mediciones de rigor, en las que obtuvimos una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,2 segundos y una velocidad máxima de 248,5 km/h, mientras que en la recuperación de 80 a 120 km/h este sedán necesitó tan sólo de 4,1 segundos, dando muestras de su capacidad para realizar un sobrepaso.
En esto juega un papel preponderante el adecuado escalonamiento de la caja (con levas al volante) y los 35,7 kgm de par máximo que el motor entrega a partir de las 1.500 rpm. Lógicamente, el rendimiento no es su fuerte. Pese a contar con el sistema de parada y arranque automático, en ciudad puede recorrer 8,6 km/l. No obstante, el promedio se ve beneficiado por su performance en ruta, redondeando unos correctos 12,1 kilómetros por cada litro de combustible.
Cabe destacar que nuestras pruebas dinámicas fueron realizadas en el modo Sport, configuración que, al activarla, además de endurecer la dirección y alterar los parámetros de la transmisión, eleva el sonido del motor gracias a una pequeña pieza denominada Soundaktor: algo así como un “parlante” ubicado en la parte anterior del parallamas, que emite un sonido ronco que se replica dentro del habitáculo.
Pero al margen de este detalle de color, el GLI cuenta con otros ajustes que lo convierten en un auténtico deportivo para todos los días, como el tren trasero independiente, exclusivo de esta versión. Esta cualidad le permite ofrecer mejor confort de marcha que el Vento convencional, pese a calzar neumáticos de perfil bajo (225/45) y tener un despeje 1,5 centímetro menor.
Las suspensiones tienden a la firmeza, pero eso no lo convierte en un auto incómodo para transitar sobre empedrados o lomos de burro. Indudablemente es un vehículo que pide ruta. Allí su comportamiento dinámico es excepcional gracias a la solidez estructural del chasis, que transmite una elogiable tenida al realizar maniobras exigidas.
Durante nuestras pruebas de frenado, el sistema (con cuatro enormes discos) se mostró eficaz en todo momento y sin perder la línea: por ejemplo, para detenerse por completo desde los 100 km/h, el Vento GLI necesitó de 39 metros.
Seguridad y precio
Además de haber obtenido la máxima calificación en las pruebas de choque del Latin NCAP (5 estrellas), el Vento GLI ostenta una dotación muy completa en el rubro seguridad, encuadrada por los obligatorios frenos ABS y el control electrónico de tracción y estabilidad (ESP), además de los seis airbags, sistema de bloqueo de diferencial electrónico (EDL), monitoreo de presión de los neumáticos, detector de fatiga y sensores de estacionamiento con cámara de retroceso.
Pero, además, esta renovación vino acompañada de la incorporación del sistema “IQ.Drive”, un paquete de asistencias a la conducción en el que se destacan elementos tales como, por ejemplo, control de velocidad crucero adaptativo, sistema de asistencia y mantenimiento de carril, detector de colisión (a través de una cámara ubicada en el parabrisas) y monitoreo de punto ciego con alerta de tráfico trasero.
Por el momento, Volkswagen no ofrece en la Argentina las versiones convencionales del Vento (Comfortline y Highline, con motor 1.4 de 150 CV), y ante esa ausencia es difícil determinar la relación que el cliente deberá pagar por los “plus” estético y mecánico del GLI.
Sin embargo, esta versión deportiva tiene un precio sugerido de venta al público de 18.209.650 pesos. Sin dudas, un valor tan elevado como ficticio, dada la distorsionada realidad del mercado automotor local: en los concesionarios, esas cifras oscilan entre un 20 y 30 por ciento, dependiendo de la disponibilidad de unidades. La buena noticia es que dentro del valor que pague el cliente están incluidos los primeros tres servicios de la garantía.
Lo cierto es que quien quiera deportividad real, en este segmento no tendrá otra alternativa que el sedán de Volkswagen, siempre hablando de marcas generalistas. El único modelo de su clase a considerar como “deportivo” es el Toyota Corolla GR-Sport ($ 12.881.000), aunque basa esa condición sólo en términos estéticos, ya que equipa el mismo motor del resto de la gama, es decir, el conocido 2.0 naftero de 170 CV.
Conocé más sobre el equipamiento y las prestaciones del Volkswagen Vento GLI en la ficha técnica para descargar:
